En la población de Martínez de la Torre, Veracruz, una empresa del sector alimentario emplea 12 mil toneladas de piña (Ananas ssp.) en la temporada de cosecha para producción de jugo, de las cuales casi el 50 por ciento es cáscara que se desecha.
Para aprovechar este producto sin utilidad, dos alumnas del Instituto Tecnológico Superior de la entidad se dieron a la tarea de investigar sobre los procesos de generación de bioetanol a partir de bagazo de piña, e idearon métodos de mejora que reducen costos de inversión y tiempo producción en comparación con los ya conocidos.
El proyecto de las estudiantes de ingeniería en industrias alimentarias Adriana Gissell Barona Benavides y Elizabeth Hernández Hernández ganó el primer Lugar en el Concurso Vive conCiencia 2017, en la categoría Reto Energía.
El proceso para la obtención de biocombustible destaca también por emplear piña de segunda generación, es decir, es en primera instancia de consumo humano y con los residuos se genera el bioetanol. Cabe destacar que existen otros procesos para su obtención que emplean alimentos que se cosechan directamente con este fin y no pasan por el consumo humano, como en el caso del maíz para este fin.
Gissell Barona explica que a partir de un proceso de fermentación de la cáscara de piña se obtiene bioetanol por métodos ya conocidos. El que las alumnas del Tecnológico de Martínez de la Torre seleccionaron apuntando a los mejores resultados tiene como base la hidrólisis simple que emplea hidróxido de sodio y ácido sulfúrico.
“Modificamos el método y se demostró que el primer compuesto podría suprimirse y la concentración del ácido se redujo a menos de la mitad. Prescindimos también de la detoxificacion en el proceso porque se emplea carbón y resulta contaminante.
“Por cada 12 mil toneladas de piña, casi el 50 por ciento es cáscara de desecho, de la que podemos obtener poco más de 200 mil litros de bioetanol, un biocombustible que se puede combinar con gasolina y utilizarse como combustible. El litro cuesta unos 14 pesos”, explica la estudiante del quinto semestre de ingeniería y quien fue asesorada por el maestro en ciencias Francisco Hernández Lorenzo.
El concurso Vive conCiencia es organizado por el Tecnológico Nacional de México, la UNAM, CONACYT, ANUIES, el Instituto Politécnico Nacional y el Senado de la República. Convoca a que los participantes realicen propuestas que contribuyan a solucionar los 10 retos de la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) a través del uso de la ciencia y la tecnología: agua, cambio climático, educación, energía, investigación espacial, medio ambiente, migración, salud mental y adicciones, seguridad alimentaria y salud pública.
En la convocatoria 2017 de Vive conciencia, participaron más de mil 600 universitarios de instituciones públicas y privadas del país, con alrededor de 600 propuestas. (Agencia ID)
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