Monterrey, Nuevo León, a 12 de junio de 2021.- Especialistas de TecSalud, el sistema de salud del Tecnológico de Monterrey, de Rational Vaccines INC, del Instituto de Medicina Tropical Alexander Von Humboldt de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y del Hospital del Niño “José Renán Esquivel” de Panamá, participaron en el panel ‘TecSalud Research Rounds’, un conversatorio virtual en el que se destacó la importancia de la investigación médica que propicie la creación de medicamentos basados en ARN mensajero.
Durante su participación, el Dr. Guillermo Torre Amione, rector de TecSalud y vicepresidente de Investigación del Tecnológico de Monterrey, comentó que es importante fortalecer en todos los sentidos al sistema de salud nacional e internacional, pues como se demostró en los últimos meses, la sinergia entre hospitales, farmacéuticas y gobiernos fue de gran ayuda para ponerle un freno a esta enfermedad.
“A pesar de los retos, Latinoamérica ha demostrado tener la habilidad de hacer algo grande y mostrar buenos resultados. De ahí la importancia de fortalecer el sistema de salud a nivel mundial. México cuenta con uno de los sectores de salud con mayor capacidad técnica y resolutiva, pero aún falta el apoyo y la inversión del sector público y privado que ayuden a seguir creando un sistema de calidad”, comentó Torre Amione.
Por otra parte, el Dr. Luis Ríos Nogales, vicepresidente Ejecutivo de Rational Vaccines Inc. Boston, USA y responsable de las áreas Médica, Desarrollo y Calidad, explicó el funcionamiento de las vacunas basadas en ARN mensajero, tecnología de vanguardia que, en lugar de tener un virus atenuado o un virus muerto, se tiene una fracción de ARN. Es decir, tenemos el mensaje que va a entrar a la célula y comienza a producir la proteína que estimulará el sistema inmunológico, los anticuerpos y las defensas celulares necesarias.
“La tecnología del ARN mensajero, mundialmente conocida por ayudar a crear vacunas que detengan la pandemia por COVID-19, se ha estudiado por más de 20 años. Actualmente, hay tres vacunas que usan esta proteína: CureVac, Pfizer – BioNTech y Moderna”, agregó Ríos Nogales.
En el marco de este foro, la Dra. Theresa Ochoa, directora del Instituto de Medicina Tropical Alexander Von Humboldt de la Universidad Peruana Cayetano Heredia; el Dr. Michel Martínez, jefe de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de TecSalud y líder del Programa COVID-19 de TecSalud; y el Dr. Xavier Sáez-Llorens, jefe del Departamento de Infectología y director de Investigación Clínica del Hospital del Niño “José Renán Esquivel” de Panamá, coincidieron en la importancia de empujar investigaciones traslacionales de este tipo, pues las nuevas tecnologías son tan nobles que hoy por hoy se puede buscar paliar los efectos adversos de algunas enfermedades.
“A la fecha, es posible llevar a cabo en América Latina Investigación Clínica de alta calidad con un alto volumen. Además, considero que en un entorno académico se propicia una exigencia mayor. La incorporación de Centros de Investigación dentro de un entorno hospitalario genera mayor confianza y seguridad para todo el público”, comentó el Dr. Michel Martínez.
La Dra. Theresa Ochoa, comentó que hacer investigación clínica en países como México, Perú y Panamá con la vacuna de CureVac representaba un reto, no solo por el desconocimiento, sino también por el reclutamiento, ya que, de acuerdo con lo establecido por el laboratorio alemán, se necesitaba de más de 40 mil voluntarios.
Por último, el Dr. Servando Cardona, director Nacional de Investigación Clínica de TecSalud, quien fungió como moderador del encuentro entre investigadores, recalcó la importancia de la investigación clínica, ya que es la forma de encontrar la cura para muchas enfermedades, siendo el ARN mensajero, en particular, uno de los grandes avances en biotecnología que se está haciendo hoy en día para generar una nueva posibilidad de terminar con la pandemia.
En los últimos meses, países de Europa y América Latina han liderado el protocolo de investigación de vacuna CureVac para la fase II / III de estudio clínico. Los voluntarios son adultos mayores de 18 años. La primera aplicación en México se llevó a cabo el 15 de febrero y registramos el mayor reclutamiento a nivel mundial (15.9%). A la fecha, los indicadores muestran una respuesta positiva en los estudios gracias la calidad de la investigación, reclutamiento y seguimiento de todo el protocolo.