¿Quién le teme a Donald Trump?
Las Reliquias del Hombre Ave por: Dr. Adán Echeverría García
Las Reliquias del Hombre Ave por: Dr. Adán Echeverría García
Adán Echeverría
No. No estamos en el siglo XX cuando los países de América Latina eran puestos e impuestos por los departamentos de Gringolandia (me niego a nombrarla nunca más como Estados Unidos). Recuerde usted que, en México, es bien conocido y documentado que desde Adolfo López Mateos, todos los presidentes, hasta el infame Felipe Calderón estaban doblados ante los intereses gringos.
Usted sabrá muy bien que Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez eran incluso agentes reconocidos de la CIA; pero no tiene que creerme, revise, lea, documéntese.
Es bien sabido lo que los gringos hicieron en Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Panamá, Nicaragua, Cuba, Puerto Rico, Bolivia y, en general, en toda América Latina; apropiarse de sus recursos naturales y humanos, imponiendo presidentes, generales, financiando golpes de estado, invadiendo pueblos a mansalva. Aún existen bases militares gringas en Cuba como en Colombia como en Argentina.
Pero Trump, para congraciarse con su electorado blanco y heterosexual, decide vivir entre dos tiempos, dos épocas: la del «proteccionismo yanqui” de las falsas democracias convertidas en explotación del siglo XX; y en el medievo fanático religioso enarbolando el In God We Trust con una total hipocresía en un personaje adicto a las orgías y a las drogas como lo es Trump.
Es sabido que Trump solo es el Gran Embaucador del espectáculo, y que todo lo melodramatiza porque ha vivido para la farándula toda su vida. El mismo Trump que se subió a un ring y le cortó el cabello al otro Showman de las luchas libres gringas, cuyo nombre ni vale la pena mencionar. Ese es justo el espectáculo que ahora se trae a la política, gobernar para el tabloide, para la prensa amarillista: tomaremos Groenlandia, haremos a Canadá el estado número 51, le cambiaremos el nombre al Golfo, sacaremos a China del Canal de Panamá, con Elon Musk invadiremos Marte.
El riesgo no es Trump en sí mismo —para nada— sino el espectáculo grotesco que despliega, con el que ha pasado de ser hallado culpable de pagarle a una estrella del cine porno con dinero público, todo por querer comprar su silencio, y mentirle a un jurado durante su juicio, a fingir un ataque, realizando un auto atentado para las cámaras, a estas bravatas ridículas de: ¡Pónganle 25% de aranceles! Que ya se parece al “¡Que le corten la cabeza!” que gritaba la reina roja de la novela “Alicia en el País de las Maravillas”.
—Los aviones no aterrizarán en Colombia, a los colombianos tienen que tratarnos con honor, y respetando los derechos humanos, no pueden estar encadenados de pies y manos para las cámaras gringas. Enviaré el avión presidencial, y repatriaré a nuestros compatriotas.
—¡25% de aranceles, que les cancelen las visas!
—Colombia aplicará a los productos gringos el 50% de aranceles, y los gringos y gringas que viven en nuestro territorio de manera ilegal, deben presentarse de inmediato a las oficinas de Migración.
—He is a great guy! Los aranceles no eran ciertos. Quítenles las cadenas y entréguenlos. Pero, Petro, amigo, déjame que los medios publiquen: Se dobló Petro.
El riesgo, repito, no es Trump sino sus fanáticos seguidores que sí creen en ese dios que Trump utiliza a conveniencia. El riesgo no es Trump sino el exacerbado racismo anti migrante que sus fanáticos neonazis destapan como libertad bajo sus arengas.
Al final Trump seguirá siendo limitado por las propias leyes. Tik Tok lo detuvo. Sheinbaum lo detuvo. López Obrador lo detuvo, Gustavo Petro lo detuvo. ¿Qué esperan los gringos y gringas para enfrentarlo? Pronto sucederá, lo sé, y serán los propios gringos quienes se harán cargo de él.