Con su permiso ciudadana presidenta de la mesa directiva, un saludo cordial a las diputadas y diputados presentes en este pleno, medios de comunicación y personas que nos acompañan en forma presencial o a través del canal del Congreso.
Quienes estamos aquí somos, no cabe duda expresión genuina de la pluralidad que existe en nuestra sociedad, tenemos diferencias en varios órdenes, culturales, educativos, sociales, económicas Y desde luego políticas. Nos hace comunes él estar presentes aquí en función de una responsabilidad que adquirimos con quienes con su voto nos escogieron como sus representantes.
La responsabilidad que yo entiendo como propia, parte de la claridad que tengo en mi quehacer legislativo con quienes represento y ellos, no me autorizan para firmar cheques en blanco, ni dar beneficios de la duda. Tengo un compromiso con ellos, con quienes decidieron que yo los representará en este Congreso expresando mis decisiones consciente y consecuente y desde luego convencida respecto de lo que estoy votando.
Respecto de las acciones presupuestarias, de cualquier tipo la premisa fundamental que guía mis decisiones parte de 2 consideraciones básicas, la austeridad y la racionalidad del gasto. Son estos los 2 aspectos que me deben de quedar claros, de los que debo estar convencida y ello, debo de señalarlo, no me queda claro en la presentación y lectura del acuerdo que se nos propone.
Se habla de los términos a que está obligado a cumplir este Congreso para entregar su propuesta, se habla del marco normativo que fundamenta la presentación del proyecto. Se dice de la función que cumple la instancia administrativa de este Congreso y consideraciones genéricas que según lo veo, son justificaciones retóricas carentes de contenido en un enunciado de austeridad que no se explica, qué muestra cifras globales que poco explican y no me resultan convincentes, pues no desglosan el gasto, sus sustentos y los detalles en la aplicación del mismo. Y tengo que decirlo, en la presentación global me preocuparía la posibilidad de un uso discrecional de los recursos y eso va más allá de la duda razonable que desde luego me obliga responsablemente a votar en contra.
Un presupuesto es un plan de operaciones y recursos, es sentarse a planear lo que quieres hacer en el futuro y expresarlo en dinero, con las ocurrencias de la realidad, y detectar aquellas áreas que puedan estar causando problemas y derivar de ahí los planteamientos para resolverlos
Es una previsión normativa qué debe de explicar y guiar cada tema del gasto. Recientemente en medios y no a nosotros, se hizo público que existían irregularidades en el ejercicio del gasto, se habló de duplicidad de funciones y exceso de personal en diferentes áreas, pero no conozco, no se nos dio a conocer en forma clara y precisa de que se trataba y con ello consolidar un argumento que sustentará las acciones de gasto problemáticas.
Quienes estamos convencidos de la necesaria transformación de la vida pública de México, también tenemos claro que debe concluir la etapa del pastoreo que ha sido características en el funcionamiento y actividad parlamentaria tradicional, el voto convencido en el congreso no es la expresión que se dicta por un iluminado o gran experto y esta propuesta a mí no me convence y me hace considerar, por encima de todo, la responsabilidad que tengo para con quienes hicieron posible que fuera yo su representante y su voz en este Congreso.
Es cuanto ciudadana presidenta