SOBRE LOS ALBAÑILES Y LAS GENERALIZACIONES.

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Tener una infancia difícil y salir adelante, debe validarte como una persona capaz de enfrentar la vida. Porque no es necesario mantenerse en el papel de «víctima», ni pretender que el resto de la humanidad está en contra de ti. Tienes derecho a salir adelante, y la responsabilidad de no caer en las generalizaciones, sino reconocer a cada individuo con el que interactúas. Cada quien tiene la obligación de hacerse responsable de sus actos.

Mirar: a) Un grupo de hombres mira pasar a una mujer que les parece guapa. b) Un grupo de mujeres mira pasar a un hombre que les parece atractivo. c) Un grupo de mujeres mira pasar a una mujer que les parece guapa. d) Un grupo de hombres mira pasar a un hombre que reconocen atractivo. e) Un grupo mixto mira pasar a un hombre que reconocen atractivo. f) Un grupo mixto -hombres y mujeres- mira pasar a una mujer que reconocen guapa. Responda: ¿Qué grupo ofendería con sus miradas al que ha pasado frente a ellos? ¡Piénsalo! Mirar no daña a nadie. Lo ofensivo son los actos de quiénes miran, y para ello nunca importarán el género, ni el sexo, ni las preferencias de las personas, sino sus actos. En el ejemplo anterior, por mirar ningún grupo ofende.

Generalizaciones: Hay que reconocer que la idea de que los albañiles son los que acosan a las mujeres es parte del Clasismo imperante de la sociedad mexicana. Conozco a muchos albañiles que son mucho más respetuosos que muchas otras personas que se refieren de esa forma a ellos. Porque la gente, con base en su continuo etiquetar y generalizar, es capaz de las más terribles injusticias sociales: la de no poder mirar al individuo por sí mismo. Los albañiles son los que construyen los edificios en los que vives, los edificios en donde trabajas, los edificios en donde estudias, los parques a los que llevas a tus hijos. Los albañiles son padres de familia. Tienen hijas, esposas, madres. Qué pena que muchos hombres y mujeres sigan diciendo que les da miedo pasar frente a albañiles porque les faltan al respeto. Sin importar el oficio en que se desenvuelva, ya sea diputado o albañil, doctor en ciencias o estudiante, no nos respetará quién sea mal educado.

Lo mismo sucede con todas las etiquetas que decidimos imponer a las personas. Uno tiene que responder ¿Eres feminista porque…? a) Quieres reinvindicar a la sociedad sin prejuicios por género ni por sexo, sino respecto al trabajo, educación, libertad, economía, familia, religión, violencia y legislaciones. b) Siempre te sentiste oprimida por los hombres. c) Tuviste una mala relación con un hombre y crees que todos son iguales. d) Sufriste abusos desde niña y los has sufrido siempre por ser mujer. e) Te gusta sentirte parte de algún grupo. Y reconocer en dónde estamos parados.

Dejar de pensar que los hombres son malos y las mujeres son buenas. Dejar de creer que las mujeres no pueden y los hombres sí. Uno lee cosas como: Las mujeres tenemos que ser las más bonitas, las mejor portadas, las educadas. Tenemos ese estigma sobre nosotras. Pero no reconocen que para los hombres es igual: Los hombres tienen que ser caballeros, tienen que ser proveedores, los hombres no pueden llorar, no tienen derecho a tener miedo, no pueden ser amorosos con sus hijos. No pueden besar a los niños. No pueden tener derecho al ocio. Sólo constructos sociales.

Tienes derecho a negarte a participar de esos constructos, como tienes la obligación de responder por tus actos.