La ciberseguridad efectiva nunca llega en una caja
En materia de protección digital, sólo pensar en términos de hardware es una decisión demasiado arriesgada.
En materia de protección digital, sólo pensar en términos de hardware es una decisión demasiado arriesgada.
Por Juan Manuel Luna*
Abrir una caja que contiene un equipo nuevo, habrá que reconocerlo, es una acción emocionante; y por lo que sugiere la popularidad de los videos de unboxing, desempacar una mercancía, para miles de personas, es también un asunto al que no le falta espectacularidad. En una organización, cuando se recibe hardware nuevo para fortalecer la plataforma de ciberseguridad, no sería raro que las emociones también afloraran –“¡Por fin llegaron los firewalls que compramos! ¡Ya sáquenlos de las cajas!”, podría afirmar algún entusiasta colaborador.
Sin embargo, en el ámbito empresarial, una estrategia de protección digital que incluye sesiones de unboxing recurrentes no es una buena noticia.
Si sólo se dedica a acumular equipos de ciberseguridad en la red (firewalls, dispositivos UTM y otros appliances especializados), la organización está aceptando que su infraestructura local de conectividad es el lugar que debe proteger a toda costa; esto, al mismo tiempo, implica que las defensas deben enfocarse en la información que fluye por dicha infraestructura, así como en los dispositivos y las personas que se conectan directamente a ella.
Dicha perspectiva, lamentablemente, tiene una falla crítica: el mundo empresarial ya no funciona así. Distintas innovaciones y tendencias –movilidad, servicios y aplicaciones de nube (pública y privada), trabajo remoto, modelos de Bring Your Own Device (BYOD; usa tu dispositivo personal), etcétera– han causado que buena parte de las actividades corporativas esenciales ahora se ejecuten fuera de los límites de la red de la organización. Y no sólo eso: también han detonado nuevos hábitos entre los usuarios, en los cuales la infraestructura de la compañía no es el entorno principal.
En un escenario de este tipo, atiborrar una red con hardware de protección digital, además de representar un gasto enorme, es una táctica poco eficiente. Para muchas organizaciones, reconocer este cambio de paradigma –la red corporativa ya no debe ser el foco de todos los esfuerzos de seguridad– no será sencillo. No obstante, para confirmar la evolución drástica del ambiente, basta con revisar algunos datos:
En dichas situaciones, el hardware de seguridad que está “amarrado” a la red no marcará una gran diferencia, ya que las amenazas se gestarán muy lejos de la empresa; por ejemplo: en la aplicación de nube de un tercero que, gracias a la temeridad de un empleado, termina por contribuir al robo de información sensible o le abre la puerta a un ciberataque de gran escala. Y en este sentido, vale la pena recordar que, el año pasado, la entrega de malware vía apps Cloud marcó un aumento del 63%.
Proteger los datos, el nuevo campo de batalla
El apego al hardware de seguridad en la red, afortunadamente, es una costumbre que las organizaciones pueden dejar atrás. Con una implementación de SASE (término que debe pronunciarse “sasy”), decirle adiós a dicho hábito es una posibilidad real.
Definido y avalado por la consultora Gartner, este modelo de ciberseguridad, nativo de la nube, brinda las innovaciones que una empresa necesita para proteger eficientemente sus activos (tecnologías como Gateway web seguro –SWG–, Protección avanzada contra amenazas –ATP–, acceso remoto basado en Zero Trust –ZTNA–, Prevención de pérdida de datos –DLP–, entre otras), sin que esto conlleve a la acumulación de varios sistemas o appliances en la infraestructura de TI (una caja por cada herramienta). Además, dado que SASE es un modelo cloud, todas las capacidades se proveen como servicio, lo que también facilita su implementación y administración.
A la par de sus ventajas, SASE involucra un cambio de visión totalmente disruptivo. A diferencia de los modelos de protección que apuestan por el amontonamiento de hardware, SASE va más allá de las fronteras de la red: en la aplicación de medidas de ciberseguridad, acompañar a los datos en su viaje y tomar en cuenta el factor de contexto son dos tareas fundamentales para lograr los mejores resultados. En buena medida, esto implica reconocer la evolución tecnológica del ámbito corporativo y no conformarse con simplemente resistir cualquier ataque que llegue a la red.
En un entorno empresarial cotidiano, esta visión se materializa en acciones como:
Es hora de entender el cambio. Una empresa con múltiples equipos y appliances de seguridad en su red no es una organización mejor preparada para enfrentar a las amenazas digitales de hoy. Una defensa integral y eficiente no puede empaquetarse en una o 100 cajas. Si en el área de ciberseguridad de su empresa han programado una nueva sesión de unboxing, aproveche el momento para reflexionar: ¿estamos tomando una medida en beneficio de la organización o simplemente hacemos algo que se verá muy bien en la página de Facebook?
*El autor es director de Netskope para México, Centroamérica y el Caribe.