El alcalde Mauricio Vila convivió y almorzó con la familia Cruz Reyes, una de las 40 que desde el viernes pasado iniciaron una nueva vida con una casa completa que obtuvieron por medio del Plan Municipal de Vivienda.
Acompañado de su esposa, María Eugenia Ortiz Abraham, y sus hijos Mauricio y Alejandrina, el presidente municipal fue invitado a comer en el nuevo hogar de Lucía Trinidad Reyes e Ignacio Cruz Esparza, quienes le presentaron a sus hijos Zitlali Yosejín, de siete años de edad, y Carlos Eduardo, de seis.
Durante la comida, en la que se degustaron tacos de chicharra, el Sr. Cruz Esparza relató al alcalde una serie de penalidades y dificultades que su familia y muchas otras de la colonia tuvieron que afrontar mientras vivían en una humilde casa de cartón.
Recordó que cuando llovía padecían encharcamientos y los consecuentes lodazales y cómo tenían que soportan las inclemencias del tiempo y cómo él se sentía impotente al no poder ofrecer algo mejor a su familia.
Sin embargo, dijo, en todo momento la mamá de sus hijos lograba enviarlos a la escuela limpios y con la ropa bien planchada, la cual tenía que calentar en un comal ya que no contaban con corriente eléctrica.
Cruz Esparza relató al alcalde que sentía una gran alegría y emoción porque su vida había cambiado radicalmente con su nuevo hogar y que además ahora contaba con un trabajo como repartidor de agua purificada y ya contaba con seguridad social para su familia, lo que para él era muy importante.
Sin embargo, dijo, que el mayor anhelo de su vida todavía no se había cumplido. Enseguida, y haciendo una pausa en el almuerzo, ante la mirada del alcalde Mauricio Vila y su esposa Maria Eugenia Ortíz de Abraham sacó un pequeño estuche con un anillo y con lágrimas en los ojos se dirigió a su pareja Lucía, y expresó con voz entrecortada: “es algo muy humilde, quizá no vale nada, pero te quiero pedir que me aceptes como esposo, que te cases conmigo…”
Ella, Lucía Guadalupe, también visiblemente emocionada, no acertaba a responder, pues un nudo en la garganta se lo impedía, y sólo miraba sorprendida la alegría reflejada en el rostro de su compañero de varios años de su vida, y padre de sus dos hijos., quien aprovechó el almuerzo familiar con el alcalde Mauricio Vila y su familia para reiterarle su amor y pedirle que formalizaran su relación de 9 años.
Ante la sorpresa de los presentes, el alcalde Mauricio Vila Dosal, aplaudió la petición y todos se unieron a la emoción y alegría de ese momento culminante del almuerzo.
Esa fue sin duda el comienzo de una nueva historia, con más esperanza de un futuro mejor para una familia, que había recibido no sólo una nueva casa con sala cocina, baño y un habitación, sino, sobre todo, un nuevo hogar… que se sellaba con el sí de Lucía, y en medio de los gritos de “¡boda, boda”, de los testigos.
En fin, “era un sueño hecho realidad”, como dijo el propio Ignacio Antonio, pues después de una desgracia, el incendio en la zona, ahora tenían su nueva casa y una nueva esperanza de vida.
El pase de diapositivas requiere JavaScript.