Discurso: XIII Congreso Latinoamericano de Hidrogeología.

Discurso del Gobernador Rolando Zapata Bello al inaugurar el XIII Congreso Latinoamericano de Hidrogeología

Mérida, Yucatán, 24 de agosto de 2016

Muy buenos días tengan todas, todos ustedes. Saludo con mucho afecto al doctor Miguel Rangel Medina, presidente de la Asociación Latinoamericana de Hidrología Subterránea para el Desarrollo y de la Asociación Internacional de Hidrogeólogos-Capítulo México, muchas gracias; al doctor Antonio Chambel, vicepresidente de la Asociación Internacional de Hidrogeólogos; al ingeniero Martín Carlos Vidal García, presidente de la Asociación Geohidrológica Mexicana.

Saludo con mucho respeto al rector de nuestra máxima casa de estudios, al doctor José de Jesús Williams, de la UADY, muchas gracias; al señor representante del honorable Ayuntamiento de Mérida, regidor José Luis Martínez Semerena; a don Roberto Pinzón Álvarez, director General del Organismo de Cuenca Península de Yucatán-Conagua, muchas gracias; así como al doctor Eduardo Batllori Sampedro, secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente.

De manera muy particular, a las y los distinguidos participantes a este importante Congreso que se realiza en nuestra ciudad, en nuestro estado, fundamentalmente a quienes vienen de naciones hermanas, a quienes vienen de entidades hermanas, de diversas latitudes a ésta que es su casa, la tierra del faisán y del venado, la tierra del Mayab, Yucatán.

Quiero, primeramente, darles la más cordial bienvenida a Yucatán a todos los distinguidos ponentes, participantes, que el día de hoy, y desde el lunes pasado, participan en este XIII Congreso Latinoamericano de Hidrogeología.

Cada congreso, convención o reunión de trabajo que se realiza en Yucatán nos llena de orgullo, porque ubican a nuestro territorio como un espacio relevante para el encuentro institucional, el debate académico y la definición de políticas públicas.

Y cuando el tema a tratar es la riqueza natural de nuestra región, la importancia del congreso se incrementa exponencialmente, porque nuestros recursos naturales, nuestros ecosistemas, fauna, flora que en ellos habitan, suelen ser factores que damos por sentado y cuyo cuidado muchas veces pasamos por alto.

No nos damos cuenta, muchas veces, que de esa riqueza natural y del correcto aprovechamiento y cuidado de nuestros recursos, depende el crecimiento sostenido de nuestras regiones y también de esa riqueza natural depende el desarrollo de las generaciones futuras.

En México conocemos la importancia de estos recursos naturales y la necesidad de su cuidado, y en el caso general de la zona sur-sureste mexicana sabemos que, a pesar de ser la región con el mayor potencial en materia ambiental, somos también la región más vulnerable.

Por eso, hace apenas unas semanas, promovimos un nuevo modelo de gestión ambiental para la región que haga frente al fenómeno del cambio climático. Yucatán, ya sea por nuestra ubicación geográfica, características topográficas o elementos climáticos, somos una entidad con riqueza hidrológica única y por eso, con una responsabilidad apremiante.

Para asumir esa responsabilidad, partimos de que México forma parte del Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, llamado comúnmente Convenio Ramsar, por la ciudad iraní en la que se suscribió en el año de 1972.

A través de ese Convenio, México se comprometió a fortalecer acciones de conservación de sitios relevantes de humedales costeros y cuerpos de agua continentales, así como de la biodiversidad que en ellos existen y de las expresiones culturales relacionadas con ellos.

Es importante señalar en este contexto que 99 cenotes pertenecientes al Anillo de Cenotes de Yucatán fueron declarados como de Humedales de Importancia Internacional. Con esto, fue reconocido a nivel internacional el valor ambiental, cultural, económico, recreativo y científico del Anillo de los Cenotes.

Con este antecedente, en el año de 2013, hace menos de tres años, se publicó el Decreto que establece el Área Natural Protegida denominada Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes. A través de este Decreto, buscamos que la importancia de cuidar y conservar nuestros recursos hídricos trascendiera a la ley y pudiera consolidarse en la práctica.

Los objetivos de este Decreto son muy claros y pueden extrapolarse al cuidado de cualquier tipo de agua. En primer lugar, facilita la ejecución de acciones de saneamiento de la Reserva y de valoración económica de los servicios ambientales de los ecosistemas.

En segundo lugar, permite realizar labores para restaurar y conservar ecosistemas de selva baja y cenotes en el área de recarga, así como en aquellos sitios relacionados a conductos preferenciales de agua subterránea de anillo interior.

Y en tercer lugar, nos permite mejorar la calidad de agua de la Reserva a través del manejo integral de los residuos. Como cuarto punto, abre las puertas al desarrollo, estudios de investigación tendientes al manejo sustentable de la Reserva, para prevenir la contaminación de las aguas residuales y remediación de aguas contaminadas. Finalmente, garantiza la permanencia de los servicios ecosistémicos básicos de la Reserva, como lo es la provisión de agua.

Recordemos que la compleja red que conforma el Anillo de Cenotes de Yucatán, creada con el impacto de Chicxulub hace 65 millones de años, abarca más de 300 mil hectáreas y una enorme diversidad en flora y fauna. Y aunque de manera oficial existen alrededor de dos mil 500 cenotes registrados, el número real de estos cuerpos de agua ronda los siete mil.

La contaminación de los cenotes en Yucatán, y de todos los cuerpos de agua en América Latina, es una preocupación que debemos atender de forma cabal las autoridades gubernamentales, las industrias, las instituciones de investigación y los organismos de la sociedad civil.

Un ejemplo de esta coordinación es que en Yucatán, con el objetivo de proteger el manto freático y aprovechar el material orgánico de las granjas porcícolas en el estado, se han instalado cientos de biodigestores a lo largo de todo Yucatán.

Pero la labor de coordinación debe profundizarse y fortalecerse. Por ello la realización de este Congreso nos compromete a todos a actuar, aprovechando que las mentes más preparadas, más experimentadas y con mayores conocimientos en el tema de toda América Latina, buscan los espacios para dialogar y trabajar de manera coordinada, con el objetivo de proteger las riquezas hídricas de nuestras tierras.

Estoy seguro de que cada una de las jornadas de trabajo de este Congreso de Hidrogeología será de enorme valor para toda la humanidad, y serán valiosas no solamente para los aquí presentes, ni siquiera solamente para las naciones aquí representadas.

Lo serán también para todas las generaciones futuras, a quienes tenemos la obligación de heredarles un planeta con una gran riqueza natural, un crecimiento sustentable y una población consciente de la importancia de su medio ambiente.

Bienvenidos todos a México, bienvenidos a Yucatán. Ante todo, esperamos que disfruten su estancia en ésta nuestra tierra, su casa, la tierra de los cenotes, del Mayab legendario, la tierra de la gran cultura Maya. Bienvenidos todos a Yucatán. Muchas gracias.