¿Cómo contribuyen los hongos al calentamiento global?
Hallazgos de una mexicana en California determinan que en Alaska comienzan a adaptarse a temperaturas elevadas, su metabolismo se acelera, crece y se reproduce más rápido
Hallazgos de una mexicana en California determinan que en Alaska comienzan a adaptarse a temperaturas elevadas, su metabolismo se acelera, crece y se reproduce más rápido
El calentamiento global cada día va en aumento y los polos comienzan a deshelarse. Diversas alternativas se plantean pero pocos hablan del daño que ocasionan los hongos (moho), los cuales contribuyen en la producción de gases efecto invernadero.
Así lo determina una investigación realizada en la Universidad de California, Estados Unidos por la mexicana Adriana Lucia Romero Olivares, la cual indica que los hongos de Alaska comienzan a adaptarse a temperaturas elevadas y contribuyen al calentamiento global al aumentar la cantidad de dióxido de carbono (CO2) en la atmosfera.
La maestra en ecología molecular por la Universidad Autónoma de Baja California, detalló que los hongos se encargan de destrozar la materia orgánica, como las hojas que caen de los árboles, y alimentar de nutrientes a las plantas.
“Debido a que en Alaska la mayoría del tiempo hace frio los hongos están dormidos y no contribuyen al calentamiento global, pero con las temperaturas elevadas (10 a 30 grados), los organismos despiertan y generan CO2”.
La investigación consiste en cultivar hongos en tubos de 30 centímetros de largo y mientras crecen se sobreexponen a temperaturas arriba de los 25 grados centígrados.
“Elegimos el moho naranja como modelo porque es un una especie que existe de forma natural en la tierra, se conoce toda su fisiología, ciclo de vida, genes, así como para qué sirven cada uno de ellos”, refirió Romero Olivares, originaria de Hermosillo, Sonora.
Cada vez que el moho crece existe una división celular que se interpreta como una generación. En el experimento, al cultivar 15 tubos por ocho meses se logró una reproducción de mil 500 veces, después se realizó un ensayo fisiológico de comparación con los hongos no expuestos.
Los resultados, aún en fase final, determinan que el hongo adaptado muestra un metabolismo más acelerado; crece y se reproduce rápido, respira más oxígeno y exhalan mayor dióxido de carbono.
Con esta información es posible extrapolar a toda la comunidad de hongos de la tierra.
El trabajo de Romero Olivares se complementa con estudios de campo en Alaska, en donde observa en tiempo real, cómo afecta el cambio climático a la comunidad de hongos de los bosques.
“Los hongos respiran como los seres humanos; inhalan oxígeno y exhalan CO2 y a pesar de que los humanos somos muchos no nos comparamos con la cantidad de hongos existente”, enfatizó Romero Olivares.
Explicó que en Alaska existe la mayor cantidad de hongos en el mundo porque existen bloques de tierra llamados “stock” de carbono, que son reservas de este elemento químico, los cuales están congelados casi todo el año; sin embargo, los veranos comienzan a durar más (cinco meses), de tal forma que los organismos están más tiempo activos.
Algunos modelos científicos determinan que si los hongos se adaptan al calentamiento global, tal y como lo advierte Romero Olivares, no mantendrán un metabolismo elevado por mucho tiempo, lo que significa que existirá un pico de contribución de CO2 a la atmosfera, pero después bajará y regresará a condiciones normales; sin embargo, el daño climático será irreversible.
“Aunque hay cosas que no podemos controlar como el metabolismo, evolución y adaptación de los hongos, podemos hacer cambios en nuestra vida diaria que pueden contribuir a frenar el calentamiento global y cambios drásticos en la temperatura”, concluyó la investigadora. (Agencia ID)