Nicaragüenses exigen ahora la salida del presidente Daniel Ortega
Pese a la derogación de una reforma de la seguridad social que hizo detonar protestas, los manifestantes siguen en pie de lucha contra el gobierno
Pese a la derogación de una reforma de la seguridad social que hizo detonar protestas, los manifestantes siguen en pie de lucha contra el gobierno
La tensión reinaba hoy en Nicaragua después de que el Gobierno de Daniel Ortega derogara una reforma de la seguridad social que hizo detonar protestas con el resultado de al menos 27 muertos y más de 100 heridos en cinco días, así como saqueos a comercios y daños a la propiedad pública.
Grupos de estudiantes permanecían atrincherados en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), en Managua, colocando barricadas de piedras con pedazos de rótulos publicitarios y llantas quemadas.
No queremos la política sandinista orteguista», aseguró un universitario que omitió su nombre por seguridad, mientras caminaba deprisa para apoyar a sus compañeros que, a escasos metros, pedían refuerzos para ahuyentar a agentes antidisturbios que se aproximaban.
Políticos opositores aseguraron por su parte que «la seguridad social ya no es el tema, sino la libertad de expresión, la corrupción, y tantos otros», como dijo la presidenta del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Violeta Granera.
La presidenta del FAD, integrado por dirigentes de la antigua principal fuerza opositora de Nicaragua, sostuvo que la situación de Nicaragua «únicamente tiene dos salidas: que renuncie (Ortega) a la presidencia o que llame a elecciones libres, transparentes y competitivas, de inmediato».
Lo que hizo hoy Ortega no cambia la situación de Nicaragua, los heridos continúan, los muchachos siguen presos, hay más de 25 muertos, más de 100 entre desaparecidos y detenidos, siguen las demandas por la justicia, por el derecho a hablar», afirmó por su lado la dirigente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Margarita Vijil.
La principal cúpula del país, el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), mantenía la convocatoria, lanzada el pasado viernes, de una gran movilización mañana en la capital «por la paz y el diálogo».
Aunque la reforma a la seguridad social «creó está situación dramática», como reconocía este domingo Ortega en una alocución, muchos manifestantes han dicho que salieron a las calles también para reclamar por otras problemáticas, como los ataques a la libertad de expresión y prensa, los supuestos fraudes electorales y el actuar impune de la Policía.
Estamos revocando, o sea, cancelando y poniendo a un lado la resolución anterior (de reforma de la seguridad social) que sirvió como detonante para que se iniciara esta situación», dijo Ortega, en una transmisión televisiva en vivo desde su vivienda en Managua.
Pero también advirtió de que su Gobierno no va a «permitir que aquí se imponga el caos, el crimen, el saqueo» y que con el respaldo de la ley y las instituciones actuará «con la firmeza correspondiente».
La inmensa mayoría de los nicaragüenses «está condenando estos hechos y está respaldando las acciones que tomamos para restablecer el orden y la estabilidad», aseguró el mandatario.
En las redes sociales usuarios colgaban imágenes que mostraban a miembros de la Juventud Sandinista, grupos afines al Gobierno y policías cometiendo los actos vandálicos.
Ortega también reprochó a la Cosep que haya puestos condiciones a un diálogo con el Gobierno, como el cese de la represión o la liberación de los detenidos, aunque insistió en la necesidad de establecer las conversaciones bilaterales.
El sábado, en su primera alocución nacional desde que estalló la crisis, Ortega señaló a «pequeños grupos de la oposición» por destrucción, robos y saqueo.
Este domingo la jornada estuvo dominada por saqueos, a lo que se sumó la compra masiva de víveres y gasolina por parte de la población, y pronto se vio la escasez, incluso en los cajeros automáticos.
La desesperación de los nicaragüenses se dio en un ambiente similar a una guerra, con calles atravesadas por barricadas, el humo de llantas que habían sido quemadas, cenizas de las banderas del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y figuras de hierro llamadas «árboles de la vida», representativos de los gustos de la familia presidencial, tumbadas.
La iglesia católica hizo público su abierto respaldo a los manifestantes y ofreció sus templos como refugios en medio del aplauso de sus feligreses.
El Gobierno anunció este domingo la suspensión mañana de las clases en todos los niveles.
Después de la derogación de las medidas por parte de Ortega, los nicaragüenses reaccionaron con comentarios en las redes sociales y muchos volvieron a las calles, lo que supone un punto y seguido con aires de incertidumbre.
jrr