Mariguana para todos en California

Mariguana para todos en California

Los mexicanos mayores de 21 años de edad podrán consumir desde mañana la mariguana que comenzará a venderse de forma legal en el estado de California.

Los mexicanos que visiten el estado podrán acceder a la droga si tienen 21 años y cuentan con una identificación que establezca claramente su edad, y sólo deberán seguir las reglas establecidas en la Proposición 64, que es la que permite el consumo legal de la mariguana recreativa.

La cannabis estárá prohibida para los menores de edad, no podrá consumirse en público o mientras se conduce un vehículo, y tampoco cerca de escuelas, parques o centros de reunión.

Las multas por fumar mariguana en público comenzarán en 250 dólares la primera vez y aumentarán según la reincidencia.

Como ocurre con los cigarrillos en California, la mariguana tampoco podrá consumirse en sitios públicos que tengan por lo menos un techo y una pared, aún si no hay gente alrededor.

Se estima que hasta 50 mil conductores y entre 25 mil y 30 mil peatones cruzan diariamente de Tijuana a San Diego por San Ysidro, una de las seis garitas que hay en la frontera entre California y Baja California.

Las tiendas o dispensarios de mariguana recreativas se ubican desde unos 20 kilómetros al norte de la frontera hasta cerca de cien kilómetros.

Los locales que venden mariguana medicinal se encuentran a sólo un par de cuadras de las garitas.

Tan sólo en el condado de San Diego se autorizaron nueve tiendas o dispensarios de mariguana que comenzarán a vender la droga mañana.

Sin embargo, no todo será felicidad. Las autoridades de California advirtieron que aunque la Proposición 64 autoriza el consumo estatal de la yerba, para el gobierno federal su venta y consumo sigue siendo ilegal.

La Agencia Federal Antidrogas (DEA) considera ilegal el consumo de la mariguana, a la que mantiene como sustancia prohibida, independientemente de la razón del consumo, ya sea por uso recreativo o como medida terapéutica o medicinal. Eso implica que no podrá ser trasladada fuera del estado, especialmente a México.

Sin embargo, en California la nueva ley permite que cada adulto mayor de 21 años cultive algunas plantas en patios o interiores, siempre a discreción para impedir que quede al alcance de menores.

También se podrá portar hasta una onza –unos 29 gramos–de mariguana para consumo personal.

Sin embargo, ningún particular que carezca de permiso para operar una tienda de mariguana puede vender la droga. Si, por ejemplo, un vecino vende a otro un cigarrillo de cannabis, se expone a una pena de hasta a seis meses de prisión y una multa de 500 dólares.

Para mantener el orden, el gobierno estatal formó en los últimos meses dos nuevas instituciones: la Oficina de Control de Cannabis del estado de California, y la Oficina de Reglamento de la Cannabis Medicinal.

La Organización Nacional para la Reforma Legal a la Mariguana anticipa que California tendrá el mayor de los booms en producción y venta de mariguana al entrar en vigor la ley que autoriza el consumo recreativo.

Desde que fue aprobada la Proposición 64 en la elección de noviembre de 2016, grupos inversionistas han adquirido terrenos para cultivar la droga, principalmente en el norteño “triángulo esmeralda” de los condados Mendocino, Humboldt y Trinity, la zona más productiva y de mayor calidad de mariguana en Estados Unidos.

Esos condados anticipan inclusive un incremento en el turismo consumidor de mariguana recreativa.

Sin embargo está prohibido que la industria de la mariguana se anuncie en medios.

Según cálculos de organizaciones nacionales, el consumo de la mariguana en California se traducirá en una actividad económica de más de 14 mil millones de dólares, de los que unos seis mil millones pasarán en impuestos al estado y los condados.

Quienes compren mariguana pagarán impuestos cercanos a 20%, es decir, más del doble del impuesto de venta regular que oscila entre 8 y 9%, según la ciudad.

El consumo está autorizado en todo el estado, pero cada una de las 482 ciudades en California va a emitir sus propias regulaciones.