Tajamar, conflicto ambiental
La destrucción del Manglar Tajamar en Cancún, Quintana Roo, se ha convertido en un conflicto ambiental; ambientalistas y autoridades se enfrentan en una polémica con fines legales y ecológicos
La destrucción del Manglar Tajamar en Cancún, Quintana Roo, se ha convertido en un conflicto ambiental; ambientalistas y autoridades se enfrentan en una polémica con fines legales y ecológicos
Ambientalistas señalaron que los inspectores de la Profepa debieron acudir antes y durante la devastación en Tajamar.
CANCÚN, México, ene. 2016.- Se mantiene el conflicto ambiental en Malecón Tajamar en Cancún, Quintana Roo; la polémica se intensificó ante los señalamientos de ambientalistas sobre la existencia de vida silvestre, luego de que maquinaria pesada arrasara este ecosistema el pasado 16 de enero.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) señaló que Tajamar no es un sitio Ramsar, es decir, protegido por leyes internacionales, que no habitaban especies de flora y fauna en peligro de extinción; que del 12 al 16 de enero reubicó a fauna a otras áreas naturales y que no hubo ecocidio.
«A la fecha no hay indicios de existencia de daños, ni responsabilidad ambiental atribuible a Fonatur como resultado de la remoción de mangle en el Malecón Tajamar, por 22 hectáreas del último desmonte. Por lo tanto, reitero, no es preciso, certero, atribuir que existe o que estamos en presencia de un ecocidio o devastación ambiental», expuso Guillermo Haro, procurador federal de Protección al Ambiente.
Ambientalistas internacionales y nacionales señalaron que los inspectores de la Profepa debieron acudir antes y durante la devastación en Tajamar y no 10 días después de que fue arrasada.
El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) manifestó que biólogos de la Universidad de Yucatán implementaron un programa de rescate de fauna previo al 16 de enero y que no encontraron individuos, nidos ni madrigueras en esta zona de manglar.
La Procuraduría de Protección al Ambiente emplazará y ordenará al Fonatur que concluya el programa de rescate de la fauna silvestre, derivada de la inspección realizada el 26 de enero.
Ambientalistas que defienden Tajamar y que mantienen sus campamentos de protesta en cuatro puntos junto al área talada, señalaron que aun hay vida y que había ejemplares vivos de especies animales antes del paso de la maquinaria, aseguran que lo registraron ante Profepa.
Katerine Ender, miembro de Guardianes del Manglar, indicó que tienen un registro legal, «se puede decir ante Profepa, sustentado por un especialista, de 22 aves, en flora lo que es el mangle que son seis, las 22 aves, y los dos tipos de cocodrilos».
Tajamar es un bosque de manglar. Quedan 28 hectáreas que aún no se talan, sólo un camino de 10 metros separan la zona devastada con el área verde en la que se escucha y observa vida en su interior.
Manglar Tajamar es un ecosistema conformado por 78 hectáreas, 50 fueron arrasadas, las otras 28 están con vida. Se aprecia como afluentes de laguna se internan en el bosque con árboles que van desde tres a cinco metros de altura.
Enfrente, el bosque muere lentamente y otra parte de Tajamar, un bosque de árboles o arbustos, sigue cumpliendo su labor al ser humano: purificar el agua y actuar como una barrera ante tormentas y huracanes.
RMT