Acanceh, Yucatán, 28 de mayo de 2021.- William Ortiz Noh, un estudiante de ingeniería mecatrónica en la Universidad Tecnológica Metropolitana, inventó un robot usando un software básico y a partir de teléfonos celulares antiguos que toma la temperatura, sirve gel antibacterial y cuenta bombas, chistes y dice palabras en maya.
Y el robot demostró sus habilidades al tomarle la temperatura al Gobernador Mauricio Vila Dosal, que dio 36.5 grados Celsius, con solo acercarle la mano al frente y enseguida servirle un poco de gel antibacterial.
—¿Y está usted orgullosa? —preguntó Vila Dosal a María Ortiz Noh, la madre de este joven inventor.
—¡Cómo no! Desde chico desbarataba sus juguetes para ver cómo funcionaban —respondió la señora.
El Gobernador visitó a este joven en su domicilio en el poblado de Tepich Carrillo, comisaría de Acanceh, a fin de impulsarlo en su lucha por conseguir sus sueños y para ver de qué manera el Gobierno del Estado puede apoyarlo para que continúe no solo sus estudios, sino que pueda emprender una pequeña empresa de robótica.
El robot, al que le puso por nombre Nortiz Robotics, funciona con un software básico con programación de audios, toma de temperatura y servidor de gel antibacterial, que fue armado con teléfonos celulares viejos, pero ha sido de tal éxito en estos tiempos, que numerosos medios de comunicación ya han escrito reportajes sobre este joven.
“Me falta una lap, estoy construyendo uno más avanzado con cámaras tridimensionales y pantallas”, dijo William al Gobernador al tiempo que le contó que, en Yucatán, gracias a los conocimientos que se imparten en las universidades como la Politécnica y la UTM, ya hay estudiantes que pueden laborar en fábricas robóticas, pero este tipo de empresas no existen en Yucatán.
El joven planteó al mandatario la posibilidad de iniciar una empresa que fabrique estos robots para que en los establecimientos locales les tomen la temperatura y pongan gel antibacterial a los clientes.
La máquina, a la que por cierto vistió con una camisa de color azul, la construyó en ocho meses y de acuerdo con lo que manifestó, le costó 16 mil pesos producirlo. Pero a partir de éste, podría hacer más con inversiones de cinco mil pesos cada uno.
Estudia el octavo semestre en la Universidad Tecnológica Metropolitana de Santa Rosa y narró que antes de la pandemia a diario se trasladaba en camión a la escuela en el turno vespertino, el cual, por cierto, a veces tenía que abandonar en las últimas clases para no perder el autobús de vuelta a su pueblo.
Vila Dosal ofreció apoyarlo con una computadora laptop, a fin de que pueda continuar con sus sueños, además de asesoría para que siga construyendo sus robots y a futuro puede emprender una empresa de su tipo en Yucatán.
William tiene 22 años y contó que cuando empezó la pandemia en Yucatán no había tanto desarrollo tecnológico para las medidas de prevención sanitaria como en otros países, por lo que al ver que nadie se animaba, es que se decidió a construir el robot.
—Algo tengo que hacer en la pandemia, no me puedo quedar con los brazos cruzados. Primero pensé en un robot para empresas, pero eso no es en sí un robot, sino mecatrónica, porque solo sirve el gel antibacterial y toma temperatura —contó.
Explicó que se decidió trabajar a solas y logró, tras varios meses, obtener uno que para él es un gran avance. “Se le puede incorporar que diga cosas, como palabras en maya, para que la lengua no se vaya perdiendo en los jóvenes”, indicó.
—Me gustaría que esté en cada centro comercial, en cada establecimiento, tengo uno, pero cuento con la capacidad de hacer más. Es con fibra de vidrio y materiales de electrónica —indicó.
Sobre la visita del Gobernador dijo que le parecía algo importante. “Sí imaginé que iba a llegar lejos, pero no me imaginé que iba a venir el propio Gobernador a mi casa a verlo”, dijo.
El joven manifestó que terminará su carrera, la cual se truncó por la pandemia, ya que no iba a encontrar trabajo en el área de robótica. “Mi meta era irme a otro país, pero con el Covid-19 hay que aprovechar las oportunidades que se presenten donde uno vive”, indicó.
“Me gustaría conformar una empresa, por eso voy a terminar mis estudios, para que cuando salga ya haya una base para tener una empresa”, narró el joven William, quien vive con su madre y un tío llamado Ambrosio.