‘Vegafobia’… ¿la aversión hacia los veganos?
Cada vez más y más personas están haciendo dietas basadas solo en vegetales, y cada vez más y más personas sienten aversión hacia los veganos y vegetarianos
Cada vez más y más personas están haciendo dietas basadas solo en vegetales, y cada vez más y más personas sienten aversión hacia los veganos y vegetarianos
Cada vez hay más personas adoptando dietas basadas solo en vegetales, pero aparentemente también hay cada vez más gente que siente aversión hacia los veganos y los vegetarianos. Esta aversión puede manifestarse tanto en ridiculizarlos en las redes sociales («A nadie le agradan los vegetarianos«) como poniendo calcomanías en el parachoques del auto («Vegetariano es una antigua palabra india para ‘mal cazador'»). Recientemente, el editor de la revista británica Waitrose, William Sitwell, tuvo que renunciar después de decir que sacarían un artículo sobre los veganos en el que «expondrían su hipocresía«.
Ya se acuñó un término para esta reacción contra los veganos y vegetarianos: «vegafobia«. Incluso hay libros de autoayuda, como Vivir entre carnívoros: El manual de supervivencia de los vegetarianos, que ofrecen consejos a aquellos cuyas opciones dietéticas podrían estar bajo ataque. Entonces, ¿qué es lo que a la gente le disgusta tanto de los veganos?
Una de las razones por las que los vegetarianos y veganos son el objetivo de toda esta negatividad puede ser debido a su comportamiento a veces abiertamente moral, muy similar al de un acérrimo creyente religioso. En un estudio, casi la mitad de los participantes tuvo sentimientos negativos hacia los vegetarianos. Ese resentimiento fue mayor cuando sintieron que los vegetarianos se consideraban moralmente superiores a los omnívoros.
Estos resultados se reflejan en los resultados que obtuve en mis entrevistas con omnívoros en Australia, las cuales demuestran que los vegetarianos y veganos suelen ser considerados como «esnobs» y «elitistas». La percepción de un reproche moral también puede desencadenar el resentimiento. Por ejemplo, un anuncio de PETA sugiere que «alimentar a los niños con carne es abuso infantil«. Si bien estos anuncios pueden llamar la atención, el uso de una fuerte carga de culpa en mensajes como este también puede ser contraproducente.
Esto podría explicar las actitudes de los residentes de Aargau, una ciudad en Suiza, quienes en 2017 solicitaron la negación de la ciudadanía a una residente vegana extranjera. La consideraban «molesta» y crítica hacia las costumbres locales suizas, que incluyen la caza, las carreras de cerdos y que las vacas usen cencerros.
Otra fuente de molestia puede ser el llamado «vegano militante» que tiende a usar tácticas de amonestación e intimidación, como los activistas veganos que llenaron de sangre falsa las vitrinas de una carnicería francesa. Otro ejemplo reciente son los comentarios negativos hechos por algunos partidarios de la alimentación con base en vegetales después de la muerte del chef omnívoro Anthony Bourdain. Los cuales, posteriormente, fueron criticados por el activista vegano Gary Francione por su insensibilidad moral e intolerancia.
Una razón fundamental por la que las personas deciden adoptar una dieta basada sólo en vegetales es su preocupación ante la crueldad y el sufrimiento animal. Varias organizaciones activistas, en un intento por alentar a las personas a reducir su consumo de carne, evidencian el maltrato y el sacrificio de animales mostrando imágenes gráficas y con frecuencia impactantes que pueden desencadenar emociones fuertes.
Esta táctica, si bien es eficaz para atraer la atención, también puede resultar contraproducente. La exposición a la crueldad animal puede ser tan abrumadora que la audiencia podría llegar al grado de bloquear la información, evadiendo así la responsabilidad de tomar cualquier tipo de medidas.
Cuando expones a la gente a la difícil realidad del sufrimiento animal, muchos se enojan y desean que termine esa crueldad. Hasta aquí todo está bien, pero existe el riesgo de que dicha información fomente también actitudes negativas hacia los emisores del mensaje. La exposición repetida a los mensajes sobre la crueldad animal también puede, a la larga, hacer que la audiencia se acostumbre a tales mensajes y que termine por ignorarlos debido a que desarrollan insensibilidad emocional o apatía. La conciencia repentina de la crueldad animal también puede dar origen a sentimientos de dolor y soledad, otras personas podrían sentirse impotentes, especialmente si se les niega el beneficio psicológico de ayudar a los demás.
Por otro lado, hay mensajes que los veganos y vegetarianos pueden usar que podrían ser mejor recibidos. Estos incluyen cambios progresivos, como promover los lunes sin carne, o el volverte «reducetariano«. Esto le daría a la audiencia una idea a la cual aspirar y una motivación para lograrlo.
Brian Kateman, co-fundador y presidente de la Fundación Reducetariana, resalta un mensaje similar al de muchas campañas veganas de hoy, que las dietas con alto contenido de carne son malas para nuestra salud, el medio ambiente y los animales que nos comemos. Aunque muchos de los mensajes de las campañas veganas abogan por un enfoque ‘radical de todo o nada’, en el que eliminar la carne es la única respuesta, la verdad es que puede ser que eso no sea posible para todos. Por lo tanto, el reducetarianismo podría ser el término medio más alcanzable.
Haciendo a un lado la creciente popularidad del movimiento alimentario basado únicamente en los vegetales, es importante que el respeto y la empatía por los animales que se encuentran en el corazón mismo de tal movimiento se hicieran extensivos hacia quienes toman decisiones diferentes a las nuestras y, al hacer esto, se abrirían las puertas hacia una mayor aceptación.