Maritza Meza Aguilar es vecina de Dzununcán, madre de dos hijos y actualmente su esposo está desempleado. Hoy más que nunca haber aprendido un oficio le ha ayudado a llevar el peso del gasto familiar.
Maritza es la mayor de cuatro hermanos, originaria de Tuxtepec, Oaxaca. Hace 14 años llegó a Yucatán con la ilusión de estudiar Psicopedagogía Integral. Trabajaba en una zapatería de la Gran Plaza para costear sus estudios, pero por azares del destino se enamoró de un yucateco, con quien se casó y ya no pudo terminar su carrera.
Desde entonces, se establecieron en Dzununcán, comisaría de Mérida, y luego vinieron dos hijos, su hija tiene hoy ocho años de edad y su hijo, cinco.
Hace casi un año vendía productos de belleza por abonos cuando una clienta de Santa Cruz Palomeque, otra comisaría meridana, le comentó que se habían abierto unos cursos de Repostería, Pintura Textil y Belleza que ofrecía la Fundación Popular de la Mujer en Yucatán, con el apoyo del diputado federal Jorge Carlos Ramírez Marín.
«No lo pensé dos veces y me inscribí. Tomé el curso de Belleza y aprendí todo lo que había, corte de pelo, manicure, pedicure, uñas, peinado y maquillaje. Fueron ocho meses de estudio y la pasé muy bien, con maestras que tenían la paciencia y el empeño por enseñarnos», relata la joven madre de familia.
«La verdad me sentía un poco frustrada por no haber terminado mi carrera y este curso me ayudó muchísimo sobre todo emocionalmente, pues descubrí que me gusta, que me apasiona ser cultora de Belleza. Además, me permite ganar más desde mi casa», agrega Maritza.
«No estamos bien económicamente, pero hace dos meses abrí mi pequeña estética y allá vamos, sé que es poco a poco, pero gracias a Dios ya tengo más clientas y me va mejor. Ahora estoy estudiando Colorimetría con una maestra de Mérida porque quiero seguir preparándome, luego tomaré otros cursos», afirma.
«Mi esposo está contento, él me ha apoyado en todo, desgraciadamente se quedó sin empleo porque hubo recorte en la empresa. Lleva seis meses buscando trabajo, mientras tanto se dedica al comercio, pero espero en Dios que ya encuentre donde y mejore nuestra situación», dice Maritza.
Su esposo, Ausencio Rodríguez Correa, es contador público y anda en busca de otra oportunidad de empleo.
«Este curso me sirvió muchísimo, me cambió la vida, ahora lo veo como una ventana abierta para seguir mejorando con mi familia. Me siento mejor con lo que hago y gano, tengo para la escuela, el vestido y otras cosas que necesitan mis hijos, tengo fe en que ahora nos irá mejor», expresa la joven.
«Estoy muy agradecida con las personas que hicieron posible esta oportunidad y en especial con el diputado Ramírez Marín, para mí es un ángel y creo lo es también para muchas mujeres que tomaron los cursos, estoy segura que a todas ellas les va mejor», abunda Maritza, quien pronto abrirá su cuenta de Facebook para promover su estética, que aún no tiene nombre.
La joven vecina de Dzununcán es una de las 4,396 mujeres que han tomado los cursos de Repostería, Pintura Textil y Belleza que promueve la Fundación Popular de la Mujer en Yucatán, que preside Josefina Marrufo de Dogre, y que lleva a cabo con el apoyo del legislador yucateco.
El programa empezó hace casi dos años con la capacitación de las maestras de los cursos. Ante el éxito del programa, se abrió otro grupo en el que se inscribieron 5 mil mujeres, superando la demanda anterior, de manera que más de 9 mil se beneficiarán con los talleres de capacitación.
Este programa es parte de la propuesta de Ramírez Marín de impulsar el empleo femenino y la mejora en los ingresos en los hogares yucatecos, que se complementa con otras acciones, como la gestión de máquinas e insumos para las artesanas, la entrega de barcos a trabajadoras del mar y el otorgamiento de insumos a productoras agrícolas, entre otros.
«Es fácil soñar, lo difícil es encontrar a una persona que comparta ese sueño y ayude a hacerlo realidad. Yo lo encontré en el diputado Ramírez Marín, a quien le agradezco que nos ayude con sus gestiones a cambiar la situación de estas alumnas, mujeres y madres de familia», expresó hace un par de meses Josefina Marrufo, durante la clausura de cursos del primer grupo.
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