Ayer escuchamos a la funcionaria y los funcionarios que acudieron a comparecer en materia de desarrollo del estado.
En el primer bloque nos hablaron de los resultados en Desarrollo Económico y en el segundo bloque, expusieron lo que se ha hecho en materia de desarrollo Social.
En los últimos 5 años hemos visto políticas económicas estatales encaminadas principalmente a la atracción de inversión a Yucatán, descuidando por completo el bienestar de los trabajadores y sus familias.
En Yucatán no hay desarrollo económico, porque la derrama que traen las inversiones no le está llegando a la población y no se ve reflejada en la calidad de vida de las yucatecas y yucatecos.
El estado sigue teniendo los salarios más bajos del país y las desigualdades en oportunidades y en el diseño de políticas públicas, han caracterizado a nuestro estado en los últimos años.
Yucatán no es el mejor lugar para vivir. Hoy Yucatán es solo el mejor lugar para invertir.
Pero esas inversiones no han mejorado la calidad de vida los yucatecos.
Y ahí están los crecientes índices en los casos de suicidios, de feminicidios y de muertes por dengue. Esos son indicadores de que en Yucatán algo está fallando.
Y esto pudimos confirmarlo en las comparecencias.
Por ejemplo, ayer en tema del desarrollo económico estatal. Una vez más, el tema central del Titular de la Secretaría de fomento económico Y TRABAJO fueron las inversiones que han logrado traer al estado.
Con base en ello y tomando como ejemplo las inversiones en el sector inmobiliario, mi pregunta para él fue:
Con tanta derrama económica en este sector, ¿cuánto han logrado mejorar la vida de los albañiles yucatecos?
Esto porque cuando Movimiento Ciudadano invitó a las y los albañiles yucatecos a este recinto para escucharlos. Ninguna de todas las personas que acudieron, sabía que existía en el gobierno del estado una dependencia encargada de velar por el bienestar de los trabajadores.
Y no los culpo, al parecer ni el mismo titular de la dependencia sabe que de acuerdo al código de la administración pública de Yucatán, es responsabilidad de la Secretaría de Fomento Económico Y TRABAJO, cuidar el bienestar de los trabajadores yucatecos, y no solo de los inversionistas.
Al secretario Herrera le pregunté ayer si en la SEFOET se habían dado a la tarea de escuchar a los albañiles y conocer sus necesidades.
No contestó, pero señaló que él solo trata con las cámaras empresariales, y en sus pláticas con la CMIC y la CANADEVI le han informado que todos los albañiles del estado están en perfectas condiciones laborales.
Valdría la pena que la SEFOET se diera a la tarea de escuchar también la versión de los albañiles y dejen de tomar decisiones de política pública, con base únicamente en la versión patronal.
Y con respecto a los sueldos, por ejemplo, ayer señalamos que, según la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, los albañiles yucatecos ganan menos de 240 pesos al día. Y el corrigió diciendo que, de acuerdo al IMSS, los albañiles meridanos ganan 370 pesos diarios.
Pero ganar trecientos setenta pesos diarios por desempeñar el segundo oficio más peligroso de México, sigue siendo alarmante.
Ganar 370 pesos diarios y vivir en una ciudad gentrificada, donde los costos de vivienda siguen creciendo año con año, donde se paga la electricidad más cara del país y donde comprar una canasta básica a la semana cuesta 995 pesos según datos de la PROFECO y tomar un vayven de ida y vuelta 24 pesos por persona. NO ES ALGO PARA PRESUMIR, ni es motivo de orgullo para un gobierno.
Aunque la mano de obra barata atraiga tantas inversiones, esas inversiones ya no deben estar por encima del bienestar y de la vida de la ciudadanía.
El funcionario también hizo la aclaración de que los albañiles en el interior del estado ganan más que los de Mérida, nos dijo que ganan 442 pesos diarios porque en su salario diario se les incluyen los costos de traslados a las obras.
Aseguró que todos los trabajadores de la construcción en Yucatán, de los que tiene registro el IMSS, son trabajadores formales.
Y eso es obvio, porque el IMSS no puede emitir datos de los obreros que trabajan en la informalidad y que no cuentan con seguro social que los proteja ante accidentes.
Pero que el IMSS no tenga los datos, no significa que no existan albañiles sin seguridad social.
Y es justamente la SEFOET y no el IMSS, quien debería de saber cuántos trabajadores de la construcción trabajan en la informalidad, porque solo de esa forma podría emitir políticas públicas en materia de trabajo, que resuelvan esta problemática.
Finalmente, a la pregunta de cuantos trabajadores de la construcción mueren al año en YUCATÁN por accidentes de trabajo. No hubo respuesta, por lo que se asume que tampoco existen políticas públicas estatales para resolver esta problemática; esto a pesar de que la el artículo 42 del Código de la Administración Pública de Yucatán, señala que la SEFOET es la dependencia encargada de la aplicación en el estado de la Ley Federal del Trabajo y sus reglamentos.
Es muy lamentable el descuido y el abandono a todo el sector obrero del estado. Ayer evidenciamos el abandono que sufren los albañiles, pero en glosas anteriores fueron los meseros y las trabajadoras del hogar remuneradas.
Las personas trabajadoras de Yucatán necesitan gobiernos que los escuchen, que sepan como atender sus necesidades y que garanticen que los beneficios de la derrama económica por las nuevas inversiones, SÍ lleguen a las familias yucatecas.
Como resultado de esta glosa, podemos concluir que Yucatán necesita un gobierno dispuesto y capaz de mejorar la calidad de VIDA en el estado.