Niños con varios hermanos, más susceptibles al acoso
Un niño con más de un hermano tiene más probabilidades de ser víctima de acoso de parte de dichos familiares, concluye un estudio de la Asociación Estadounidense de Psicología
Un niño con más de un hermano tiene más probabilidades de ser víctima de acoso de parte de dichos familiares, concluye un estudio de la Asociación Estadounidense de Psicología
Un niño con más de un hermano o una hermana tiene más probabilidades de ser víctima de acoso de hermanos que aquellos con un solo hermano, y los primogénitos y los hermanos mayores tienden a ser los autores, según concluye un estudio publicado por la Asociación Estadounidense de Psicología en la revista ‘Developmental Psychology’.
El acoso a los hermanos es la forma más frecuente de violencia familiar y, a menudo, los padres y los profesionales de la salud lo consideran una parte normal del crecimiento, pero cada vez hay más pruebas de que puede tener consecuencias a largo plazo, como mayor soledad, delincuencia y trastornos de salud mental», dice el autor principal del estudio, Dieter Wolke, de la Universidad de Warwick, en Reino Unido.
Wolke y su coautor, Slava Dantchev, licenciado en Ciencias, también de la Universidad de Warwick, querían comprender las causas subyacentes de la intimidación entre hermanos y analizar el posible impacto de la estructura familiar, las conductas de crianza, las experiencias sociales tempranas y el temperamento infantil.
Los científicos analizaron datos de un estudio longitudinal de seis mil 838 niños británicos nacidos en 1991 o 1992 y sus madres. Definieron la intimidación entre hermanos como abuso psicológico (por ejemplo, decir cosas desagradables o hirientes), abuso físico (por ejemplo, golpear, patear o empujar) o abuso emocional (por ejemplo, ignorar al hermano, decir mentiras o difundir falsos rumores). Los niños se clasificaron en cuatro categorías: víctimas, víctimas de acoso (definido como perpetrador y víctima de acoso), acosadores o no involucrados.
Cuando los niños tenían cinco años, sus madres informaron con qué frecuencia los niños eran víctimas o perpetradores de acoso en el hogar. Las relaciones entre hermanos se analizaron dos años después, cuando se les preguntó a las madres cuánto tiempo pasaban los niños participando con sus hermanos en diversas actividades, como manualidades o dibujos.
Varios años después, a la edad de 12 años, los niños informaron si habían sido acosados por un hermano o si habían acosado a un hermano en los últimos seis meses. A los niños y las niñas también se les preguntó la edad a la que experimentaron el acoso de hermanos por primera vez y cuándo intimidaron a un hermano por primera vez.
Los investigadores también recopilaron estadísticas familiares de las madres, incluido el número de niños que viven en el hogar, el estado civil de la madre, el contexto socioeconómico de la familia, la salud mental materna durante y después del embarazo, los conflictos parentales, la violencia doméstica y el abuso infantil, y sobre las relaciones madre-hijo. Además, evaluaron el temperamento, la salud mental, el coeficiente intelectual y la inteligencia social y emocional de cada niño en varios puntos durante sus primeros años.
Aproximadamente, el 28 por ciento de los niños en el estudio estaban involucrados en la intimidación de hermanos y el abuso psicológico era la forma más común. La mayoría de esos niños fueron víctimas de acoso, lo que significa que fueron acosados y acosaron, según el estudio.
La intimidación ocurre en situaciones donde no podemos elegir a nuestros compañeros, como en las familias –dice Wolke–. Los hermanos viven en lugares cerrados y la familiaridad les permite saber qué botones presionar para molestar a sus hermanos o hermanas. Esto puede ir en ambos sentidos y permite que un niño sea una víctima y un autor de la intimidación».
Según los autores, la estructura familiar y el género fueron los predictores más fuertes de la intimidación entre hermanos en la infancia media. «La intimidación era más probable que ocurriera en familias con tres o más hijos y el hijo mayor o los hermanos mayores eran más a menudo los matones –afirma Dantchev–. Las chicas y los niños más pequeños fueron más a menudo atacados».
Wolke y Dantchev creen que el acoso puede ocurrir en familias más grandes porque los recursos como el afecto o la atención de los padres y los bienes materiales son más limitados.
A pesar de nuestras diferencias culturales, los seres humanos todavía están muy impulsados biológicamente. Un niño primogénito tendrá sus recursos reducidos a la mitad con el nacimiento de un hermano, y aún más cuando se sumen más hermanos a la familia –argumenta Wolke–. Esto hace que los hermanos luchen por esos recursos limitados a través del dominio».
Aunque los investigadores estudiaron si el estado civil y socioeconómico se asociaría con más o menos acoso escolar, no encontraron ninguna evidencia. «El acoso entre hermanos no discrimina. Ocurre en familias ricas y en familias de bajos ingresos y se produce en hogares monoparentales tanto como en hogares biparentales», apunta Wolke, quien considera que estos hallazgos pueden ser útiles para los padres, a medida que dan la bienvenida a las nuevas incorporaciones a sus familias.
Será importante que los padres se den cuenta y entiendan que la pérdida de recursos puede afectar a un niño mayor –subraya–. Es una buena idea que los padres manejen esto desde el principio pasando tiempo de calidad con sus primogénitos o hijos mayores e involucrándolos en el cuidado de los hermanos menores».
jcp