Discurso de la diputada María Moisés Escalante
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He pedido hacer el uso de la voz, para recordar y conmemorar los 109 años del movimiento insurreccional del 4 de junio de 1910, movimiento que como vallisoletana me llena de orgullo, pues precisamente ahí empezó la “chispa de la Revolución”.
Evento histórico que sitúa a la gente de Valladolid dentro de las páginas más gloriosas, pues su participación fue decisiva para dar forma al México del siglo veinte.
Nos enorgullece decir que en Yucatán se sentaron las bases para construir un país de instituciones, de modernización e igualdad social.
Para esta legislatura no puede pasar inadvertida la citada fecha, pues en ella dieron la vida grandes personajes en su búsqueda de la justicia social.
Al igual que hace 109 años, la sociedad yucateca se une a las voces de sus héroes para rechazar el autoritarismo, la represión y los agravios contra los derechos fundamentales; pues sus causas permanecen vigentes para nosotros como representantes populares.
Tenemos la responsabilidad de salvaguardar nuestros principios, nuestra forma de gobierno a través de un marco jurídico vanguardista y de cara a las exigencias de esta generación que cada día evoluciona.
Como vallisoletana, puedo asegurarles que esta fecha sigue vigente y presente, pues forma parte de nuestra identidad.
No menos importante es que mantener en nuestra memoria histórica eventos trascendentales como la Chispa de la Revolución, ayuda y motiva a que las nuevas generaciones refrenden el amor por su tierra y el patriotismo para luchar por las libertades.
La Chispa de Valladolid nos legó grandes aspiraciones que siguen ávidas y son la base de nuestro actuar público, tal como son el respeto y la unidad.
Debemos mantener esa valentía demostrada hace más de un siglo, donde la sociedad vallisoletana peleó por los ideales que dan forma a esta nación.
Valladolid es un ejemplo e hito dentro de la historia nacional que ha forjado la esencia de la democracia y la revolución misma.
De ahí, que contemos con instituciones democráticas y un Estado de derecho que nos permite construir juntos mejores condiciones de bienestar para la ciudadanía.
En este sentido, como una muestra de respeto hacia los caudillos de la chispa revolucionaria tenemos como causa obligada trabajar tenazmente para lograr el progreso y la prosperidad en todo Yucatán.
Por lo tanto, debemos impulsar y promover el dialogo social con todos los sectores productivos, con la particularidad de saber escuchar a su pueblo para convertir sus demandas en política pública que satisfaga sus más sentidas demandas.
Lo importante es que ningún sector se discrimine, que se atienda a todos por igual, tanto en la ciudad como en el campo.
Para fortuna nuestra, en Yucatán, impera un clima de seguridad y de trabajo, la suma de esfuerzos de todos, sin duda alguna nos darán buenos resultados.
Compañeras y compañeros diputados, amigas y amigos:
Que el esfuerzo de hombres y mujeres valerosos como los que participaron en el movimiento precursor de la revolución y de cientos que le siguieron, nos permita compartir el reto de seguir construyendo nuestra vida democrática y con ella, abrir más y mejores oportunidades de superación personal y colectiva de los yucatecos.
Orgullosos de nuestro pasado, de nuestra identidad, mantengamos con determinación y firmeza la dirección de nuestro destino, con la mirada puesta en el futuro, hagamos de Yucatán el lugar en el que soñaron quienes hicieron hace 109 años la chispa de la revolución en el pueblo mágico de Valladolid, la cuatro veces heroica.
Es cuanto. Muchas gracias.