Discurso del Gobernador durante la entrega de constancias de autorización de crédito del Foproyuc al sector agropecuario

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Mérida, Yucatán, 29 de marzo del 2018

Muchas gracias amigas, amigos del sector colectivo agropecuario de nuestro estado que se encuentran aquí. Me da muchísimo gusto estar aquí con ustedes este día y particularmente escuchar testimonios como el de Federico, que hace un momento nos expresaba y que sé perfectamente que el testimonio de él seguramente se asemeja en mucho a los testimonios de las 67 personas o grupos que este día se benefician con los fondos del Foproyuc.

Así como también tenemos otros beneficiarios, no este día pero también en el universo del apoyo que se brinda con los diferentes fondos que nuestro Gobierno pone a disposición de los productores.

Yo saludo a Pablo Castro, muchas gracias, secretario de Desarrollo Rural y con él quiero saludar a todas las compañeras y compañeros de esta Secretaría, los saludo con mucho aprecio, ustedes saben que yo tuve el enorme gusto de trabajar acá en el 91, hace muchos años.

Y se los digo, los saludo con mucho afecto y quiero decírselos porque pues ya tenemos cinco años y medio en el Gobierno, ya nos queda lo que nosotros decimos, no es la recta final, sino de consolidación de muchos proyectos, porque véanlo ustedes, faltan seis meses para que termine el Gobierno y seguimos entregando apoyos, programas, inaugurando obras, porque a nosotros nos eligieron por seis años y vamos a trabajar hasta el último minuto de nuestro Gobierno.

Y bueno, pues saludando por supuesto a nuestro diputado federal Omar, a los locales, muchas gracias, presidentes municipales, siempre lo digo, su presencia en estos eventos significa el compromiso que tienen ustedes con la actividad productiva, significa el compromiso que tienen con los productores de sus respectivos municipios, saludo a las y los productores que están aquí y se ven beneficiados con los diferentes apoyos.

A la contadora María Fernanda González, muchas gracias contadora, que le pones mucho empeño y mucha dedicación a esta labor. Y les decía que saludo a todos compañeros de la Secretaría de Desarrollo Rural y hoy aprovecho para agradecerles y reconocerles porque la verdad este evento estaba planteado si no estoy mal para el próximo lunes, pero ayer le dijimos a Pablo oye no puede ser mañana, sí podemos.

Y vamos, rápidamente en un rato se organizó y yo sé que eso representa para los compañeros de la Secretaría un esfuerzo adicional, pero siempre han manifestado toda su disposición ya sea aquí o en algún municipio y es algo que les agradezco mucho y estoy seguro que el sector agropecuario les agradece más, muchas gracias.

Cuando uno se encuentra ya en esta recta de consolidación del Gobierno, pues no vale tanto decir qué es lo que va a hacer sino revisar conjuntamente lo que se ha podido hacer y los resultados que se van dando. Yo recuerdo perfectamente y me referiré a dos enunciados.

Yo recuerdo perfectamente que desde el inicio de mi administración y antes aún, cuando estábamos en el camino a la gubernatura, los productores del campo, fundamentalmente los del sector social pero por supuesto también quienes van transitando a esquemas más avanzados de producción, aplicación de valor agregado, comercialización, eslabonando las cadenas productivas, quienes son del sector privado y de igual manera invierten en el campo, pero fundamentalmente las y los compañeros del sector social me decían algo que yo llevo grabado en mi mente y en mi corazón.

Me decían “Rolando nosotros no queremos que se nos regalen las cosas, queremos que se dé el apoyo cuando lo necesitamos para que podamos hacer los que queremos hacer, que es producir, porque nosotros podemos el esfuerzo pero lo elementos que necesitamos si no los tenemos no podemos ir creciendo”.

Y es así como tenemos programas emblema, como por ejemplo Peso a Peso, que nosotros sabemos que ayuda al productor a tener los elementos indispensables a mitad de precio, un programa que se ha ido consolidado y que sabemos que ha ayudado a miles de productores.

Pero también tenemos estos esquemas de financiamiento para una mayor escala, fíjense ustedes, estos programas que se están entregando, ahorita son 67 proyectos los que se ven beneficiados en diferentes cantidades que oscilan entre 100, 200, 300 mil pesos, en diferentes cantidades y que cada quien destinará para lo que requiere.

Para capital de trabajo, para equipo, para lo que requiera, para consolidar su actividad productiva y yo lo pregunto porque también hacemos este tipo de créditos en el ámbito social, con Desarrollo Social, para las mujeres por ejemplo, que quieren poner una cocina económica, que quieren poner una actividad productiva, que todo lleva a lo mismo, tener los elementos para poder trabajar y llevar ingreso y bienestar a su casa.

Fíjense ustedes, lo importante que es contar con un esquema de financiamiento de este tipo, que ustedes accedan al recurso que necesitan, ya sean esos 100 mil pesos, 150 mil, 200 mil, 300 mil, lo que haya correspondido.

Algo dijo el secretario: con un interés blando. Cuando uno va a solicitar un recurso hay dos temas que muchas veces son los que te afectan o te limitan: uno, que te digan “¿tienes un historial crediticio? ¿qué garantías puedes dejar?”. Pero el otro tema es el interés.

¿Y cuál es el interés que representa este crédito que se les está entregando? Según me dice aquí la contadora es del siete por ciento anual. El interés es del siete por ciento anual. Háganle como yo, cualquiera que no tiene los datos bancarios y financieros muchas veces a la mano puede preguntar “¿y eso es mucho o es poco?”, ese interés que ustedes van a  pagar.

Otras instituciones de la banca de desarrollo, que siempre están enfocadas a apoyar e impulsar, te manejan un interés anual de 10 o 12 por ciento, todavía está bueno, es un buen interés. Si tú vas a un banco para un proyecto productivo y tienes antecedentes, has tenido una relación con el banco durante mucho tiempo y todo, te pueden manejar una tasa de interés del 18 o del 20 por ciento -si digo algo que está mal que me corrijan-, imagínense 18 o 20 por ciento.

Ahora, si tú vas a un banco y lo manejas, ni siquiera como un crédito productivo sino como uno personal, tú vas y dices “yo lo necesito” y te lo llegan a dar, se pueden manjar tasas inclusive similares a las de una tarjeta de crédito, que va alrededor del 30, 38 o en ocasiones de hasta el 40 por ciento anual. Imagínense ustedes.

Y el crédito que  ustedes hoy están recibiendo, ¿cuál va a ser el interés? El siete por ciento. Eso nos permite entender y dimensionar el apoyo que se está dando.

Siete por ciento pero además, me dice acá la contadora Fernanda, si pagas a tiempo y si pagas inclusive anticipado se te hace un descuento para poder darte aún más facilidades, hasta del 40 por ciento en los intereses. Fíjense que prácticamente, si lo devuelves en tiempo y forma, pues casi casi es lo mismo que te dieron, sin intereses.

Porque la diferencia está en que el Gobierno no está para ganar dinero, el Gobierno está para apoyar. Este dinero es para apoyarles, para que verdaderamente ustedes puedan crecer, para que de verdad les ayude. Por eso les digo también, y me da mucho gusto, por qué se le pone un interés aunque sea uno básico.

Porque lo que nosotros queremos es que ustedes puedan devolver ese recurso y que el mismo fondo sirva para dar otros créditos a otras compañeras y compañeros que también lo necesitan, que también como ustedes, como bien dijo Federico, tienen sus sueños, sus aspiraciones y sólo podemos dárselos si ustedes devuelven el crédito que se les dio, se regresa a la bolsa y se dan otros.

Llevamos cinco años de Gobierno y fíjense ustedes, juntando estos tres instrumentos que tenemos, el Foproyuc, el Focapy y el Fomicy, ya llevamos, así como ahorita se está apoyando a 67 productores, ya llevamos en estos cinco años y medio más de dos mil productores o grupos que han recibido algún apoyo como ustedes hoy lo están recibiendo.

Y son casi 100 millones de pesos en crédito que se han entregado y que se han recibido. Y, en algunos casos como bien decía Federico, es la segunda ocasión que los recibe, porque solicitó un crédito, lo devolvió en tiempo y forma, el proyecto está creciendo, sigue siendo exitoso y amerita un nuevo crédito.

Y esto me lleva al segundo gran enunciado. El primero que les decía es cómo la gente, cómo los productores dicen “no queremos que se nos regalen las cosas, queremos que se nos apoye y nosotros podemos salir adelante”.

Porque les voy a decir algo, cuando a uno le está yendo bien, tiene su producción y a lo mejor está produciendo chile, hortaliza o algo, y hace un buen contacto, un buen negocio y le dicen “te compro”, la persona dice “chíjoles, necesito meterle, crecer, necesito el recurso y no lo tengo”.

Yo he sabido de casos de compañeras y compañeros que, precisamente por ese entusiasmo de decir “me van a comprar más, necesito tanto dinero”, acaban hasta con un prestamista que les puede dar 100 o 200 mil pesos y les cobra el 10 por ciento de interés mensual, ¿estoy diciendo mentiras compañeras y compañeros?

Son cosas que pasan y luego el productor acabó perdiendo su parcela y hasta su casa porque la dio en garantía por el dinero. Y eso es lo que nosotros no queremos. Lo que nosotros queremos es que tengan estas herramientas, estos instrumentos y a todos esos proyectos se les ha apoyado.

Y también el otro gran enunciado que nosotros dijimos al inicio del Gobierno, es que no queremos que el campo se vea como un espacio de subsistencia nada más. Queremos que el campo se vea como un espacio verdaderamente de oportunidades, de generación de crecimiento, de generación La Constitución así lo dice: generación de riqueza, que es generación de recursos, generación de ingresos.

Y la historia, o el testimonio mejor dicho que nos da Federico, demuestra muy bien y estoy seguro que ilustra el testimonio de todos ustedes. Él empezó en un mecate, 20 por 20 sembrando chile y ahora, con todo este tiempo y esfuerzo, con el apoyo del Gobierno pero sobre todo con su constancia, trabajando, echándole muchas ganas, hoy ya vemos cómo ha crecido la superficie.

Ya tiene invernaderos en fin, ya está una empresa consolidada. Pero, aquí el elemento que es esencial -y el que a mí más gusto me da- es que no se ha conformado, sino que ha seguido avanzando y algo que es fundamental: ha estado innovando.

Lo vemos, haciendo ahorita una salsa orgánica, ellos dicen única en su género en todo el país, y que es muy apreciada en muchos mercados del mundo que ya no quieren consumir alimentos con químicos, con conservadores o bien, que provengan de productos primarios que hayan sido producidos con químicos, etcétera.

Entonces con esa visión de aplicar valor agregado, de ajustarnos a lo que los mercados del mundo están pidiendo, esa es la visión del Yucatán exitoso que queremos; esa es la visión del campo yucateco que queremos.

Y a mí me da una enorme satisfacción hoy, en esta ruta ya de consolidación de nuestro Gobierno, ver que es lo que estamos consiguiendo. Hemos tenido años difíciles en el caso de Yucatán, sí, es cierto, pero ahora podemos decir que estamos de frente, para adelante y arriba.

El año pasado, el sector primario que es agricultura, pecuario y pesca, estos tres sectores crecieron en Yucatán, en 2017, casi un ocho por ciento del Producto Interno Bruto. ¿Eso es mucho o es poco? Fue más del doble de lo que creció en todo México. O sea, en Yucatán creció ocho, en México creció cuatro.

Digan ustedes ¿estamos mal o estamos bien?, ¿estamos avanzando, estamos creciendo? Ese es el Yucatán que nosotros queremos, un Yucatán que siempre esté en los primero lugares de las cifras positivas, de las cifras de éxito.

Y lo más importante compañeras y compañeros, es que no ha sido producto de la casualidad, ha sido producto de que cada quien ha hecho su parte. Las autoridades y aquí quiero decirlo, hemos contado con el gran apoyo de un gran amigo de Yucatán que es Enrique Peña Nieto. El Presidente nos ha apoyado y mucho.

El Gobierno del Estado -está mal que yo lo diga porque yo soy el Gobernador- digamos que también ha hecho su parte, se ha esforzado por hacerlo, ¿verdad? No sé qué piensen ustedes. Los ayuntamientos, los ayuntamientos se han esforzado, los presidentes municipales. Les damos un aplauso muy fuerte porque también hemos estado trabajando.

Pero sobre todo, pero sobre todo los productores, ustedes, las organizaciones -saludo a todos los amigos de las organizaciones- todos desde el inicio nos hemos puesto de acuerdo: lo que se puede, se puede; lo que no se puede, no se puede; hablándonos con la verdad, pero trabajando todos, echándole muchas ganas.

Hoy decir que Yucatán está en un camino, en un rumbo, en una ruta de crecimiento, de desarrollo, con optimismo, porque la gente ve el futuro con optimismo. Me gustó mucho cómo lo dijo Federico, tener un sueño, ir tras de ese sueño, conseguirlo, eso es lo que queremos todos.

Yo, repito y con eso termino, porque luego me inspiro y sigo de largo -es que estoy contento- , yo finalizaría diciéndoles o repitiendo algo que dije hace unas cuentas semanas en el Informe de Gobierno, ya el quinto.

Lo dije y el otro día me preguntaban ¿cuál sería el principal, cuál consideraría que sería el principal legado, de mi Gobierno en estos seis años para el pueblo de Yucatán? Qué si alguna obra, por qué no se han hecho obras grandes, emblemáticas, importantes.

Hay obras que de igual manera para mí son entrañablemente importantes, más de 300 kilómetros de carreteras sacacosechas, son muy importantes. En fin, hay muchas obras que yo pudiera decir cuál de esas obras es lo más importante que yo hubiera hecho y yo digo no, lo más importante para mí de estos cinco años y medio, casi seis años de mi Gobierno que junto con el pueblo hemos trabajado, lo más importante que estoy seguro que estamos dejando de legado, no es una obra tangible, es un valor, es un elemento subjetivo pero muy importante, es un estado de ánimo.

Hoy las yucatecas y los yucatecos estamos orgullosos de Yucatán, estamos orgullosos de cómo nos miran en todas partes de México, e inclusive del mundo, y nos dicen “oye, cómo le hacen allá en Yucatán que las cosas están bien, que están trabajando”.

Es así compañeras y compañeros, así nos ven. Ese orgullo de ser yucateca, de ser yucateco, de ser de Yucatán, y también un optimismo, el hecho de que podamos ver un futuro con optimismo, no con pesimismo.

Que podamos ver el futuro y decir “sí se puede”, podemos avanzar, podemos crecer y que no sea una ilusión nada más. Un optimismo con los pies bien puestos sobre la tierra y lo más importante: convencidos de que el futuro lo podemos construir con nuestras propias manos, con nuestro propio esfuerzo y echándole muchas ganas como lo hemos hecho hasta el día de hoy.