Discurso el Gobernador Rolando Zapata Bello en la presentación de la segunda actualización de la Enciclopedia Yucatanense

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Mérida, Yucatán, 29 de septiembre de 2018.- Muchas gracias y muy buenos días tengan todas y todos ustedes, de verdad qué enorme satisfacción me da que podamos estar reunidos esta mañana y que lo que nos reúna sea, precisamente, una ocasión de enorme trascendencia. Y cuando me refiero a trascendencia lo hago en toda la extensión de la expresión.

Porque estoy seguro que la obra que hoy se pone a disposición del pueblo de Yucatán va a permitir que durante las próximas décadas nuestro gran pueblo yucateco y, por supuesto, toda la gran nación mexicana conozcan y sepan lo que ha acontecido en las últimas cuatro décadas en este gran estado de Yucatán.

Por eso, yo agradezco y reconozco a todas y cada una, a todos y cada uno de los autores que volcaron su experiencia, su conocimiento, su talento y también su compromiso con Yucatán para participar y formar parte de esta segunda actualización.

Por supuesto al Comité Editorial, que sabemos que con un gran profesionalismo y una gran honestidad intelectual estuvieron garantizando que esta gran obra pudiera tener la calidad de los contenidos que merece nuestro gran pueblo. Y que merecen también la primera actualización y la versión original de la Enciclopedia Yucatanense.

Destacar, por supuesto, en este gran esfuerzo a Faulo Sánchez. Querido Faulo, de verdad reconocemos el gran esfuerzo que se hizo, bueno, creo que tú lo describiste con una expresión muy clara, la de la agonía y el éxtasis.

Al maestro Enrique Martín Briceño, que de igual manera sabemos que hicieron un gran equipo entre todos para garantizar la calidad y que lleguemos, a fin de cuentas, a este gran momento.

Saludo, por supuesto, a la doctora Dulce María Sauri Riancho, muchas gracias, diputada, miembro del Comité Editorial; y con ella, saludo a todos los integrantes del Comité Editorial, así como a todas y todos los autores, y a todos los que en diferentes facetas de la realización hicieron posible que hoy vea la luz esta importante obra, este importante proyecto.

Saludo con mucho respeto al diputado Felipe Cervera Hernández, presidente del Honorable Congreso del Estado; al maestro Roger Metri Duarte, secretario de la Cultura y las Artes; a Gabriela Xacur, presidenta del Patronato del Palacio de la Música, esta obra de infraestructura cultural que hemos puesto a disposición del pueblo de Yucatán. Así como a Roberto Abraham Mafud, presidente del Consejo de Amigos del Palacio de la Música y representante de la sociedad civil.

Quiero darle un saludo muy especial al doctor Francisco Luna Kan, a quien le otorgamos un aplauso con gran aprecio. Precisamente, en su gobierno se hizo la primera actualización y, sin duda, pues eso marca un referente que fue tomado en cuenta para la realización de esta obra.

Y les expresaba hace un momento que me da una particular satisfacción estar aquí, en este espacio que se puso a disposición del pueblo de Yucatán hace apenas unos tres meses, con todos ustedes en la ocasión que nos reúne y a poco más de 24 horas de que concluya mi gestión, de que termine mi sexenio.

Cuando iniciaba mi administración, mi gestión, hace casi seis años, tenía una frase de la cual estoy convencido y que continuamente expreso. Yo decía que en un sexenio, en una administración sexenal, todos los días suceden muchas cosas de todo tipo, de manera que en seis años se acumulan cientos de miles de situaciones, de acciones que se dan.

Pero, al finalizar esa administración, al finalizar ese sexenio, el 99.99 por ciento de todo lo acontecido muchas veces sirve sólo para el anecdotario. Cuando concluye un sexenio, a fin de cuentas, para el juicio de la posteridad al que será sometido ese sexenio simplemente quedan los números, que son los indicadores críticos de cómo se encontraba determinado rubro del desarrollo del estado hace seis años, y cómo se encuentra ahora, porque eso refleja un resultado de lo realizado en seis años; y las obras, las obras que de manera perenne quedan como constancia de la acción realizada.

Lo mismo un cuarto en una alejada comisaría o un baño para una familia que lo necesitaba en una lejana comisaría, que el Palacio de la Música o el Centro Internacional de Congresos. Pero dentro de ese concepto de obra, por mucho no podemos circunscribirlo a las que están hechas de concreto y acero.

Hay grandes obras de enorme trascendencia, como esta que nos reúne hoy. Esta es una gran obra de la cual mi Gobierno se enorgullece y, con toda humildad, reconoce que fuimos la parte que menos hizo, pudiéramos decir, para su realización, porque los verdaderos arquitectos de esta obra fueron los autores, quienes dieron su tiempo, esfuerzo y dedicación, quienes han conseguido una gran obra de enorme trascendencia.

Por eso lo primero que les digo es muchas gracias, muchas gracias por su trabajo, por su esfuerzo y por alcanzar esta gran obra que, definitivamente, será recordada su realización durante esta gestión sexenal; pero, reitero con toda humildad, el reconocimiento a todos y cada uno de ustedes, autoras y autores, correctores, Comité Editorial, por supuesto, Faulo, en fin -les pido un aplauso muy fuerte para todos ellos-.

Y fíjense que a razón de actualizaciones, esa frase que yo repetía constantemente el inicio de mi administración, de que al finalizar un sexenio lo único que queda son los indicadores estadísticos de cada uno y las obras realizadas, esa frase la he actualizado hoy, seis años después: al concluir una administración, lo digo, quedan los indicadores, los números, quedan las obras, pero queda también un estado de ánimo social, un estado de ánimo colectivo.

Y hoy, yo siento con gran entusiasmo que el pueblo de Yucatán tiene un estado de ánimo con optimismo sensato que mira el futuro con una gran esperanza, y lo hace precisamente por acciones como ésta, porque como aquí mismo se ha expresado, hace un momento, Yucatán es un lugar que no se parece a otro, y por eso vale la pena consignar en libros y en obras lo que es Yucatán, lo que significa Yucatán.

Porque a fin de cuentas, amigas y amigos, ¿qué es Yucatán? Yucatán es tradición y creación; presente, pasado y futuro. Yucatán es orgullo, Yucatán es talento, pero, ante todo, Yucatán es conocimiento e identidad; el conocimiento de una sociedad se acumula, y que desde él obtenemos nuestros antecedentes y nuestros pensamientos.

Y eso es lo que se refleja en la Enciclopedia Yucatanense: el conocimiento que nos da identidad. El proceso acumulado del conocimiento yucateco tiene múltiples facetas, que ha evolucionado al pasar los siglos.

Es un proceso que incluye al arte y la educación, al desarrollo urbano y el transporte, la arquitectura y la ciencia, entre muchas otras áreas de la vida yucateca, pero, en Yucatán, este proceso tiene una característica muy importante.

No se trata de un conocimiento estancado, un conocimiento pasado, que recordamos o emulamos. No: ese conocimiento, ese proceso de acumulación y de creación de identidad, está vivo y está presente en este momento.

Es un proceso que se suma al estado de ánimo que tiene Yucatán hoy, y al que me refería hace un momento. Es una acumulación de lo que fuimos, lo que somos y lo que aspiramos ser, y eso, no tengo duda, es lo que nos hace fuertes como sociedad.

Que nuestra identidad nos une, nos identifica, y nos permite avanzar y crecer juntos. Ese sentimiento de identidad es el que fortalece el tejido social de cada comunidad de Yucatán. Es el que nos permite preocuparnos por nuestra colonia, el que nos hace ayudar a nuestros vecinos, el que nos hace siempre tener la calidez que caracteriza a las yucatecas y a los yucatecos, calidez por la que se nos identifica en todas partes.

Por ello la importancia de esta actualización de la Enciclopedia Yucatanense; por eso la importancia de promover una obra así: por el impacto individual, social y colectivo que tiene.

Sus tomos abarcan desde la participación de las mujeres en la sociedad yucateca, hasta los mayas de hoy. Tocan los temas de derechos humanos, ciencia, migración, periodismo, arte y cocina. Y su quinto tomo está dedicado, en su totalidad, a la bibliografía yucateca, por la importancia que esos textos tienen para nuestra sociedad.

Y por ello, quisiera aprovechar este momento para hacer una breve reflexión. Muchas veces, ya sea en mi toma de protesta como Gobernador, en mis Informes de Gobierno o en diversos otros momentos diversos, me he referido a una obra, la obra “Canek”.

Ahí, he mencionado al ideal de la realidad al que debemos aspirar, y al que hace referencia Ermilo Abreu. Y es que mi apego a este gran libro, mi libro de cabecera, surge de un hecho muy preciso: surge gracias a que mis padres, particularmente mi mamá, que se encuentra aquí presente, me enseñaron a apreciar obras como ésta.