Universitarios crean robot que recibe y ejecuta órdenes
Justina es un androide de servicio que mide 1.80 centímetros y pesa 50 kilogramos combinando estética con funcionalidad
Justina es un androide de servicio que mide 1.80 centímetros y pesa 50 kilogramos combinando estética con funcionalidad
Creada y diseñada para reconocer personas y gestos, además de recibir órdenes y ejecutar instrucciones, alumnos de la Facultad de Ingeniería de la UNAM innovaron al robot de servicio Justina, capaz de ir a una habitación, buscar a una persona e interactuar con ella.
Jesús Savage Carmona, investigador y responsable del laboratorio de Biorrobótica, de la máxima casa de estudios; detalló que este androide es de servicio, es decir “aquellos que van a estar en las casas, oficinas y escuelas. En un principio no fabrican productos, pero si pueden hacer un sándwich, en otras palabras, están hechos para servir”.
Además de realizar las tareas anteriores, el doctor Savage ejemplificó que Justina fungiría como enlace en la comunicación que se puede establecer entre un médico especialista localizado en la ciudad y el paciente de una comunidad alejada del hospital de especialidad.
Desde 2012, cuando inició el proyecto, Justina ha ido cambiando su fisonomía. Actualmente está formada por tres componentes: una parte mecánica que conforma su cuerpo, el torso y la base; la segunda es la electrónica junto con los motores, y la tercera es el software, “donde tenemos los programas que contienen técnicas de inteligencia artificial, procesamiento e interpretación del habla”, detalló Jesús Savage, líder del equipo innovador “Pumas”.
Físicamente, el androide mide 1.80 centímetros y pesa aproximadamente 50 kilogramos. Está construida son aluminio estructural que permite un fácil transporte, es decir su diseño combina estética con funcionalidad.
“Para que Justina pueda ver tiene sistema de visión, conformado por dos cámaras de vídeo y un sensor ‘Kinect’, el cual le permite capturar información en tres dimensiones, servomotores que le dan el movimiento a los brazos, así como un torso que sube y baja, una tarjeta de audio con varios micrófonos, un láser de distancia para que se ubique en el entorno y pueda navegar y llantas omnidireccionales que permiten el movimiento sobre su propio eje”, explicó Manuel Alejandro Pano Sanjuan, estudiante de ingeniería mecatrónica y encargado del hardware de Justina.
Hasta el momento, este robot de servicio aún se encuentra en desarrollo; sin embargo, con las características que ya posee, el equipo Pumas y Justina recibieron la distinción al Mejor Sistema de Reconocimiento de Voz y Comprensión del Lenguaje Natural en la categoría at home en la competencia de robots internacional RoboCup 2017, celebrada en Nagoya, Japón. (Agencia ID)