El mexicano Héctor Alejandro Cabrera Fuentes desarrolló un método que de aplicarse en las primeras horas de manifestación de un infarto reduce la magnitud del daño desde tres vertientes: la disminución de un proceso inflamatorio, activación vascular y la muerte celular del corazón. El sistema redujo en 17 por ciento la muerte celular en pacientes crónico-degenerativos con hipertensión y diabetes que sufrieron un infarto, previo dolor de pecho, en las Islas Mauricio (en África oriental).
El logro le ha valido al científico connacional el reconocimiento de la comunidad médico-científica del orbe, uno de ellos como el “Mejor investigador joven en ciencias básicas y traslacionales”, durante el 16 Congreso sobre “Revascularización Coronaria. Nuevas fronteras en intervención cardiovascular”, efectuado en Busan, Corea del Sur, en diciembre de 2016.
En el evento internacional se presentan los últimos avances en intervención coronaria compleja, ensayos clínicos, modalidades de imagen e investigación traslacional, entre otros importantes temas alusivos a la Revascularización Coronaria.
Actualmente, el doctor Cabrera Fuentes es jefe de grupo de tres trabajos científicos, en Rusia, en Alemania y en Singapur, país en el que radica y donde se desempeña como investigador en la universidad nacional y en el instituto nacional de cardiología de esa entidad.
Sobre el método desarrollado explica que al estudiar al ARN en el cáncer se dio cuenta que se producía inflamación y muerte celular, lo que dio pie a indagar este tipo de daño con otras afecciones, como arterioesclerosis o infarto, en los que las células mueren por falta de oxígeno (isquemia).
“Es en ese momento cuando se libera el ARN y junto a mi grupo de trabajo aplicamos diferentes ribonucleasas de bacterias y de otras células humanas activas, y descubrimos que este mecanismo es activando en los órganos del cuerpo por medio de un baumanómetro, es decir, podemos inducir la liberación de estas ribonucleasas activas y disminuir el tamaño de un infarto al aplicar el instrumento por cinco minutos a 200 milímetros de mercurio, luego se relaja y se vuelve a aplicar, de esta manera las ribonucleasas ayudan disminuir el daño por isquemia y su repercusión”.
“Las células son inteligentes — refiere en entrevista, el científico de origen oaxaqueño—. Cuando se forma el trombo (coágulo) habrá un porcentaje de ellas que muere inmediatamente y otras que se adaptarán a vivir sin oxígeno. En ese lapso, de entre 6 a 10 horas en el que sucede el infarto, el cardiólogo de forma tradicional abre y aplica enzimas a la circulación, con lo que consigue reabrir la arteria y se destruye el trombo, pero las células que se han adaptado se mueren al abrir el flujo.
“Cuando se procede de esta manera, 30 por ciento de los pacientes muere y en el resto existe el riesgo de que el trombo se vaya a otra parte del cuerpo o haya derrame cerebral”.
En abril de 2016 fue distinguido por la Sociedad Internacional de Investigación del Corazón, en Argentina, con el premio ISHR-Servier 2016 que reconoce la labor científicos menores de 35 años de edad. En 2015 fue finalista en el premio joven de la Asociación de Investigación Cardiovascular, en Inglaterra; en 2014 fue galardonado como mejor investigador joven por la Sociedad de Cardiología de Rusia y por la Asociación Americana de Cardiología; en tanto que en 2013 recibió el premio al investigador joven de la Asociación Alemana de Arterioesclerosis.
El presidente Enrique Peña Nieto le otorgó una distinción por su aportación a la prevención de la diabetes en el mundo, en abril de 2016, durante su visita a Alemania.
Héctor Alejandro Cabrera Fuentes, microbiólogo mexicano, es doctor en Biología Humana por la Universidad Justus-Liebig-Giessen de Alemania, con Summa Cum Laude, y doctor en Bioquímica y Microbiología por la Universidad Federal de Kazán, Rusia. (Agencia ID)
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