Cuando una persona recibe el trasplante de un órgano debe estar sometida a drogas inmunosupresoras de por vida, es decir, medicamentos para que el tejido donado no sea rechazado. Sin embargo, estos fármacos en ocasiones apagan el sistema inmune y provocan que el organismo esté susceptible a enfermedades.
Por ejemplo, una persona con cáncer que recibe un órgano y sigue el tratamiento tiene una baja en sus defensas y si se le suman los efectos que provocan las quimioterapias, el sistema inmune queda debilitado y expuesto a enfermedades. Ante esto, la doctora María Gloria Soldevila Melgarejo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), busca expandir y generar linfocitos T para suprimir las células que causan el rechazo y evitar que se debilite el sistema inmune.
Hasta la fecha se han multiplicado células y se ha comprobado que tienen una alta función supresora, por lo tanto se espera que en un futuro puedan ser inoculadas en el individuo trasplantado y así disminuir el consumo de fármacos.
La científica del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM explicó que los linfocitos T son células del sistema inmune y existen diferentes tipos, pero el trabajo que realiza se enfoca en las reguladoras que impiden la función de antígenos o aloespecíficas, que son sustancias que evitan la producción de anticuerpos.
La investigación se basa en tomar células del individuo con función reguladora y generar más, de tal forma que sean capaces de suprimir las aloespecíficas que intentan rechazar el injerto. “Con esto se busca disminuir la terapia inmunosupresora que afecta a otros órganos y evitar que el individuo sea susceptible al desarrollo de neoplasia (masa o tumor) o infección por patógenos”.
El trabajo de la doctora Soldevila Melgarejo titulado: “Establecimiento de un protocolo para expansión y generación de células o linfocitos T reguladoras con función supresora estable y potencial terapéutico en trasplante” obtuvo el premio doctor Jorge Rosenkranz, en la categoría Biotecnología, que otorga Roche México y la Fundación Mexicana para la Salud y, aunque las pruebas se han realizado en trasplante renal, la terapia aplica para cualquier tipo de tejido.
Otro punto, explicó la doctora Soldevila Melgarejo, consiste en tomar linfocitos cooperativos llamados CD4 inactivos e in vitro convertirlos en reguladoras, las que facilitan la producción de anticuerpos.
También puede aplicarse como terapia a una persona que será trasplantada. En este sentido se prepararía sus propias células contra los antígenos del donador, con el fin de que estén preparadas para suprimir la respuesta de rechazo.
El siguiente paso es dirigir los linfocitos T para que reconozcan las células específicas y crear una terapia económicamente accesible. La investigación ha contado con apoyo de Conacyt y se trabaja en colaboración con la doctora Josefina Alberú, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Al respecto del premio doctor Jorge Rosenkranz, la doctora Soldevila Melgarejo dijo que es un reconocimiento a su labor realizada en el laboratorio y a su equipo de trabajo. “Queremos contribuir con la inmunología básica a mejorar diferentes enfermedades y padecimientos, investigación que tiene aplicación clínica y va a impactar en un problema de salud en México”. (Agencia ID)