Discurso durante la donación de la Colección Documental de Judith Pérez Romero en la escuela ESAY

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Mérida, Yucatán, 7 de noviembre de 2017

Los yucatecos agradecemos y dimensionamos en mucho lo que representa este acto de generosidad. Pero este acto también, y lo digo así, en toda su dimensión, este acto de gran orgullo y compromiso con Yucatán. Muchísimas gracias por esta donación que se hace de la colección.

Muchas gracias maestro Enrique Martín Briceño, director de Escuela Superior de Artes de Yucatán; muchas gracias doctor Raúl Godoy, secretario de Investigación, Innovación y Educación Superior; maestro Roger Metri, muchísimas gracias.

Estimada Imelda, muchísimas gracias, siempre tu presencia engalana todas las actividades en las que se encuentra reunida la comunidad artística, cultural e intelectual de nuestro estado. Saludo con muchísimo aprecio y reconocimiento a todas y todos ustedes, sé que esta ocasión, y así se siente en el ambiente, nos llena de satisfacción y emoción a todos.

Y es que a fin de cuentas siempre nuestras obras, las obras perduran en el tiempo. Mucho tiempo después de que la presencia física y la mente ya no se encuentren, perdurará siempre el legado que hayamos construido en la vida.

Sin duda, viviremos en nuestras acciones, en lo que poseímos y dejamos atrás, en las personas que nos conocieron y que aprendieron de nosotros. Viviremos en nuestras obras.

Y pocos legados son tan presentes siempre como la creación musical. Los sones de nuestra tierra nos representan, nos identifican, nos permiten sentirnos profundamente orgullosos de nuestra identidad yucateca.

A lo largo de la historia, la música yucateca ha sido un símbolo de la cultura y de la tradición que nos caracterizan. Y así es como Judith Pérez Romero perdura hoy más fuerte que nunca.

Judith Pérez Romero fue más que una compositora destacada: ella, sin duda, es la principal exponente femenina de la música yucateca.

Durante cerca de ocho décadas, compuso, interpretó y dirigió cientos de canciones, piezas y sones que hasta el día de hoy siguen llenando el aire con sus voces y con sus ritmos.

Pero hay que señalar que su legado no solamente se quedó en nuestra tierra del Mayab. Ella se encargó de llevar nuestra música a Estados Unidos y a Europa, dándole un gran alcance y permitiendo a la cultura yucateca estar presente en diversas partes del mundo.

Donde ella estuviera, estaba también un poco de nuestra música, de nuestra tradición, de nuestra cultura.

A lo largo de su larga y prolífica trayectoria, Judith Pérez Romero creó una amplia e importante colección musical, consistente en partituras, discos, fotografías y diversos materiales que, en su conjunto, representan un gran legado histórico para la música yucateca.

Más de seis mil materiales que han sido conservados y cuidados por ella y por su familia, y que hoy, gracias al esfuerzo de sus herederos, formarán parte del importantísimo acervo de la Escuela Superior de Artes de Yucatán.

Porque una colección de esta dimensión, de este calibre, una colección con historia propia, tiene su hogar natural en la ESAY.

Tiene su hogar en un espacio donde será cuidada y preservada, pero también donde será estudiada y disfrutada por investigadores, estudiantes, músicos y todo aquel que quiera aportar al arte y a la cultura de Yucatán.

Así garantizamos que su legado siempre siga presente, enalteciendo la música yucateca, tal como Judith Pérez Romero lo hizo por tantas décadas.

Agradecemos el entusiasmo de todos ustedes por conocer y dar a conocer la obra de Judith Pérez Romero, y a nombre de todo el pueblo yucateco agradezco a sus familiares por la donación que le realizan a la ESAY. Muchas, muchas gracias.

A través de estos materiales, Judith nos seguirá recordando a todos lo orgullosos que debemos sentirnos de ser yucatecos.

Seguiremos recordando el orgullo de pertenecer a una tierra de cultura, tradición y talentosos artistas, tal como lo fue Judith Pérez Romero y, sin duda, lo seguirá siendo para siempre.

Muchas gracias.