Mérida, Yucatán a 07 de diciembre de 2020.- En la Reserva Cuxtal ha existido la deforestación desde hace tiempo, ya sea para el cultivo de productos agrícolas, crecimiento de la mancha urbana u otras obras como vías de comunicación, líneas eléctricas o gasoductos, afirmó el reconocido Ingeniero Agrónomo Especialista en Bosques, Fernando Patiño Valera.
Explicó que la deforestación se refiere a la disminución de la superficie cubierta por bosque o selva, pero no siempre es permanente. Existen prácticas donde se aprovecha totalmente la cobertura forestal pero que garantiza la regeneración y consecuentemente su conservación.
Comentó que no es lo mismo deforestar para después construir viviendas que deforestar y luego sembrar Maíz u otro cultivo agrícola y después abandonar el terreno para que crezca nuevamente la vegetación. Todo esto generó una estructura heterogénea y fragmentación del paisaje forestal creando secciones de vegetación separadas con diferentes estados de sucesión vegetal.
“En mi particular punto de vista la presencia del Tren Maya, que por cierto pasará sobre áreas en el norte impactadas por los derechos de vía actuales (líneas eléctricas y gasoducto), no generará un impacto considerable. La zona más importante de captación de agua se encuentra al sur de la reserva rodeada por vegetación forestal mucho más conservada. Más bien representa una oportunidad, pues habrá mucha más atención que en el pasado”, dijo.
Reconoció que con el convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Mérida, el Organismo Público Municipal Descentralizado de Operación y Administración de Cuxtal, y FONATUR TREN MAYA se tendrá la oportunidad para implementar, con base en su programa de manejo, todo un sistema de restauración forestal no solo con la reforestación de especies locales, sino también el manejo sustentable y conservación de los ecosistemas forestales de Cuxtal.
Declaró que el éxito a largo plazo de la restauración dependerá de la participación de los titulares de la tierra. Deben existir acuerdos de colaboración e incluso de corresponsabilidad con los pueblos originarios para el desarrollo de las acciones de restauración y conservación.
También consideró importante que participe la academia, por ejemplo, las universidades locales como la UADY, Chapingo e incluso la UNAM-ENES, podrían ayudar en el establecimiento de un programa de investigación aplicada enfocada en restauración de ecosistemas forestales degradados y manejo de vegetación secundaria.