Por muro de Trump muere primer ejemplar de fauna protegida
Se trata del primer ejemplar de fauna que se logra documentar, un venado Bura que perdió la vida al intentar regresar al sur, hacia territorio mexicano en busca de agua y alimento
Se trata del primer ejemplar de fauna que se logra documentar, un venado Bura que perdió la vida al intentar regresar al sur, hacia territorio mexicano en busca de agua y alimento
Las primeras víctimas fatales fueron los Sahuaros, cactus gigantes de cientos de años, y ahora un macho de venado Bura, que sucumbió al nuevo muro de Trump, que provoca una profunda cicatriz sobre el Desierto de Sonora.
Se trata del primer ejemplar de fauna que se logra documentar, que perdió la vida al intentar regresar al sur, hacia territorio mexicano en busca de agua y alimento, lo que regularmente ocurre durante los meses más calurosos del año, y que se encontró con una barrera infranqueable.
Laiken Jordahl, activista del Centro para la Diversidad Biológica explicó a Excélsior que el venado Bura fue hallado muerto el pasado domingo 16 de agosto cerca de Dos Lomitas, al este de Lukeville, Arizona, muy cerca de los campos de alfalfa al este de Sonoyta, Sonora.
Detalló que probablemente el venado recibió el golpe de algún vehículo, al vagar de un lado a otro buscando la forma de cruzar.
“El venado Bura, el borrego Cimarrón y el berrendo Sonorense han cruzado la frontera por miles de años, pero ahora por primera vez hay un muro que corta su hábitat en dos”, lamentó.
El ejemplar que falleció a la sombra del nuevo muro se encontraba dentro del Organ Pipe National Monument en Estados Unidos, muy cerca de la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar en México.
El venado Bura es una especie protegida catalogada como “Amenazada” de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana 059.
“Este venado no es la primera ni la última víctima del muro fronterizo”, advirtió Jordhal.
Conforme siga avanzando el muro, la situación será más crítica para los animales, debido a que las cuadrillas de trabajadores extraen el agua subterránea, tan escasa en la región, para mezclar el cemento y la grava, lo que tiene al emblemático oasis de Quitobaquito, en los niveles más bajos de la última década, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
ERNESTO MÉNDEZ/FOTO: LAIKEN JORDAHL
jcp