«¿Messi el mejor que he visto? Después de mí, sí»: Ronaldinho

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Durante tres años fueron compañeros en el Primer Equipo del Barcelona. Cuando él recibía el Balón de Oro, aconsejaba a su sucesor para que lo superara. Hoy Ronaldinho habla con alegría de Lionel Messi. «¿El mejor que he visto? Después de mí, sí», asegura mientras se ríe.

«Siempre fue especial. No se por qué, pero Dios apunta a algunos, los escoge, y lo demás va solo. Y él ya vino de esta forma», afirma a Radio Barcelona. Usa palabras como «especial» y «diferente» para definirlo. Recuerda que siempre fueron grandes amigos. Se sentaban juntos en el vestidor. Él lo cuidó para que fuera el más grande. Sabía que «iba a ser el mejor».

Para Neymar también tiene palabras. Muchos lo consideran su heredero. Entiende que por la posición y por ser brasileño será comparado con él. Pide que eso no pase. «No me recuerda a mí», insiste. Igual lo ve como el número uno en un futuro «por su forma de jugar».

En Barcelona también coincidió con Samuel Eto’o, Ludovic Giuly y Henrik Larsson. Juntos ganaron dos ligas de España y una Champions, la segunda en la historia del club. Llevaba 14 años sin conseguirla. «Hicimos mucho por la historia del club», considera. Al mismo tiempo niega que su estadía fuera «corta».

Salió en medio de dimes y diretes que indicaban indisciplina de su parte. Cree que se exageró y no le sorprende. «¿Que me gusta mucho salir? ¡Igual que a ustedes! Lo que pasa que siendo un personaje público, lo que haces se triplica», reclama.

Siempre fue alegre. Cuando estuvo en Barcelona se habló de sus regates y de su magia. La espaldinha es una de sus jugadas más memorables. Cuenta que la practicó varias veces en los entrenamientos. Su idea de la fantasía era «engañar a los demás y sacar provecho». Lo intentaba para beneficiar al equipo, aunque el lucimiento personal quedara de manifiesto.

Hay dos momentos que se recuerdan en su etapa vestido de blaugrana: el gol contra Chelsea y la ovación en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid. Sobre lo primero refiere que «fue como bailar». No fue consciente de los aplausos en territorio rival sino hasta tiempo después. «Es una alegría muy grande», finaliza.