DICTAMEN DE LA COMISIÓN PERMANENTE DE PRESUPUESTO, PATRIMONIO ESTATAL Y MUNICIPAL, QUE MODIFICA LA LEY GENERAL DE HACIENDA DEL ESTADO DE YUCATÁN.
Solicité el uso de la voz para referirme al asunto que se pone en estos momentos a consideración del Pleno, me refiero a las reformas y adiciones a la Ley General de Hacienda del Estado en materia de impuestos ecológicos.
Esta mañana, estamos en un momento de definiciones para lo queremos y lo que no queremos para Yucatán en los próximos años.
Queremos un Yucatán a la vanguardia, queremos un Yucatán moderno, queremos que Yucatán sea ejemplo de cómo se hacen las cosas para afrontar y solventar las necesidades que contrae ser un polo turístico, de inversión y atracción de capital.
No queremos un Yucatán con altos índices de contaminación; no queremos un Yucatán al margen de los esfuerzos nacionales e internacionales para inhibir efectos perjudiciales en la salud pública.
Requerimos un marco normativo que este a la altura de las necesidades económicas, sociales e institucionales para poner en marcha una política pública contributiva, racional y justa.
Las decisiones que hoy tomemos, serán esenciales para definir el porvenir de la entidad; no solo en la calidad del crecimiento social, sino también en la conservación del entorno natural y los recursos naturales con los que contamos.
Como he dicho, las definiciones y decisiones que tomemos este día, serán torales para las próximas generaciones…
La recuperación gradual nos lleva a retomar políticas públicas que no pueden seguir esperando.
De ahí que existan problemáticas generadas de la actividad humana como la industrialización y la tecnificación, las cuales, pueden provocar daños irreversibles al entorno; por ello éstas deben ceñirse a medidas institucionales para evitar sean una fuente perjudicial para la ciudadanía.
La reforma propone contemplar Impuestos de carácter ambiental, mismos que tienen un fin extrafiscal, en otras palabras, pretenden fomentar cambios positivos y benéficos para ir paulatinamente disuadiendo y previniendo la contaminación del agua, la tierra, la atmósfera, y de la vida vegetal y animal en Yucatán.
Toda acción, de cualquier índole que propicie la protección al medio ambiente es fundamental y tenemos la obligación de considerarla…
Las entidades que planteen un sistema integral tanto en recaudación como política pública, serán las que mejor se adapten a los lineamientos ambientales actuales y a futuro.
Las adiciones a la ley no son un freno para el desarrollo económico, por el contrario, serán los lineamientos para fomentar empresas socialmente responsables y amigables con el medio ambiente.
La política ambiental ha evolucionado a otras vertientes, ya no son suficientes las campañas meramente declarativas para frenar los estragos de los contaminantes en el aire y en el subsuelo… Debemos pasar de las palabras a los hechos.
Es una realidad que el efecto invernadero ha sido un factor determinante para el surgimiento de plagas, sequías, fenómenos hidrometeorológicos y de enfermedades.
En consecuencia, estamos obligados a buscar políticas reactivas y no pasivas que garanticen resultados palpables que permitan beneficios contributivos, es decir, que quien contamine asuma costos, que quien contamine tome medidas para dejar de hacerlo. Así de simple.
Los Impuestos ambientales contenidos en este dictamen, no son impuestos que vayan a cobrarse a todos, ni tampoco estarán sujetos a discrecionalidades hacendarias.
Existen parámetros, precedentes y diversas políticas ambientales en México y en el mundo, donde los impuestos de corte ecológicos forman parte de un actuar responsable y obligatorio, ante una amenaza global como lo es el cambio climático.
Los impuestos ecológicos que se proponen se asumen imprescindibles para el actual dinamismo industrial de la región, pero con una visión de protección al ecosistema yucateco. Vivimos en un sitio privilegiado por eso tenemos una enorme responsabilidad que no puede ser ajena y omisa ante el avance del urbanismo.
Es momento de las definiciones, no hay engaños, no hay mentiras, solo hay una realidad, o se toman medidas contundentes para contener los efectos nocivos al ambiente o simplemente no se toman y lo lamentaremos más temprano que tarde.
No se vale confundir o desinformar; si algo ha realizado el Poder Ejecutivo en la planeación y presupuestación de instrumentos hacendarios, ha sido la transparencia, la apertura y el consenso.
Como se resaltó en varias ocasiones durante los trabajos de la comisión dictaminadora, la estructura hacendaria fue puesta a disposición de quienes integran el Consejo Consultivo del Presupuesto y Ejercicio del Gasto del Gobierno del Estado de Yucatán.
Algunos querrán minimizar el papel de este consejo; sin embargo es un canal a través del cual se aporta mayor certeza a la sociedad de cómo y dónde se aplicarán los recursos proyectados.
Estimadas Compañeras y Compañeros Legisladores:
El dictamen presentado lejos de ser una mera normativa tributaria, representa una oportunidad para sentar las bases de lo que en unos pocos años será la realidad en México y otros países, me refiero a todo un sistema legal para frenar daños ecológicos que pretenda un mayor impacto extrafiscal que recaudatorio.
Estamos a tiempo de hacer que esos atardeceres únicos en la costa yucateca continúen para las nuevas generaciones; estamos a tiempo de conservar la flora y la fauna, de hacer posible que las especies endémicas mundialmente conocidas como:
el faisán,
el flamenco rosa,
el venado,
el jaguar
y el hermoso pájaro Toh,
Sigan existiendo y coexistiendo para maravillar a propios y extraños.
Estamos a tiempo de brindar una protección integral a los municipios y a su gente.
Desde aquí le decimos a Yucatán, vamos a generar mayores políticas públicas que beneficien la salud y al medio ambiente sano, porque lo que dejemos de hacer hoy, el día de mañana, nos costará todavía más, y lo que está en juego es nuestra tierra, nuestra calidad de vida.
Por estas razones, les invito a votar a favor del presente dictamen que reforma la Ley General de Hacienda del Estado de Yucatán.
Es cuánto.