En Cuba se vende clandestinamente ropa de Rusia
La venta clandestina de ropa comprada en Rusia es un negocio rentable; comerciantes pagan a personas para que metan las prendas a la isla en sus maletas de turistas
La venta clandestina de ropa comprada en Rusia es un negocio rentable; comerciantes pagan a personas para que metan las prendas a la isla en sus maletas de turistas
CIUDAD DE MÉXICO, México, dic. 6, 2016.- Uno de los negocios más rentables en Cuba es la venta clandestina de ropa.
Aquí no es legal importarla, mucho menos tenerla almacenada.
En Santiago es fácil encontrar prendas de mediana calidad, baratas y que están de moda en Rusia. De ahí las traen.
Comerciantes cubanos pagan a personas para que viajen a Moscú y compren ropa por kilo.
El reto de «las mulas» -como se les conoce- es meter de contrabando la mercancía a la isla.
Tras una modificación a la ley de aduana de 2014, es posible entrar al país con 125 kilos de equipaje: 25 libres y 100 con costo adicional que llega a los 400 dólares.
La regla es no superar el límite piezas permitida, pero siempre hay manera de arreglarse.
«Uno tiene derecho a 10 pantalones de hombre, 10 de mujer, 10 zapatos de mujer, 10 de hombre, dos teléfonos, una tablet y una laptop. En la aduana hay corrupción y si te pones de acuerdo con un carretillero, con un funcionario de la aduana, le das 200 dólares, te ahorras 200 y sales», comentó Juan Eduardo Salgado.
Juan Eduardo Salgado es originario de Santiago, durante más de un año vivió en Moscú. Su trabajo fue cuidar la casa a la que llegaban los cubanos encargados de ir a comprar mercancía.
Dice que no se quedan más de siete días y que les pagan mínimo 150 dólares por hacer el viaje, cantidad que recibe un maestro en Cuba por siete meses de trabajo.
Una vez que se pasa por aduana viene lo más difícil: vender la ropa sin ser descubierto. Si un policía los detiene pueden ser acusados de acaparamiento, delito que se persigue en Cuba cuando alguien tiene más de lo permitido.
Yareni se dedica a la reventa de ropa. Lo hace en su casa.
Ella no ha viajado a Rusia pues su trato es con haitianos. Dice que la ropa que le llevan tiene mejor calidad que la que se ofrece en tiendas autorizadas, es más barata y la puede vender a plazo. Ahí la clave de que los cubanos prefieran comprarla.
De eso vive.
«Hasta ahora yo no he tenido ningún tipo de problema, pero si se tiran a los vendedores percha porque esto es ilegal. Por eso no voy al centro porque si me la decomisan me quedo sin nada», dijo un testigo.
KAH