Discurso al entregar equipos de cómputo del programa Bienestar Digital
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Tizimín, Yucatán, 20 de febrero de 2018
Muchas gracias, muchas gracias a todos los jóvenes que están aquí presentes, muchas gracias por esas muestras de saludo, de agradecimiento; como bien decía Andrés y se lo agradezco mucho, que me consideren un amigo, para mí es un gran honor, para mí es una gran satisfacción. ¿Qué más puede aspirar un Gobernador, a que la gente de su pueblo lo considere un amigo? Yo les considero a todos, todos ustedes, mis grandes amigos.
Muchas felicidades y muchas gracias, jóvenes, y yo les quiero preguntar, ¿están contentos? No les oí bien, ¿están contentos? Ah, es que no estoy preguntando bien, oigan, ¿están contentas? Ahí está, ¿ya vieron? Las muchachas gritan más fuerte, ¿verdad? Yo lo sé, se ve en sus caras, porque sé lo que representa este día para ustedes y, sobre todo, para sus papás y para sus mamás.
Vamos a darles un aplauso muy fuerte a los papás y a las mamás que están aquí presentes, porque ellos hacen un gran esfuerzo para que ustedes estudien, y yo les puedo decir que están muy orgullosos y muy orgullosa de todos ustedes; mucha gracias a los padres y a las madres de familia, porque veo que son más mamás las están aquí presentes, son las mamás las que se preocupan más por la educación, muchas gracias.
Muchas gracias, señor presidente municipal, Jorge, siempre por tu anfitrionía, muchísimas gracias; a tu esposa, muchas gracias; amigo Libo, nuestro diputado federal, muchas gracias, Libo; muchas gracias, Charito, nuestra diputada local. Muchas gracias porque, como legisladores, nos apoyan para que podamos realizar estos programas; sin su apoyo, no podríamos hacerlo porque son muchos los programas que realizamos.
Muchas gracias, profesor Delio, nuestro secretario de Educación; muchas gracias, doña Adriana, por sus palabras; Andrés, por esas palabras, te agradezco muchísimo; a todos los funcionarios que se encuentran aquí presentes, federales, estatales, municipales; a todos quienes nos encontramos, yo les quiero decir que me emociona mucho que estemos juntos en la entrega de estos programas, de estas computadoras.
Miren, se dice fácil pero entregar más de mil computadoras, que es lo que estamos haciendo en este evento, en este acto, en realidad, representa un esfuerzo para el Gobierno, pero representa una gran inversión, una gran apuesta por lo más importante para nuestro estado, que es la juventud, y para el aspecto más importante para nuestro futuro, que es la educación, que los jóvenes puedan estudiar, puedan desarrollarse, es lo que nos permite que podamos aspirar a un mejor futuro.
Hace un rato, el maestro Delio nos estaba dando unos datos, estaba diciendo “hoy, ya estamos entregando más de 64 mil computadoras”, imagínense ustedes, ¿saben dónde entregamos las primeras? En Yaxkukul, fuimos un día a Yaxkukul y entregamos, si no estoy mal, creo que fueron las primeras 200, 300 computadoras, y el compromiso que habíamos hecho durante todo nuestro Gobierno era entregar 50 mil.
Y yo me acuerdo que, la primera vez, cuando fuimos a Yaxkukul a entregar las primeras 200, 300 computadoras, ahí estaba Gaby, ¿te acuerdas? Y yo dije “mare, 50 mil, ¿cómo vamos a llegar?”; pues fíjense ustedes, ya llegamos a 64 mil y les quiero decir algo: mi Gobierno todavía tiene frente a sí siete meses, ya pasamos los cinco años, pero quedan siete meses y les voy a decir algo: hasta el último minuto de mi Gobierno, vamos a seguir trabajando y vamos a seguir entregándole computadoras a los jóvenes.
Y así como ahorita estamos rebasando las 64 mil, yo les puedo asegurar que, cuando yo termine de Gobernador, vamos a haber entregado más de 70 mil computadoras, yo se los puedo asegurar, porque es algo que la gente necesita y, llegando este momento, que miren, no es lo mismo cuando uno está empezando el Gobierno que cuando está terminando, ¿verdad? Y ahora, que ya llegamos a esta recta final, yo les puedo decir cuál fue la lógica de crear este programa.
¿Por qué y para qué creamos el programa Bienestar Digital? ¿Por qué y para qué entregarles computadoras a los muchachos? La respuesta es muy sencilla: porque nuestro Gobierno pudo entender la realidad que se está viviendo en Yucatán. ¿Por qué no existía un programa de entrega de computadoras hace 10 o 20 años? Porque la realidad era otra.
Miren, yo, ¿saben cuántos años tengo? Tengo 49 añejos, 49, este año cumplo 50, la edad dorada, ¿y saben a qué edad tuve mi primera computadora? Así como ustedes ya tienen su computadora ahorita, mi primera computadora la tuve cuando tenía 34 años. Imagínense, ya estaba yo graduado de abogado, ya estaba yo casado y ni sabía manejar la computadora; ya luego la chan aprendí, programa Word, porque como soy abogado, hacía yo mis escritos.
Ahorita, un niño de siete, ocho, nueve años, díganme ustedes si no es cierto, ¿no ya chan maneja la computadora?, ¿cierto o no es cierto? Eso es una realidad que estamos viviendo y eso hace que nuestros jóvenes y nuestros niños sean más competitivos.
Qué les quiero decir: ahorita tener y usar una computadora no es un lujo, es una necesidad. Porque si no la tienes, entonces entras en desventaja con quien sí la tiene, porque puede tener más información, acceder a más información, procesar más información.
Y eso es algo que nosotros vimos cuando llegamos al Gobierno, y antes aún, cuando hicimos los “Diálogos por Yucatán” le preguntábamos a la gente “¿qué esperas de tu Gobierno?”, y ahí las mamás me lo decían con toda claridad.
Me decían “Rolando, con mucho esfuerzo nuestros hijos vemos que estudien desde el kínder, luego la primaria, la secundaria y cuando llega la prepa, como sea, hacemos un esfuerzo para que se inscriba, pero le marcan sus tareas, tiene que ir al ciber. Un ciber ahorita la hora te cuesta ocho pesos, diez pesos, hasta más, 15 pesos. Para hacer su tarea necesitan por lo menos dos horas, lo juntas y a la semana ya son 10, 15, 20 horas”.
¿Cuánto es eso?, 200, 300 pesos del ciber, y si aparte hay que darle para su transporte al chamaco, llega a mitad de curso y tiene que dejar de estudiar. Eso pasaba, y esa es una historia de muchas personas que tuvieron que dejar de estudiar la prepa, no por falta de capacidad, no por falta de inteligencia, no por falta de talento, sino por una situación económica.
Y eso es algo que no podemos permitir, porque la mejor riqueza de Yucatán está en sus jóvenes. Cada uno de los jóvenes y de las señoritas que están aquí, los estudiantes y las estudiantes, tiene un gran talento y es nuestra responsabilidad que ellos puedan seguir adelante.
Así me lo dijo, aquí la vecina del Edén, ahorita que pasó con su hija y le entregué la computadora. Le pregunté “¿está usted contenta?” y ella me dijo “sí, porque ahorita mi hija va a poder seguir adelante”. Así me lo dijo la vecina, verdad. Y eso es lo que sienten las mamás, la certeza de que sus hijos van a poder seguir adelante, van a poder seguir avanzando. Y eso es lo que espera este programa, y eso es lo que pretende este programa.
Porque, además, yo sé que este programa es un elemento de motivación para muchos estudiantes. Yo sé de alumnos que hoy están en la secundaria, que están echándole muchas ganas y que dicen “ya quiero llegar a la preparatoria para que me toque mi computadora, como le tocó a mi hermano, como le tocó a mi prima o como le tocó a mi vecino”. ¿Cierto o no es cierto? Esa es una realidad y es una motivación que nos da.
Y también les puedo decir que, para entender esa realidad de Yucatán, también fue necesario crear los Telebachilleratos. A ver, que levanten su mano los que vienen de los Telebachilleratos, a todos ellos, aquí están, aquí hay unos, aquí del Edén, ¿de Telebachilleratos?, aquí también.
Son comunidades donde para que estudiar la prepa hubieran tenido que venir a estudiar aquí a Tizimín o viajar, y eso les iba a representar un alto costo. ¿Y qué pasaba?, pues simplemente muchos dejaban de estudiar: ya no se puede seguir, se queda en la secundaria. Cuánto talento se quedaba en el camino.
Entender la realidad de Yucatán implica, por un lado, visualizar ese gran capital humano y ese gran talento que hay en nuestra juventud. Entender la realidad de Yucatán, es entender que nos encontramos en un mundo que va avanzando, que va transformándose y que la cultura digital, es decir, todo lo relacionado con el cómputo, con los aparatos electrónicos es algo que ya llegó para quedarse y es algo que nos da una ventaja, aquí en Yucatán, que tenemos una capacidad, innata, particularmente para las matemáticas.
Entender la realidad de Yucatán es darse cuenta también que no todos tienen las mismas posibilidades económicas. ¿Hay quien critica este programa?, sí, pero porque tiene el dinero para comprar sus computadoras, verdad. Pero quien no lo tiene, verdaderamente entiende que se necesita la acción del Gobierno para poder equilibrar esas desigualdades que aún existen en Yucatán.
Hay talento, hay capacidad y nunca debemos de permitir que la situación socioeconómica o que la limitación de recursos de una familia impida que un niño o que un joven no sólo estudien, sino que lo hagan con las condiciones y tengan las herramientas para competir en condiciones de igualdad con cualquier otro joven. Para eso se hizo este programa. Este programa que no sólo nos encargamos de entregar computadoras sino de garantizar que sean buenas computadoras.
Jóvenes y señoritas, algo les quiero decir: estas computadoras que se les están entregando son unas buenas computadoras y si ustedes las cuidan, como sé que lo van a hacer, estas computadoras bien que les pueden acompañar no sólo durante su prepa, sino también todos sus estudios profesionales.
Todavía hace poco, hace como dos meses, estuvimos en el Tecnológico de Motul, ahí estuvimos Gaby y Delio. Tuvimos un evento que no tenía nada que ver con las computadoras y me senté, y junto a mi estaba una muchacha que era el mejor promedio de su carrera y le pregunté “¿de dónde eres?”, y ella me dijo “soy de Telchac Pueblo”. “Ah, muy bien”, le dije.
Y a la muchacha que estaba del otro lado, que también era el mejor promedio de su ingeniería, otra carrera, le pregunté “¿de dónde eres?”, y ella me dijo “soy de aquí, de Sinanché”. Y a ambas les pregunté “oigan, ¿y dónde estudiaron?”. Una me dijo “yo estudié en el Cobay” y también la otra niña había estudiado en el Cobay.
Y le digo “¿te tocó tu computadora?”, y me dice “sí, ¿no se acuerda cuando usted vino e hizo un evento y nos entregó? A mí me tocó mi computadora hace tres años”. Y le digo “¿y la tienes todavía?”. “¡Claro!”, me dijo, “es con la que estudio”.
Y le pregunté a la otra muchacha y me dijo “también me dieron mi computadora y es con la que estudio”. “¿Y está buena?, le digo, ¿está actualizada?”. “Sí, la actualizo, la limpio, veo que tenga su mantenimiento y funciona muy bien”, me respondieron. “¿Está rápida?”, le digo, “sí, tiene buena memoria, está rápida”, me dijo.
Y se los digo porque es lo que yo espero, que estas computadoras que hoy reciben les permitan terminar su bachillerato y también estudiar en lo superior, en el Tecnológico, en la Universidad, a donde vayan. Y que tengan junto a ustedes una herramienta, porque la computadora eso es: una herramienta para abrirse paso por el futuro.
Me emociona muchísimo estar aquí con ustedes, poner es sus manos esta herramienta y comprometerme, como siempre lo he hecho, a trabajar hasta el último minuto de mi Gobierno con un gran entusiasmo, cumpliendo los compromisos.
El otro día me preguntaba alguien, “oye Rolando, ya va a terminar tu Gobierno y ya te vas después de que termine, el 30 de septiembre se acaba. Y cuando te vayas, ¿será que van a continuar estos programas?”, me preguntaron.
Y yo le dije, y lo digo con una enorme convicción, “estoy seguro que estos programas continuarán siempre que exista un Gobierno que entienda la realidad de Yucatán, que esté consciente de esa realidad que se vive en Yucatán”.
Esa realidad que se vive en los 106 municipios de nuestro estado donde existe talento, donde existe capacidad. Donde existe una gran riqueza en las mentes, en los corazones y en las manos talentosas de hombres y mujeres que luchan y que se esfuerzan todos los días por tener un mejor Yucatán.
¡Enhorabuena jóvenes, enhorabuena señoritas! ¡Échenle muchas ganas, el futuro es de ustedes!
Y no quiero terminar sin decirles algo. No quiero terminar sin decirles algo que me nace decírselos: tiene ustedes a su lado a su mamá, a su papá, a su tutor, a alguien que les acompaña. Hoy mismo, ahora mismo si quieren, se vale, denle un abrazo y un beso a su mamá o a su papá y les voy a decir porqué.
No se imaginan ustedes, lo sabrán cuando sean padres, el enorme amor que tienen sus padres por ustedes y el enorme sacrificio que ellos realizan para que ustedes estudien. El enorme orgullo que sienten sus papás y que ustedes representan la mejor esperanza de que su familia tenga un futuro mejor gracias al estudio, al esfuerzo y a la preparación de ustedes.
¡Muchas gracias por darme su amistad, como lo dijo Andrés, y a seguir chambeando siempre por nuestro estado de Yucatán! ¡Muchas gracias!