Consumir dieta prehispánica mejora el metabolismo de lípidos y glucosa, la cognición y la flora intestinal

Investigadores descubren que la combinación de maíz, frijol, nopal, jitomate, semilla de calabaza y chía tiene 10 veces más actividad antioxidante que las dietas actuales

El consumo excesivo de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa es una de las causas de sobrepeso y obesidad. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportan que en 2014 más de mil 900 millones de adultos tenían sobrepeso de ellos más de 600 millones eran obesos. El consumo de la combinación de proteínas de origen vegetal, ácidos grasos omega 3, fibra soluble y compuestos antioxidantes previene enfermedades cardiovasculares y/o diabetes.

Por ello y con el fin de dar un valor agregado a los alimentos mexicanos, investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ) analizan los efectos de una dieta basada en alimentos prehispánicos sobre alteraciones metabólicas, cognitivas y en la microbiota intestinal causada por una dieta alta en grasa saturada y azúcar.

Los científicos han estudiado la alimentación prehispánica, es decir la combinación de maíz, frijol, nopal, jitomate, semilla de calabaza y chía para conocer cómo es que esta dieta puede regular la expresión de genes a nivel molecular.

La doctora Nimbe Torres y Torres, investigadora del INCMNSZ, detalló que indujeron un modelo de obesidad por dieta, hicieron una mezcla de estos alimentos de mayor consumo por nuestros antepasados y la suministraron a animales de estudio. “Después de varios meses de consumirla, medimos qué pasaba en el hígado, en el tejido adiposo y en la microbiota intestinal, observamos una mejoría en los parámetros bioquímicos en comparación con los que consumieron una dieta alta en grasa, además de que la cantidad de tejido adiposo era menor comparado con los animales que consumieron dieta alta en grasa”.

Entre otros hallazgos figuran la actividad antioxidante de la dieta prehispánica, esta es 10 veces más que las dietas actuales. Además de que el consumo de semillas como la chía o la de calabaza, ricas en ácidos grasos omega 3, ayudan a oxidar la grasa y a disminuir los genes que codifican para la síntesis de triglicéridos.

“El nopal posee fibra soluble y un índice glucémico bajo que ayuda a que no se eleven las concentraciones de glucosa; por su parte el frijol es una de las mejores fuentes de proteína, fibra y almidones resistentes que sirven como alimento a las bacterias benéficas del intestino”, explicó la especialista en Nutrigenómica que estudia los mecanismos de acción de los nutrimentos a nivel molecular.

Tras 36 años de trabajo en Fisiología de la Nutrición, la doctora Nimbe Torres y Torres agregó que de igual forma encontraron que el consumo de la dieta prehispánica mejora la memoria y función cognitiva dependiente del hipocampo. “Veíamos que los que eran obesos tenían disminución en su función cognitiva, sin embargo los que consumieron estos alimentos prehispánicos tuvieron una mejoría en su memoria”.

Este estudio aporta un valor científico a los alimentos mexicanos, por ello fue merecedor de una mención honorífica en la categoría Profesional en Investigación en Alimentos y su Impacto en la Nutrición del Premio Nacional en Ciencia y Tecnología de Alimentos (PNCTA) 2016, que otorga la Industria Mexicana de Coca-Cola y Conacyt. “Es una satisfacción para nosotros como investigadores que haya sido uno de los ganadores de este premio y poderle dar un valor agregado a la dieta prehispánica”, finalizó la doctora Nimbe Torres y Torres. (Agencia ID)