Científicos mexicanos obtienen existosos resultados en la producción de biocombustibles
Además, los investigadores queretanos han comprobado que el uso de estos combustibles e hidrógeno reducen el impacto negativo de gases contaminantes
Además, los investigadores queretanos han comprobado que el uso de estos combustibles e hidrógeno reducen el impacto negativo de gases contaminantes
Químicos de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) aprovechan residuos de uso humano como azúcares y aceites para generar biocombustibles como alternativa a fin de disminuir las emisiones de gases tóxicos. Además utilizan hidrógeno como opción para mejorar el rendimiento de los automóviles.
A partir de los estudios y resultados se ha planeado la construcción de un edificio en la misma institución para investigar, producir y distribuir combustibles.
El ingeniero químico e investigador Jorge Gracida Rodríguez explicó que en la UAQ se realizan diversos estudios en torno a la generación de combustibles más amables con el medio ambiente; en particular, él trabaja en la creación de bioetanol a partir de azúcar de caña sucia y otros sustratos. A lo largo de sus estudios se ha comprobado que esta alternativa genera menor contaminación que utilizar únicamente gasolina común.
“Para generar el bioetanol se emplean técnicas de fermentación que se logran gracias al uso de un bioreactor, que es un recipiente en el que se genera este combustible a partir de una levadura llamada Saccharomyces cerevisiae, que transforma los azúcares empleados en etanol”, expuso el especialista.
Durante las investigaciones realizadas en la UAQ, los doctores Aldo Amaro y Jorge Gracida han realizado algunas pruebas y comprobaron que el uso de este bioetanol reduce el 50 por ciento de emisiones de monóxido de carbono, que es un gas tóxico liberado durante la combustión. Automóviles con tecnología Flex-fuel pueden utilizar hasta un 85 por ciento de su tanque con dicho combustible, del cual, el precio de su producción es menor al de la gasolina.
Por otra parte, el químico investigador Saúl López Ordaz, refirió que en la UAQ también se trabaja en el desarrollo de plantas piloto de producción en pos de desarrollar tecnología para la generación de un biodiesel que ya ha sido probado en autobuses del sistema de transporte universitario de la Autónoma de Querétaro.
“Se han hecho pruebas con los camiones cada dos meses para verificar la disminución de emisiones y se ha encontrado que se reducen de un 40 a 50 por ciento los gases tóxicos. Estos biocombustibles son generados a partir de aceites de consumo humano obtenidos de cafeterías”. Con ese fin se ha obtenido el aval de la Secretaría de Energía para la producción del biocombustible, así como de la Secretaría de Desarrollo Sustentable del Gobierno del Estado de Querétaro para el uso de residuos catalogados como aceites vegetales gastados.
Cabe mencionar que a fin de mejorar las tecnologías y generar biocombustibles a mayor escala se planea la construcción del Centro de Investigación e Innovación en Bioenergéticos Sustentables, en donde se profundizará en estos temas, aseguraron los investigadores de la UAQ.
El hidrógeno y los automóviles
El doctor Gonzalo Bobadilla Macías, investigador de la UAQ, trabaja en el desarrollo de reactores de “oxihidrógeno”, los cuales están compuestos por un conjunto de láminas de acero inoxidable conectadas en serie-paralelo y en cuyo interior se encuentra un electrolito, mismo que está conformado por agua con sosa caústica, potasa cáustica, bicarbonato o sal de mesa.
Estos reactores van conectados a la batería del motor y se activan a través de un controlador electrónico sólo cuando el auto está encendido; el dispositivo hace pasar una corriente eléctrica a través del electrolito encontrado en su interior. De esta manera se separan los átomos de hidrógeno y oxígeno que conforman el agua, proceso conocido como electrolisis.
El hidrógeno generado por estos reactores diseñados en la UAQ aporta aproximadamante de uno a dos por ciento de energía directa al motor, según el tipo de motor; Sin embargo, el principal aporte de estos dispositivos radica en la mejora de la combustión de gasolina y reducción de las emisiones contaminantes.
“Al mezclar gasolina común, bioetanol e hidrógeno se obtiene una mejor quema de combustible y una menor emisión de monóxido de carbono, que es uno de los gases más peligrosos que emiten los automotores y el cual se recombina rápidamente con los glóbulos rojos que tenemos en la sangre; cuando una persona se expone a niveles altos de este contaminante se pueden producir intoxicaciones graves e incluso la muerte”, finalizó el especialista. (Agencia ID)