Muchas cosas por borrar en Progreso

Malos gobernantes, la suciedad del puerto, el problema del agua potable, los malvivientes del malecón y el playón, la falta de vialidad y los vendedores ambulantes que atosigan, entre otros muchos males que tienen que desaparecer porque impiden al puerto navegar en aguas más favorables.

Radar Político/Columna

Sin afán de ofender a los progreseños, a los que consideramos gente trabajadora y con mucho empeño, y que gracias a su esfuerzo hoy su puerto es uno de los principales de México, pero sin duda en la ciudad que fundó Juan Miguel Castro hace casi 150 años hay muchas cosas que valdría la pena borrar.

Y no solo nos referimos a problemas que atañen a la industria turística, que al parecer fue a los que se refirió la secretaría de Fomento Turístico, Michelle Fridman Hirsch, en una declaración a los medios que no se entendió en su justa dimensión.

La playa del malecón de Progreso en horas previas al Triatlón. La opinión general y coincidente fue que el puerto debe lucir así de limpio todo el tiempo.

Si realmente queremos que Progreso figure en el mapa turístico mundial hay que hacer a un lado falsos orgullos regionales, y reconocer que hay cosas que no se están haciendo bien en el puerto.

Cualquiera que tan solo haya ido a Cozumel o la Riviera Maya podrá darse cuenta que estamos muy lejos de ser como esos destinos a los que llega turismo extranjero en forma masiva.

Y ya no digamos destinos internacionales que representan fuerte competencia, como Cuba, Jamaica, Islas Caimán o la potencia turística del Caribe: República Dominicana.

Ni en servicios ni en imagen ni en atención podemos compararnos con ellos. Sin duda hay que borrar lo que se hizo en el pasado o no pasaremos de ser el último puerto que toque el crucero y en el que la mayoría de los turistas prefiera quedarse en el barco a bajar a ver un puerto sucio, donde lo persigan vendedores ambulantes hasta atosigarlo, donde la playa no está limpia y donde no haya servicios turísticos disponibles y de calidad.

Ojalá la playa de Progreso siempre estuviera limpia como en las horas previas al Triatlón, pero esa labor no debe correr exclusivamente a cargo del gobierno, sino que debe ser pagada por los prestadores de servicios turísticos. Ellos ganan dólares, no piedras, y es justo que paguen por mantener en buenas condiciones un lugar que representa su fuente de ingresos.

Lo que sí le correspondería al gobierno, pero en forma conjunta con la sociedad, es el fomento de nuevos atractivos para los turistas, a fin de que Progreso ya no sea solo un sitio de paso para turistas que compran los paquetes para conocer Mérida o las zonas arqueológicas, sino que se animen a quedarse muchas más horas en Yucatán, generando derrama económica que a la larga representa ingresos y fuentes de empleo.

Y entre las cosas que hay que borrar, y en forma definitiva, están los pésimos gobernantes que ha tenido Progreso en los últimos años, sea del color que fueren.

Durante muchos años el PRI se adueñó de la presidencia municipal del puerto, y cuando por fin hubo alternancia, el alcalde resultó mucho peor y el puerto vivió los peores años de su historia.

También que hay que borrar hasta la extinción los intereses políticos que no han permitido tener una saneamiento adecuado del entorno ambiental en Progreso, pues las invasiones a la ciénaga, la basura acumulada y la contaminación por descargas humanas están a la orden del día en el puerto.

Una imagen que generó muchas opiniones. La mayoría coincidió en que Progreso debe lucir todo el tiempo así de limpio.

También hay que borrar o quizá barrer a todos los borrachines que abundan en el malecón y la zona del playón, y que molestan a turistas nacionales y extranjeros. Muchos los ven como un mal necesario, pero nunca hay que acostumbrarse a que una mala práctica se convierta en parte del entorno. Cero tolerancia.

Otro punto por borrar son los intereses creados que no permiten tener una mejor vialidad en el puerto, la cual se agrava en temporadas como la veraniega y Semana Santa.

El sistema de agua potable también valdría la pena borrarlo y sustituirlo por un mucho más eficiente, no solo para beneficio de los progreseños sino también para los miles de temporadistas que cada año lo piensan cuando van a la playa.

En fin, sin duda se quedó corta la secretaria de turismo, pues ella solo habló de una parte, y no creemos que sea necesaria una bomba atómica, como gráficamente muchos interpretaron las declaraciones de la funcionaria, sino mucha voluntad para solucionar todos y cada uno de los problemas que no le permiten a Progreso navegar en aguas mucho más favorables.

 

Cortesía: YA