Discurso: En la firma de acuerdos limítrofes municipales

Discurso del Gobernador Rolando Zapata Bello en la firma de acuerdos limítrofes municipales

Mérida, Yucatán, 22 de agosto de 2017 

Muy buenas tardes tengan todas, todos ustedes; bienvenidas, bienvenidos todos a ésta que es su casa, el Palacio de Gobierno y, específicamente, a este gran salón, el Salón de la Historia que, por supuesto, plasma episodios muy importantes de la historia de nuestro pueblo y, sin duda, esta es una ocasión singular.

Yo quiero agradecer, en primera instancia, la presencia de la magistrada Ligia Cortés Ortega, representante del honorable Tribunal Superior de Justicia de nuestro estado; a Roberto Rodríguez Asaf, secretario General de Gobierno.

A los distinguidos presidentes municipales: licenciado Mauricio Vila Dosal, de la ciudad de Mérida; licenciado Raúl Antonio Romero Chel, de Oxkutzcab; a Carlos Manuel Moreno Magaña, presidente municipal de Kanasín; a don Josué Manancé Couoh Tzec, presidente municipal de Tekax, así como a don Fredy de Jesús Ruz Guzmán, presidente municipal de Umán.

De la misma manera, saludar al ciudadano Jorge Orlando Can Uc, comisario municipal de Huntochac, muchas gracias, comisario; saludar con mucho respeto a los integrantes de los respectivos cabildos de estos cinco ayuntamientos de nuestra entidad. Por supuesto, saludar a la y los diputados federales, a quienes les agradecemos su presencia, siempre distinguida; distinguidos diputados locales del honorable Congreso del Estado.

Y de manera muy particular, quiero saludar a los vecinos de las ciudades y las demarcaciones que están siendo vinculadas directamente con estos importantes acuerdos; quiero saludar a los vecinos de Huntochac, a quienes les agradecemos mucho su presencia, a los vecinos de Kanasín, a los vecinos de Tekax, a los vecinos de Umán y de esta ciudad de Mérida.

Todos los acuerdos que se toman en beneficio de la población siempre son bienvenidos y, particularmente, cuando se trata de acuerdos dirigidos a la solución de problemas derivados de fenómenos geográficos o de ordenamiento territorial, añejos pero que, sin duda, traen consigo problemas de una gran actualidad.

Problemáticas de una gran actualidad que, en tanto no se solucionan, cada vez traen más problemas y cada vez agudizan estas situaciones, y es que un país, una entidad o un municipio alcanza un desarrollo pleno a razón de que cuente con un tejido social fuerte, un gobierno eficiente y, por supuesto, un territorio claramente definido.

Contar con límites territoriales claros facilita la gestión pública y el cumplimiento de la ley, pero por encima de todo, brinda certeza jurídica a todos los habitantes, porque alcanzar el desarrollo y el bienestar requiere contar con un contexto de certidumbre territorial y jurídica, mucho más aun tratándose del contexto municipal.

Porque es indiscutible que el municipio es la célula básica de la administración pública, es el primer contacto ciudadano con la autoridad de Gobierno y, por lo tanto, debe ser también el primer origen de certidumbre para la ciudadanía.

Hoy, estamos aquí reunidos para dar un paso muy importante, trascendente, diría yo, para dar solución a casos de incertidumbre jurídica a los ciudadanos de diversos municipios del estado, casos originados por distintas circunstancias pero con una solución común que aquí se ha expresado: el diálogo.

Por una parte, los acontecimientos que dieron pie a las diferencias en torno a la comisaría de Huntochac se remontan a un reparto de tierras ejidales ocurrido hace más de 50 años, como bien lo dijo aquí el comisario hace un momento, en los municipios de Tekax y de Oxkutzcab.

La longevidad del caso por el conflicto limítrofe señalaba que era más necesaria que nunca la intervención de la autoridad estatal para sumar su esfuerzo y contribuir a poner fin a esta añeja controversia.

Las 97 familias que viven en esta comisaría no podían ejercer plenamente sus derechos, tanto para recibir servicios públicos o de algo esencial, como es ser beneficiarios de programas de Gobierno, debido al problema de certeza y definición jurídica. Estas familias necesitaban certidumbre, necesitaban certeza, y sin duda hoy se está dando un paso esencial para alcanzar ese propósito.

Por otro lado, los hechos en los que se relacionan los municipios de Mérida, Umán y Kanasín tienen su punto de partida en una época más reciente y se ubican en un contexto de franco crecimiento urbano: el proceso de metropolización de nuestra capital yucateca, Mérida.

Un crecimiento urbano que desdibujó los límites entre la capital del estado y municipios conurbados, creando, como bien se ha señalado aquí, distintas zonas de traslape. Esta situación exigía también una pronta solución, porque las zonas de traslape derivaban en dificultades para las miles de personas que residen en las colonias afectadas.

Al momento de tramitar permisos, no quedaba claro a cuál instancia municipal deben dirigirse los ciudadanos; en ocasiones, un ciudadano realizaba el pago de impuestos a un Gobierno municipal, pero era otro el que otorgaba servicios municipales; inclusive, la indefinición territorial dificulta las labores de vigilancia policial en las zonas de traslape.

Ahora, las autoridades de Mérida, Umán y Kanasín tienen claridad en su ámbito de acción. Por ello, estos antiguos conflictos territoriales, que parecían no tener una salida, implicaban no solamente un problema gubernamental o administrativo, sino un obstáculo para la vida cotidiana y para el desarrollo del ciudadano.

Y estos conflictos hoy llegan a un punto de inflexión determinante, a través de la firma de sendos acuerdos limítrofes municipales, de los cuales hemos sido testigos esta tarde, entre Oxkutzcab y Tekax, en el caso de la comisaría de Huntochac, y por supuesto, entre Mérida, Kanasín y Umán, en el caso de las llamadas zonas de traslape.

Por su complejidad, eran conflictos que requerían una participación de Gobierno estatal para dar una respuesta concreta; para ello se realizaron mesas de trabajo con todos los municipios involucrados.

La gobernabilidad exige voluntad, visión pero, ante todo, como bien se ha expresado aquí, diálogo, y el Gobierno del Estado tenía la obligación ante la ciudadanía de generar estas condiciones de diálogo, sin importar colores o ideologías, y sin importar las regiones del estado involucradas.

Por ello, reconozco en todo lo que vale, a las autoridades municipales que se acercaron al Gobierno para plantear sus problemáticas y que le apostaron a los cauces institucionales para resolverlas. En Yucatán, el diálogo y la búsqueda de soluciones e intereses comunes es lo que marca nuestro buen rumbo.

Así, la delimitación territorial clara entre cada municipio tiene un claro ganador: las ciudadanas y ciudadanos yucatecos que habitan en estas respectivas demarcaciones, porque ahora podrán tener certeza del municipio al que pertenecen, podrán elegir correctamente a sus autoridades, demandar los servicios públicos a la autoridad correspondiente y, asimismo, asumir sus cabalmente obligaciones como ciudadanos.

Ahora, estos acuerdos serán remitidos al Honorable Congreso del Estado de Yucatán para su análisis y eventual aprobación, y para poner el punto final, que es lo que todos esperamos, a la incertidumbre que aquejaba a la ciudadanía, seguros de que la voz de la ciudadanía encontrará eco en el recinto legislativo que refleja la pluralidad de nuestra democracia.

Trabajando conforme a Derecho y de manera conjunta, hemos podido ofrecer a la ciudadanía soluciones directas a sus problemas. Así, fortalecemos nuestra democracia desde el ámbito de la municipalidad, que es el cimiento que, sin duda, hoy sostiene nuestro federalismo y, sobre todo, fortalecemos a la ciudadanía construyendo el bienestar y el desarrollo de los ciudadanos de todos los municipios de Yucatán.

Enhorabuena, enhorabuena por la suscripción de estos dos grandes acuerdos en beneficio de Kanasín, Mérida, Oxcutzcab, Tekax y Umán. Nuevamente, reiteramos nuestro reconocimiento a los cinco ayuntamientos. Muchas gracias.