Todos tras la gran mentira.
Adán Echeverría
Adán Echeverría
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo especializado de la ONU, dice que Andrés y su equipo mienten, porque el estudio que entregaron NUNCA dice que Santa Lucía cumple con los requerimientos para ser una mejor opción de proyecto para resolver el problema de saturación del aeropuerto actual de la Ciudad de México; y no sólo eso, sino señalan que no estudiaron ese proyecto al que Andrés ha hecho referencia y termina por aclarar que si debe construirse el NAIM y justo ahí en Texcoco, como se ha venido desarrollando.
O sea, ¿más claras las mentiras del prócer de Tabasco? ¿Acaso no podrá haber en este personaje, un Nos equivocamos?
Nada bueno se espera de alguien que aún no ha llegado al poder y se la pasa besando o menospreciando a las mujeres, que como reporteras cubren su agenda, mintiéndole a la ciudadanía, amenazando, insultando, haciéndose el mártir.
Ahora, metido en su gira de agradecimiento (como cualquier cantante insulso del pop), sigue azuzando a su masa de creyentes para que continúen en adoración, arrodillados ante la pureza de su sombra, de su plumaje, que cada vez demuestra estar bastante enlodada.
La farsa va cayendo, y nadie celebra el fracaso de Andrés, no sean tan ingenuamente ridículos; pero queda claro, lo que todas las personas con dos pequeños dedos de raciocinio continuamente dijimos. La Mafia ahora no es la Mafia del Poder, sino la Mafia de la Oposición. Porque Mafia será todo aquello que no se incline ante Andrés. Los enemigos, están ahí en la prensa, son los columnistas, los campesinos, los maestros, los pilotos.
“El 80% de los habitantes del sureste de México quiere el tren maya”, dice Andrés, y un hábil reportero le confronta: “¿Según qué fuente?”, y Andrés ignora la pregunta. Claro, la única fuente es el Poder de su Palabra. Amén, será una de las nuevas signaturas de todo oficio o memorándum o plebiscito que decida lanzar Andrés, desde su cumbre de conocimiento y grandes capacidades. Amén, dirán sus seguidores a todo lo que aquel les diga.
“¡Que no se equivoquen!”, dice una y otra vez el Mago de la Infamia, y el único que se ha colmado de equivocaciones es él. Primero dijo que el Papa Francisco vendría a México a reunirse con las familias en sus Foros de Pacificación, el Vaticano salió a desmentirlo, entonces como mejor opción fue cancelar los Foros de Pacificación. Luego dijeron que Donald Trump vendría a su toma de posesión, han salido a desmentirlo, ahora una agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sale a corregirle la plana respecto a la telenovela que él solo construyera sobre el Nuevo Aeropuerto, y todo porque no ha podido probar lo que dijo y redijo en campaña. Nadie, ninguna asociación ha dado su apoyo a la mentira de que es algo ilegal, que ha sido corrupto, que se hizo sin apoyo, que está mal planeado, y toda la sarta de mentiras a la que tanto abonó durante su campaña. Es bola cantada que el mismo Andrés entregará el Nuevo Aeropuerto a sus amigos millonarios que lo financiaron.
El aeropuerto no le sale, la mudanza de las dependencias y su arbitrariedad no le han salido, el regalo de puestos a sus aliados como Coordinadores Estatales del presupuesto federal destinado a los estados, tampoco le ha salido, no ha salido lo del tren maya. Nada le ha salido a Andrés, y ahora no sabe ni dónde esconder la cara, y entonces decide presentarla en su Gira de Agradecimiento, porque se siente a gusto como el Gran Orador que se presiente.
Lo que sí, y ha salido súper bien, es el cobre de sus diputados morenistas: unos que con su bárbara ignorancia pretender liderar deportes y cultura, uno dormilón, y otro que borracho, arrolló a una persona matándola, y a eso le sumamos la aprobación de un mega aguinaldo, solo para comenzar a probar las mieles del poder económico, del botín económico, que es lo único que persiguen estos personajes.