Detienen al “El Campeón” por la muerte de su sobrino
El ex boxeador tuvo como cómplice a otro bebedor
El ex boxeador tuvo como cómplice a otro bebedor
Mérida, Yucatán, lunes 9 de abril de 2018.- Elementos de la Policía Estatal de Investigación detuvieron a Luis Javier Solís Pacheco, (a) “El Campeón”, quien diera muerte en días pasados a su sobrino, Gabriel Eduardo Férraez Solís, cuyo cuerpo fue encontrado en un basurero clandestino de un predio abandonado de la calle 67 por avenida Itzaes.
Se le detuvo en cumplimiento de la orden de aprehensión librada por el Juzgado Primero de Control.
Tuvo un cómplice, otro bebedor como ellos, pero solo lo ayudó a deshacerse del cuerpo, sin que hasta el momento se levanten cargos contra este último sujeto.
Al occiso se le identificó a través de las huellas dactilares y al homicida gracias a que vecinos del rumbo dijeron haberlos visto juntos antes de la hora en que se supone ocurrió el crimen.
de esta forma, la autoridad localizó a un teporocho amigo de a vos y él relató todo, aclarando quien había ultimado a Ferraez Solís y confesando que él lo ayudó sólo a deshacerse del cuerpo.
Fuentes policiacas precisaron que el presunto homicida fue el ex boxeador y no el occiso, como se dijo el día en que ocurrieron los hechos, cuando surgieron versiones encontradas sobre la identidad del muerto.
En círculos boxísticos se afirma que Javier Solís Pacheco fue un púgil local que en una ocasión se enfrentó a la leyenda del boxeo mundial Salvador Sánchez Narváez.
Peleó algunos años en la Ciudad de México, donde hizo una larga campaña que lo llevó a boxear en cuadriláteros de otras partes del país e incluso en Venezuela.
Según el expediente, el pasado día 2 de abril, alrededor de las 19:30 horas, Eloy Alberto Pardenilla Viana se encontraba en el predio marcado con el número 625 de la calle 67 con avenida Itzaes, cuando escuchó gritos de Gabriel Eduardo y de Luis Javier.
Se asomó, pensando que discutían como siempre y fue cuando pudo ver como “El Campeón” golpeaba con un objeto metálico a su sobrino en la espalda y cabeza, hasta dejarlo inconsciente.
Salió y le dijo al agresor que dejara de pegarle y que mejor fuera buscar algo para comer y así lo hicieron.
Al regresar, se dieron cuenta de que “El Diablo” estaba muerto, por lo que decidieron encintarlo y tirarlo en el basurero de al lado, acto tras el cual se dispusieron a comer y seguir bebiendo. (Formal Prisión)