TODA FAMILIA, UNA FAMILIA

Las Reliquias del Hombre Ave por: Dr Adán Echeverría García

En septiembre de 2015, el papa Francisco I, había propuesto reformas sobre la anulación del matrimonio eclesiástico, que desde entonces ha facilitado a los católicos divorciados, la posibilidad de volver a casarse por la iglesia. Pensando en la «salvación de las almas», como principio fundamental de la fe católica, el pontífice escribió un documento que nombró «Motu Proprio» («por su propia iniciativa»), donde enuncia medidas para la eventual reforma al derecho canónico sobre el tema del divorcio entre católicos. También el papa Francisco afirmó, desde 2013, «que él no es nadie para juzgar a los homosexuales, y que no se debe marginar a nadie de la sociedad».

Desde 2010, cuando aún era conocido como Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, expresó: “Estoy a favor de los derechos de los homosexuales y en cualquier caso, también apoyo las uniones civiles de los homosexuales, pero creo que Argentina no está lista para el matrimonio legal». Ahora tendremos que preguntarnos ¿Y México está preparado?

A pesar de los portales que se anuncian como «rojillos» y señalan que el número de católicos va en descenso, en las estadísticas del INEGI se observa que de 1950 a 2010, el porcentaje de católicos ha pasado de 98.2% a 89.3% (un descenso menor al 10% ¡en 60 años!); si consideramos que México, como nación independiente, apenas tiene 206 años de existencia, el descenso en la fe católica a la que se refieren es minúsculo; el porcentaje de mexicanos sin religión es de apenas 4.9%. Estos son los números que usted, como yo, puede consultar para hacer su propio análisis. Se observa que el descenso en los católicos en México, no ha sumado a los que no tienen religión, sino que ha aumentado el número de creyentes No Católicos, que en el mismo período pasó de 1.0 a 10.7%, lo que hace de México un país con una fe Cristiana, de mayoría católica, donde aún prevalece el supuesto de la familia formada por madre, padre e hijos.

La lucha por la diversidad sexual, por los derechos de las familias monoparentales (mamás y papás solteros), tanto como las familias homoparentales (dos hombres o dos mujeres se hacen cargo de infantes), no puede ser una discusión con las autoridades de los cultos cristianos, menos si de parte de las religiones no hay una apertura al diálogo, basados en el respeto, porque ellos son mayoría, y siguen rigiéndose en la obediencia a la fe que predican, temerosos aún de los castigos divinos por sus faltas.

Por ello, el paradigma de pensar que la familia es el núcleo de la sociedad tiene que evolucionar. Las familias están formadas por individuos, y son los individuos y no las familias, Nunca las Familias, el núcleo de toda sociedad. Ya de por sí es trágico mirar el número de personas en edad adulta que se quedan solos, porque sienten que fallaron al no poder formar una familia. Para seguir abonando recelos, discriminación, rencores, odios, prejuicios a un tema en el que debe prevalecer por encima de todo: El respeto y buen cuidado de las niñas y los niños de México.