Teo Zubía, un egresado de la UAG, “Astro” de la duela

El UAG Alumni estudió Diseño Industrial, a la par que jugaba en el equipo de los Tecos; actualmente es Presidente de los Astros de Jalisco

En 1995, hace 28 años, Carlos Teófilo Zubía Félix estaba en búsqueda de una universidad que le permitiera formarse como profesionista y también seguir con la práctica de su más grande pasión: el básquetbol.

Desde su natal Los Mochis, Sinaloa, todo apuntaba que Puebla sería su destino, ya que tenía algunas ofertas para probarse en equipos universitarios de básquetbol de aquel Estado; sin embargo, tuvo el contacto con la oficina de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) que se ubicaba en su Ciudad y decidió probarse en esta institución.

“Por medio de esa oficina me contactan cuando se dan cuenta de que yo iba a ir a jugar a una universidad en Puebla y me invitan a venir a Guadalajara”, refiere Teo Zubía, como también es conocido.

“Un dato importante es que mi abuela, Esther Gabriela Sánchez, se graduó en la primera generación de Química. Era una persona, en Los Mochis, que era reconocida como egresada de la UAG, entonces mi abuela tenía la intención de que viniera acá antes que a cualquier otra universidad”.

Fue así como entonces decidió probarse en el equipo de los Tecos, que en aquel tiempo jugaban en la Liga Universitaria, y al ser admitido y becado se quedó para forjar una historia de 5 años como jugador y estudiante.

Aunque en un principio no se decidía la carrera universitaria que iba a cursar, en esa época la Licenciatura en Diseño Industrial era una carrera nueva, que le pareció interesante y así fue como comenzó a jugar básquetbol y a estudiar.

Su vida en la UAG

Fue así como comenzó su paso por la Autónoma de Guadalajara, una universidad en la que tuvo la oportunidad de formarse como profesionista y dedicarse al básquetbol, el cual comenzó a practicar desde que era niño.

“Yo venía de una ciudad pequeña, de Los Mochis, llegar a un Campus como la Autónoma era como una Ciudad para mí, demasiado grande. Estaba en el edificio de Diseño, que era el último que había, entonces todos los días tenías que atravesar la universidad caminando”, recuerda con cariño.

“Conocí mucha gente de todos lados, aprendí muchísimo, tuve la oportunidad de dedicarme a jugar básquetbol, tuve la oportunidad de tener una carrera gracias al Deporte, eso fue muy importante para mí”.

Su día a día no era fácil. Estudiar, practicar el baloncesto y tener una beca eran situaciones que lo obligaban a mantener una calificación alta, pero su disciplina y amor por el básquetbol siempre fueron el más grande impulso para salir adelante.

Su día comenzaba a las 6:30 de la mañana, cuando llegaba a Ciudad Universitaria para empezar a tomar sus clases en punto de las 7. Luego, salía de su jornada como estudiante a las 4 de la tarde y se iba a la Cafetería Central, apenas tenía tiempo para comer y seguir, pues por la tarde impartía una clínica de básquetbol a un grupo de niños, ya que uno de sus compromisos era compartir sus conocimientos del deporte con las nuevas generaciones.

Por último, pero no menos importante, se dirigía al entrenamiento con el equipo de Tecos. Su jornada terminaba a las 10:30 de la noche; en total pasaba 16 en la Autónoma, una jornada muy larga, a la que pocos estudiantes estaban acostumbrados, pero el esfuerzo valió la pena, ya que en el año 2000 concluyó su formación como Diseñador Industrial.

“Para mí fue un orgullo ser un jugador que se graduó, entonces pude acabar mi escuela, pude salir adelante, aprender, jugar, conocer gente, salir y viajar”, indicó Teo Zubía.

Haber sido de los pocos deportistas con carrera universitaria en aquel tiempo, es algo que también se lo debe a sus profesores y directivos de la UAG, quienes siempre lo apoyaron e impulsaron a “nunca tirar la toalla”.

“Me quedo con la educación, el esfuerzo, la disciplina, con todo lo que se tienen que hacer para concluir; yo lo pude concluir y eso me da mucho orgullo”, comenta.

Inicio profesional

Justo cuando culminó su formación universitaria se abrió una oportunidad para jugar en la liga profesional del Circuito Mexicano de Básquetbol (CIMEBA), pero la realidad era que todavía el baloncesto no estaba tan desarrollado como hoy y no ofrecía buenos ingresos, por lo que le recomendaron a Teo mejor dedicarse a su profesión.

“Me dolió mucho no poder participar (en CIMEBA), no poder estar, y ahora la vida me regresa a estar en un equipo profesional de otra manera, como directivo. Entonces yo por eso siempre digo que hay que confiar en lo que Dios nos pone en el camino, a veces no nos gusta, pero al final del día siempre tiene sentido”, reflexiona el UAG Alumni.

Entonces, ya enfocado en su carrera de Diseño Industrial y alejado de la competencia en las duelas, comenzó su carrera profesional en una empresa de diseño de turbinas, donde fue ascendiendo de puesto hasta ser el responsable del grupo de diseñadores de la compañía, lo que le permitió viajar y estar en contacto con directivos de la firma en Estados Unidos.

Pero su inquietud por hacer cosas nuevas y seguir con su carrera profesional lo llevaron a renunciar a los 6 años, pues ese tiempo le permitió reflexionar que podía hacer muchas cosas fuera del básquetbol. Fue así como creó tres empresas relacionadas con la construcción, el comercio y la impresión textil.

Astros, una franquicia exitosa

Pero el destino a veces quiere que las personas sigan dedicándose a sus más grandes pasiones y abren caminos que nunca se imaginan. Ese fue el caso de Teo Zubía, que en el 2018 conoció a una persona en un partido de beisbol, que por cierto ya sabía sobre su carrera como basquetbolista.

A los 15 días de haberla conocido, esa persona buscó a Teo para inviarlo a sumarse a la nueva franquicia de básquetbol que llegaba a la Ciudad: Los Astros de Jalisco, buscaban a una persona profesional, que supiera de baloncesto y tuviera la sagacidad de manejar un equipo profesional. Ese perfil lo llenaba Teo.

Aunque en un principio se resistía a formar parte del equipo que jugaría la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP), pues tenía que administrar sus tres negocios, gracias al apoyo de su familia y colaboradores se pudo “despegar” un poco de sus empresas y en un inicio solo asistía a reuniones para asesorar a los inversionistas del equipo para el inicio de la primera temporada

Pero esa temporada por la que solo iba, se han convertido en ya 5 años llenos de aventuras y éxitos. En una primera etapa el equipo solo compitió en la LNBP, luego de 2 años de su creación, la franquicia, y con un cambio de dueños, también comenzó a incursionar en el Circuito de Baloncesto de la Costa del Pacífico (CIBACOPA).

“Yo en la primera etapa primero era un tipo consejero, luego Director Deportivo, luego me llamaban Gerente, nunca se estructuró tal cual y, bueno, esta nueva etapa de Astros de hace 2 años del nuevo grupo, el nuevo consejo, me habla y me invita como Presidente de la institución”, refiere el egresado de Diseño Industrial de la UAG.

Posteriormente, la LNBP anunció la incursión del baloncesto femenil, por lo que Astros de Jalisco se convirtió en la única franquicia en tener tres equipos profesionales, con actividades de febrero a diciembre, prácticamente todo el año.

Bajo el mandato de Teo Zubía, el equipo ha obtenido un bicampeonato en la CIBACOPA y otro más en la LNBP femenil, además de llegar a otras tres finales. Ahora, con este palmarés, Astros se ha convertido en un equipo exitoso y referente en el baloncesto nacional, además que se ha ganado el cariño de la afición tapatía y una importante afición en las gradas, a las que en un inicio “nadie se paraba”.

Casado con su esposa Brenda y con 4 hijos, quienes son lo más importante en su vida, Teo Zubía tiene “cuerda para rato” en el baloncesto. Entre sus proyectos se encuentran seguir consolidando al equipo, impulsar el deporte y apoyar a los deportistas que, como él, se esfuerzan para salir adelante.

“Es que yo estuve ahí, yo fui uno de los niños que no tenían manera de salir adelante si no era por un deporte, entonces si yo voy a tener la oportunidad de sentarme en una silla donde voy a poder regresarle a alguien lo que a mí me dieron, yo creo que merece la pena”, concluye.