Tres maneras de obtener liquidez para tu empresa

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Para que una empresa pueda mantener sus operaciones cotidianas, enfrentar desafíos y cumplir con sus obligaciones, contar con liquidez es un aspecto fundamental; por lo que es clave garantizar su disponibilidad. Esto se debe al hecho de que la liquidez es sinónimo de capacidad de gasto, lo que se traduce en las posibilidades de una empresa al momento de, por ejemplo, invertir.

¿Qué hacer cuando tu empresa no cuenta con liquidez y solvencia?

Contar con una baja o nula liquidez financiera puede generar problemas en las organizaciones cuando surgen gastos inesperados, así como al llevar a las empresas a la incapacidad de solventar sus operaciones, como compras de materias primas, pago de sueldos, por mencionar algunos ejemplos.

Pero antes debemos hacer un par de precisiones. Liquidez y solvencia son conceptos distintos entre sí; mientras la solvencia apela a la capacidad financiera a largo plazo, la liquidez se relaciona con la capacidad de obtener efectivo rápidamente.

Es así como, para potenciar la liquidez, los especialistas de Engen Capital sugieren a las empresas apoyarse en los siguientes mecanismos:

  1. Crédito

Corresponde a una de las maneras más habituales de conseguir liquidez financiera para una compañía. Mediante el crédito, las organizaciones pueden obtener recursos para enfrentar proyectos, adquirir activos o pagar deudas. Uno de los mayores beneficios de este sistema de financiamiento es que con el crédito es posible consolidar la deuda en un solo acreedor y sistema de pagos, lo cual es más cómodo y eficiente para la empresa.

  1. Sale and Leaseback

Bajo este mecanismo, se venden activos a una financiera, obteniendo liquidez inmediata, pero con el beneficio de seguir usando esos equipos o maquinaria a cambio del pago en rentas periódicas. Además, una vez que finalice el contrato, existe la posibilidad de comprar los activos de vuelta, incrementando los beneficios de este mecanismo de financiamiento.

  1. Arrendamiento financiero

Se trata de un mecanismo de financiamiento en el que se accede a activos de gran valor a cambio del pago de rentas. Uno de los principales beneficios del arrendamiento financiero es que permite deducir la totalidad de los intereses reales (sin inflación), otorgando mayor liquidez.

En la misma línea, la compañía financiera se hace cargo del pago del IVA, y la empresa lo paga de manera parcelada, sumando parte del monto a las rentas periódicas. Además, una vez que el contrato haya finalizado, se puede ejercer el derecho a compra de los activos a través del pago de un valor simbólico, aumentando la rentabilidad de la operación.

La capacidad financiera de una empresa está ligada directamente al cumplimiento de sus operaciones. Por eso, y especialmente a la hora de incorporar activos, es de suma relevancia optar por mecanismos que permitan resguardar la liquidez.

Finalmente, las opciones de financiamiento permiten adquirir los activos que las empresas necesitan sin sacrificar su liquidez. Además, gracias a los beneficios tributarios mencionados previamente, es posible incrementar la rentabilidad de la operación.