Premian a investigador mexicano por sus hallazgos en parasitología

Aporta nuevos conocimientos sobre la forma en que el humano responde ante el parásito Toxoplasma gondii

Por su aportación en la genética del parásito Toxoplasma gondii causante de la enfermedad llamada toxoplasmosis en seres humanos y diversos animales, el investigador del Instituto Nacional de Pediatría (INP) Carlos Cedillo Peláez obtuvo el premio Lola e Igo Flisser-PUIS/UNAM 2015 a la mejor tesis de doctorado en parasitología.

La toxoplasmosis afecta a cualquier organismo: animales domésticos, silvestres, aves y mamíferos marinos. En el caso de los humanos, el contagio se da a través de los animales o ingesta de agua y alimentos contaminados por el parásito.

Los síntomas pueden confundirse con otras infecciones, además que en la mayoría de los casos se presenta fiebre y el sistema inmunológico combate la infección; sin embargo, en otros puede provocar la muerte, refirió el ahora doctor en parasitología.

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La investigación determinó que la genética del parásito no influye en el cuadro clínico, y que depende de la susceptibilidad del hospedador en virtud a que algunas especies controlan cepas o genotipos pero otras son más susceptibles.

“Los resultados de la tesis doctoral de la UNAM señalaron que los síntomas dependen de la respuesta del sistema inmune o la susceptibilidad del animal y no tanto de la genética del parásito”, contrario a lo descrito en otras regiones del mundo, donde el tipo genético tiene mayor peso para el desarrollo de la enfermedad, precisó.

Además, el parásito se comporta diferente de acuerdo a la región y al clima. En Sudamérica, una persona infectada con toxoplasmosis puede presentar un cuadro diseminado agudo, complicaciones del sistema respiratorio, tracto digestivo e incluso fallecer; no obstante, en Colombia es más frecuente la manifestación ocular, que es cuando el parásito se dirige al ojo.

“En coordinación con la doctora en ciencias Dolores Corral Beltrán, asesora de la tesis de doctoral, obtuvimos muestras de diferentes animales, como canguros, monos ardilla, carnivoros silvestres, perros, gatos e incluso delfín, con diagnostico o sospecha de toxoplasmosis, provenientes de los Zoológicos de Chapultepec y Guadalajara, así como del Departamento de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNAM”, refirió el especialista en microscopia electrónica.

A partir del estudio de tejidos de corazón, músculo, pulmón, hígado, entre otros, se buscó el ADN del parásito y se analizaron los diferentes genotipos, y encontraron especies que se habían infectado pero no murieron por toxoplasmosis; sin embargo, otros que presentaron cuadros agudos muriendo en un lapso de cinco días en promedio.

“Para que se dé un cuadro de toxoplasmosis se necesitan de muchos factores, entre ellos hábitos alimenticios, localización geográfica, convivencia con animales y poca higiene, entre otros”, detalló Cedillo Peláez.

Toxoplasmosis y los humanos

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“El parásito se encuentra en el musculo de bovino, cerdo o pollo que se convierte en carne y al consumirla se vuelve vía de trasmisión. Si se cuece bien se elimina, pero si se ingiere poco cocida, semicruda o cruda puede trasmitir Toxoplasma gondii”, explicó el investigador del INP.

Sin embargo, el 95 por ciento de las infecciones generadas por Toxoplasma gondii en humanos no causa enfermedad. “Nuestro sistema inmune es muy eficiente y controla la infección, pero hay que tener cuidado durante el embarazo, si una mujer se infecta en el primer tercio puede causarle aborto o trasmitir al producto y este desarrollar lesiones como hidrocefalia, afección al ojo o tener problemas del sistema nervioso o desarrollarse mal”.

Los gatos y felinos, papel importante en el ciclo de vida

Dentro del ciclo de vida del parásito los gatos y felinos juegan un papel importante, porque son los huéspedes definitivos y en ellos se desarrolla un ciclo infeccioso llamado ooquiste, los cuales se eliminan a través de las heces fecales.

Este es el estado más resistente de los parásitos, si se tiene un ambiente templado llegan a vivir de seis meses a un año, son resistentes a diferentes ambientes y desinfectantes.

El investigador aclaró que no hay que etiquetar a los gatos como el principal transmisor de esta enfermedad, se necesita higiene y manejar de forma adecuada el material fecal de los felinos. (Agencia ID)