Uno de cada cuatro pacientes con diabetes desarrollará algún grado de daño renal
La orina espumosa o con presencia de rasgos de sangre son señales de que hay alguna afectación que debe ser atendida
La orina espumosa o con presencia de rasgos de sangre son señales de que hay alguna afectación que debe ser atendida
La principal función de los riñones es limpiar la sangre de toxinas, eliminar agua, secretar hormonas como la eritropeyetina (estimula la formación de glóbulos rojos) y la renina (regula los niveles de sal en el cuerpo), además de colaborar en la actividad de la vitamina D (se encarga de graduar los niveles de calcio y fosforo en la sangre).
El riñón filtra 100 mililitros por minuto y la capacidad para llevarla a cabo disminuye con el paso natural del tiempo, aunque hay más factores que influyen para que así suceda a cualquier edad, como padecer diabetes y/o hipertensión o heredarlo de los padres.
La tendencia a nivel mundial dicta que uno de cada cuatro pacientes diagnosticados con diabetes desarrollará algún tipo de insuficiencia renal, afirma el doctor Juan Manuel Ardavín Ituarte, director General de la Clínica de Hemodiálisis Nefros Diálisis del Hospital Sedna.
Entonces, en México, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016 que reporta 6.4 millones de adultos diagnosticadas con diabetes, hay 2.5 millones con insuficiencia renal derivada de malos controles de glucosa en sangre.
El nefrólogo refiere que si la capacidad del riñón de filtrar sangre es del 15 por ciento o menor debe recurrirse a la diálisis para cubrir esa insuficiencia, y el costo mensual por llevarlo a cabo va de los 4 mil a los 12 mil pesos.
Los estadíos previos al señalado pueden ser atendidos por tratamiento médico que incluya dieta especial y fármacos. No obstante, quien vive con algún factor de riesgo debe realizarse periódicamente exámenes para conocer la condición de sus riñones, pues algo más puede denotar problemas: la presencia de proteínas en la orina.
El doctor Ardavín Ituarte explica que de manera natural la orina no debe tener proteínas, pero la presencia de éstas suele deberse a infecciones en vías urinarias que han afectado al riñón, así como otros padecimientos o al consumirlas en la alimentación, por ejemplo, en las carnes rojas.
Si el grado de proteínas en la orina es de 150 miligramos diarios o menos se considera normal, pero al incrementarse empezarán los problemas, al grado que de llegar a tres gramos al día el riesgo nefrótico es alto.
Ahora bien, si en la orina hay presencia de la proteína llamada albúmina podría revelar daño en las estructuras más delicadas de los riñones y requerir tratamiento médico. De no atenderse a tiempo, la afectación en estos órganos puede ser considerable, al grado que se requerirá trasplante.
La albúmina es la proteína más abundante del plasma sanguíneo, donde también están inmersos los glóbulos blancos y rojos, así como las plaquetas. Se produce en el hígado y cumple diversas funciones, como controlar la salida y entrada de líquidos a los vasos capilares, nutrir tejidos y transportar distintas sustancias por todo el cuerpo (hormonas, vitaminas, fármacos, enzimas e iones como el calcio).
Es así que resulta normal que la orina genere una cierta espuma que se disuelve rápidamente, pero si esta se torna abundante y permanece así por varios segundos, es signo de presencia de proteínas y los indicado es acudir al médico para que remita a exámenes de laboratorio.
Sin embargo, si se trata de pacientes con diabetes y/o hipertensión la evaluación de la función renal y exámenes de proteinuria deben ser periódicos, pues de atender cualquier enfermedad en el riñón en etapa temprana evitará que los problemas avancen.
“Lo indicado es el diagnóstico temprano, saber cuál la condición renal, pues aun en 50 a 60 por ciento de la función renal hay mucha oportunidad de ayudar al riñón para evitar llegar a la diálisis. Hay que tener en cuenta, además, que el trasplante es la mejor medida cuando hay daños de consideración, y puede recuperarse la función renal entre 70 y 100 por ciento.
“No hay un medicamento que recupere la eficiencia renal, pero si los hay para controlar los factores de progresión, así como evitar una dieta alta en sal y / o proteínas, así como no llegar a niveles altos de glucosa en sangre ni de presión arterial”, concluye el nefrólogo Ardavín Ituarte, quien es socio fundador de Meducando.com, un medio de información dirigido a pacientes sobre temas médicos, que tiene el objetivo de contestar sus dudas y recomendar especialistas cuando lo requieran. (Agencia ID)