Mérida, 6 de abril de 2018.- Señalado como uno de los más sobresalientes pianistas mexicanos con presencia
internacional, Jorge Federico Osorio retorna a Mérida los días 20 y 22 de abril con
la Orquesta Sinfónica de Yucatán para presentar el Concierto para piano número 2
de Johannes Brahms, una de las piezas de mayor dificultad creadas para ese
instrumento.
La OSY con el maestro Juan Carlos Lomónaco en la batuta recibe con mucho
agrado al concertista graduado en el Conservatorio de Tchaikovsky de Moscú,
señalado como excepcional intérprete de las obras de Beethoven
La máxima agrupación musical del estado anuncia su séptimo programa de la
temporada 2018 con doble atractivo, primero, el contar de nuevo con Jorge
Federico Osorio, quien ostenta un extenso currículum de presentaciones en
Estados Unidos, Centro y Sudamérica, Europa, Singapur, Japón y Rusia, entre
otros países.
Reconocido internacionalmente por su dominio del piano, Jorge Federico Osorio ha
recibido varios premios internacionales entre ellos el del Concurso de Piano de
Rhode Island, el Premio Gina Bachauer de la Sinfónica de Dallas y la Medalla ellas
Artes al mérito artístico por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes en México.
En 2015 celebró 50 años de carrera artística y recibió el título Doctor Honoris
Causa en Bellas Artes por parte de la Universidad Veracruzana. Su repertorio
incluye obras de todas las épocas y son reconocidas sus grabaciones con la Royal
Philharmonic Orchestra de Londres de los conciertos de Beethoven, Brahms,
Mozart, Ravel, Tchaikovsky y Ricardo Castro, entre otros.
El contar con el pianista Osorio, que ha dado cátedras de especialización a jóvenes
concertistas mexicanos, representa uno de los acontecimientos más importantes
del ámbito de la música de concierto en el estado y la OSY se honra nuevamente
en presentar a esta gran figura pianística internacional.
El segundo atractivo del programa es la inclusión de la obra del alemán Johannes
Brahms calificada por el propio Lomónaco “tan hermoso como grandioso”, cuyos
cuatro movimientos evocan a una gran sinfonía y que fue estrenada por el mismo
compositor en Budapest en 1881.
El concierto para piano número 2 en si bemol mayor Opus 83 fue escrito en 1878,
20 años después del primero. De impulso menos trágico que su predecesora, la
obra goza en la actualidad de gran popularidad sólo comparable a las
contribuciones de Beethoven al género.
En la parte complementaria la OSY tiene reservada una joya musical para los
melómanos: la 5ª Sinfonía de Sergei Prokofiev, quien la compuso en plena II
Guerra Mundial como “un himno para un hombre libre y feliz, dedicado a sus
maravillosos poderes y a su puro y noble espíritu”.
La obra fue estrenada el 13 de enero de 1945 en el Gran Hall del conservatorio de
Moscú por la Orquesta Sinfónica Estatal de la URSS dirigida por el mismo
Prokofiev, la cual fue bien recibida y posteriormente interpretada por Serge
Koussevitzky con la Orquesta Sinfónica de Boston e inmortalizada en grabación
para la RCA Víctor.
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