Policía Municipal encuentra sano y salvo a adulto desaparecido
“Papá, ya venimos por ti, vámonos…soy tu hija, Hilaria, vino también María Isabel”.
“Papá, ya venimos por ti, vámonos…soy tu hija, Hilaria, vino también María Isabel”.
Mérida, Yucatán, Martes 3 de Mayo de 2016.- En una muestra más de honestidad y compromiso con los meridanos, un agente de la Policía Municipal de Mérida encontró y entregó a sus familiares a un adulto de 84 años de edad que tenía tres días extraviado.
Enrique Sansores Viana, deambulaba errante en el parque de la Mejorada, se veía sucio, cargaba unas bolsas, una mochila y un palo de escoba que usaba como bastón, el cabello y la barba canos y largos, pero los agentes ya sabían que se trataba del señor que apenas el mediodía de este lunes fue reportado perdido por parte de su hija María Hilaria Sansores Pech, en la colonia Amalia Solórzano, quien dijo a los agentes que desde el sábado no lo .
Apenas habían transcurrido una hora y 15 minutos del reporte cuando fue encontrado, en punto de las 15:00 horas.
El agente Santos Sabido Iuit viajaba en una camioneta de la PMM y al transitar por ese rumbo, vio a lo lejos, al otro extremo del parque a una persona con la vestimenta y características con las que fue descrito momentos antes. Se acercó y al preguntarle su nombre, aquel pudo citarlo con precisión, pero no recordó la colonia en la que vive ni a sus familiares, sin embargo, los agentes ya tenían los datos de su hija Hilaria quien ya lo había reportado.
Al ser trasladado a las instalaciones de la Policía Municipal, Enrique Sansores recibió agua y comida que le brindó el personal del Departamento Jurídico, lo cual recibió con cierta desesperación. Ya para ese momento, la abogada Margarita Cámara Acuña, ya había hecho contacto con la hija para acudir por su familiar.
El encuentro entre ambos no fue tan emotivo, pues el octagenario al parecer padece de alzheimer y no pudo reconocer a sus familiares al momento en que se encontraron en uno de los pasillos de la corporación.
“Papá, ya venimos por ti, vámonos…soy tu hija, Hilaria, vino también María Isabel”.
“Mmh.., sí…, ah, qué bueno, qué bueno, gracias a Dios” respondió el abuelito luego de unos segundos de recordar y dibujando una sonrisa que no se le había visto desde que fue rescatado.
Ahí, tras la firma rápida del acta del caso, los tres fueron llevados a bordo de una patrulla a su domicilio en la Amalia Solórzano, pues carecían de dinero para el camión.