Con azúcares de desecho, investigadores mexicanos producen combustible automotriz

Se ha comprobado que al utilizar el bioetanol generado se reduce en un 50 por ciento la emisión de monóxido de carbono

A fin de aprovechar residuos de la industria confitera y disminuir el consumo de combustibles fósiles, que en su producción y uso resultan contaminantes, un grupo de científicos pertenecientes a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), utiliza azúcar de caña “sucia”, rastrojos y pastos para crear bioetanol, mismo que ha sido probado en autos y se ha observado que genera menor contaminación que la gasolina común.

El Ingeniero Químico Jorge Gracida Rodríguez explicó que para producir dicho combustible se emplean técnicas de fermentación, las cuales son logradas gracias al uso de un bioreactor; allí se genera el bioetanol a partir del uso de una levadura llamada Saccharomyces cerevisiae, que transforma los azucares obtenidos de la industria confitería o de materiales “lignocelulosicos” como rastrojos y pastos que son sometidos a una hidrolisis, descomposición de una sustancia química con el uso de agua.

Una vez concluida la fermentación se realizan tres pasos: una destilación simple en la que se genera etanol y agua, posteriormente lo obtenido se somete a una destilación fraccionada en la que dentro de una columna vertical pasa vapor de agua y etanol, y al ser el último más ligero comienza a separarse y a llegar a la parte de arriba del sistema.

Finalmente se hace uso de mallas moleculares, que son sólidos de dos milímetros de diámetro que tienen pequeños poros en orden de Amstrongs (Å), que equivale a la diez mil millonésima parte de un metro. Este material retiene el agua restante de los anteriores procesos y logra la obtención de un bioetanol con una pureza de 99.5 por ciento o más.

“Se ha comprobado que el uso del bioetanol obtenido reduce el 50 por ciento de emisiones de monóxido de carbono, que es un gas tóxico. Además, su precio de producción es menor al de la gasolina», añadió el también doctor en biotecnología por el CINVESTAV.

Los trabajos se realizan en conjunto con el doctor Aldo Amaro, de la Facultad de Química de la UAQ. Asimismo el bioetanol generado es utilizado dentro de misma universidad en algunos automóviles del plantel. “Cualquier vehículo puede recibir etanol en un 15 o 20 por ciento sin problema, no obstante, aquellos autos con tecnología flex-fuel pueden usar hasta 85 por ciento”, subrayó Gracida Rodríguez. (Agencia ID)

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