Mérida, Yucatán, 10 de enero de 2019.- Yucatán recibió en días recientes a Esteban Gutiérrez, piloto automotriz multipremiado y reconocido internacionalmente quien, junto con su esposa, Mónica Casán, vivió una aventura que ambos describieron como memorable.
El joven mexicano, nombrado por Fórmula 1 como embajador del Gran Premio de México 2018, ha tenido un fuerte impacto en el mundo del automovilismo a lo largo de su carrera, a raíz de su participación con empresas de primer nivel en el ramo.
Actualmente, es piloto de desarrollo de Mercedez-Benz, labor que le apasiona y que lo ha llevado a recorrer diversas partes del mundo; sin embargo, tomó la decisión de iniciar el año con un viaje a estas tierras, el cual, aseguró, marcó su vida.
Su visita es resultado de una de las negociaciones que la Lic. Michelle Fridman, Secretaria de Fomento Turístico del estado, realizó durante la Feria Turística WTA en Londres el año pasado, para llevar a cabo esta campaña de promoción de tierras mayas en Europa, aprovechando el impacto que Esteban Gutiérrez tiene en el viejo continente, con el objetivo de atraer más turistas a Yucatán.
Bajo la coordinación de la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur), la pareja disfrutó un extenso recorrido por los lugares más emblemáticos de la entidad, del 3 al 7 del presente. Diversos prestadores de servicios les ofrecieron de forma gratuita, alimentación, hospedaje y recreación, comprometidos con una estrategia de promoción más extensa para el territorio.
Ambos quedaron prendados por la belleza de los escenarios naturales, zonas arqueológicas y ciudades coloniales que conocieron, así como por la calidez de los yucatecos y la gastronomía típica de la región, por lo que manifestaron su deseo de volver con más tiempo.
Durante este viaje, que para los recién casados fue como una segunda luna de miel, visitaron Ek Balam, donde Esteban se declaró maravillado con el nivel de conservación. En Valladolid, se les dio la bienvenida con un baile de jarana, caminaron por la avenida de los Frailes, tomaron fotos en los tradicionales confidentes y descansaron en el Hotel Coqui Coqui.
En su paso por dicho Pueblo Mágico, admiraron el video-mapping del convento de San Bernardino, con los sucesos que marcaron la historia de la ciudad, y degustaron platillos tradicionales en el restaurante del Cenote Zací, como sopa de lima, poc-chuc, papadzules, lomo relleno y longaniza, que él describió como una verdadera delicia.
Continuaron su travesía en Mérida, donde disfrutaron una larga caminata por la afamada avenida Paseo de Montejo, desde el Monumento a la Patria hasta las Casas Gemelas; ahí, impresionados y asombrados por la belleza de la arquitectura en las construcciones de la zona, inmortalizaron su visita con selfies.
Algunos turistas y locales reconocieron al automovilista, quien accedió gustoso a tomarse fotos con ellos; posteriormente, la pareja tomó un momento para refrescarse con un delicioso sorbete de coco, de los tradicionales Helados Colón.
Más tarde, en el Museo de la Gastronomía Yucateca (MUGY), probaron el lechón preparado según la costumbre yucateca y continuaron su paseo con un guía certificado del Ayuntamiento de Mérida, que les llevó a la Catedral de San Ildefonso, el Palacio de Gobierno y el Museo Casa Montejo.
Al llegar la noche, la cena se llevó a cabo en el restaurante Ku’uk. Les recibió el propietario, Pedro Evia, quien les mostró cómo se preparan algunos de los más deliciosos platillos de la gastronomía de la entidad en su establecimiento, que él define como “cocina molecular”.
Pernoctaron en el Hotel Casa Azul, cautivados por su tranquilidad y privacidad, y al día siguiente, se dirigieron hacia Uxmal, sitio nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
En el Lodge Uxmal, vivieron uno de los tours de aventura más espectaculares de Yucatán, a bordo de antiguas Land Rover y a través de plantíos frutales; en una choza tradicional maya, comieron un exquisito pollo pibil que enamoró al piloto mexicano, y por la noche, visitaron Chablé Resort and Spa, “uno de los hoteles que más me ha gustado en todo el mundo”, declaró Esteban.
Durante el cuarto día, conocieron Celestún, donde pudieron observar y fotografiar uno de los grandes atractivos de la región, los flamencos rosados que maravillan a cualquier visitante, y él no perdió la oportunidad de nadar en un nacimiento de agua entre manglares. Más tarde, se relajaron en el encantador restaurante Xixim, con la mejor gastronomía de la zona.
Regresaron a Mérida para recorrer la cervecera Patito; cenaron en Hermana República de Xcanatún, acompañados de Fridman Hirsch, y descansaron en el Hotel Boutique Casa Lecanda, un bello hogar de huéspedes en el corazón de la ciudad blanca.
En su quinto y último día, Esteban y Mónica conocieron dos haciendas: Mucuyché, en el municipio de Abalá, reconocida por tener uno de los cenotes más grandes de la región, en el que nadaron cerca de dos horas, y San Pedro Ochil, construida en el siglo XVII y catalogada como uno de los mayores ingenios henequeneros de la época. Finalmente, se despidieron de Yucatán.
Cabe resaltar que la visita de personalidades de talla internacional –como en este caso, que se trata de una figura altamente reconocida en todo el mundo por su desempeño–, brinda a la entidad posibilidades más amplias de difusión y promoción como destino turístico de primer nivel.
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