Avaricia arruina paz y tranquilidad de los ejidatarios de Chocholá.
Avaricia de hijo de ejidatario pone en riesgo integridad de medio ambiente y salud de ciudadanos.
Avaricia de hijo de ejidatario pone en riesgo integridad de medio ambiente y salud de ciudadanos.
Lo que destinaba todo el apoyo para que el municipio de Chocholá camine sin contratiempos, la avaricia de una persona vino para arruinar la paz y tranquilidad de los ejidatarios de Chocholá.
En el municipio de Chocholá se tiene conocimiento que están por levantar las medidas cautelares y por ende seguir el proceso de los juicios contra los establecimientos contaminantes como cementeras y/o caleras.
El levantamiento de las medidas cautelares decretada en la planta de oxica derivado del juicio de nulidad de las ventas de tierras que se siguen en contra de empresarios que ilegalmente compraron tierras en ese ejido, esto es debido a que el actor en el juicio y que apoyaba la causa a favor de conservación de las tierras desafortunadamente falleció a principio de año, por lo que su sucesor inexplicablemente se desistió de la demanda.
Desafortunadamente estas acciones derivadas de Manuel May Mena, hijo del hoy occiso quien valientemente estaba en contra de la instalación de la calera en Chocholá al fallecer, su propio hijo actuó en contra de la voluntad de su padre y desistió de la demanda elaborada por su propio padre, instancia y acción perjudicando directamente el medio ambiente y a los pobladores del municipio de Chocholá, pues se rumora que Manuel May Mena, se vendió a los empresarios que pretenden instalar una cementera y anteponiendo un efímero beneficio económico está arriesgando el medio ambiente y la salud de la gente del pueblo.
No obstante, los abogados que apoyan a los ejidatarios ambientalistas están trabajando en combatir por los medios legales la resolución de levantar las medidas cautelares.
Los ejidatarios preocupados y entristecidos por estas acciones, piden a las autoridades que se pueda realizar los juicios a favor de la. Misma cultura Maya de la cual pertenecen todos los ejidatarios y que temen por la instalación de la cementera.