​Senadora ​Rosa Adriana Díaz Lizama propone sanciones más severas a quien provoque la muerte en accidentes viales bajo el influjo del alcohol o drogas

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Los automovilistas que conduzcan bajo los influjos del alcohol o drogas y provoquen la muerte a otras personas en accidentes viales, deberán ser sancionados con la suspensión de la licencia de conducir de manera definitiva, demandó la senadora Rosa Adriana Díaz Lizama.

En una iniciativa que presentará en la sesión de la Comisión Permanente de este miércoles, para reformar el Código Penal Federal, la senadora panista propone adicionar en la aplicación de sanciones a los delitos culposos, que les sea suspendida definitivamente la licencia de conducir, independientemente de la sanción que corresponda por tal motivo, con el fin de reducir la tasa de muerte por accidentes automovilísticos.

La propuesta busca reformar el artículo 60 del Código Penal Federal para especificar que “cuando el homicidio se cometa culposamente con motivo del tránsito de vehículos y el agente conduzca en estado de ebriedad o bajo influjo de alguna droga, se impondrá además de las penas previstas en el párrafo primero del presente artículo, la suspensión definitiva de la licencia para conducir”.

Actualmente, la ley establece que “cuando a consecuencia de actos u omisiones culposos, calificados como graves, que sean imputables al personal que preste sus servicios en una empresa ferroviaria, aeronáutica, naviera o de cualesquiera otros transportes de servicio público federal o local, se causen homicidios de dos o más personas, la pena será de cinco a veinte años de prisión, destitución del empleo, cargo o comisión e inhabilitación para obtener otros de la misma naturaleza. Igual pena se impondrá cuando se trate de transporte de servicio escolar”.

En el texto de la propuesta, la senadora Díaz Lizama explica que el reconocimiento de un delito culposo se funda en la consideración de que todo hombre tiene el deber de obrar con la adecuada diligencia o cuidado, para que, con su conducta, no cause daños a los demás integrantes de la sociedad.

Por tanto, indica, si el inculpado abandona esas precauciones, conduciendo bajo los influjos del alcohol o drogas, es evidente que incrementa el riesgo de atentar contra terceros o contra uno mismo, dando lugar a conductas culposas.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, en 2013 México ocupaba el séptimo lugar mundial en muertes por accidentes de tránsito, advierte la legisladora en la exposición de motivos.

El mismo estudio revela que 24 mil personas mueren al año en nuestro país en accidentes de tránsito, relacionados con el consumo de alcohol, agrega.

En las entidades federativas de nuestro país, indica la senadora por Yucatán, se han implementado programas y operativos de diversa índole, con la finalidad de aminorar los homicidios imprudenciales cometidos por conductores bajo el influjo del alcohol, tales como el “alcoholímetro”, los cuales han generado resultados positivos.

Sin embargo, aun cuando un buen número de personas son detenidas y enviadas al Centro de Sanciones Administrativas y de Integración Social, otras logran evadir los operativos “antialcohol”  en sus puntos de revisión, apunta.

“Es por eso que debemos hacer conciencia del peligro que conlleva no sólo para el conductor y sus acompañantes, sino para otros conductores y peatones, inclusive para los agentes de la autoridad y auxiliares encargados de los puestos de revisión, respecto de conductores ebrios o que bajo el influjo de alguna droga no quieren ser sometidos a dicha revisión, en la intención de evadirlos”, señala.