Muro daña migración de especies nativas; peligran tribus y especies
Los Tohono O’Odham residen en Sonora y Arizona y están asentados en dichas zonas desde antes de la fundación de México o Estados Unidos
Los Tohono O’Odham residen en Sonora y Arizona y están asentados en dichas zonas desde antes de la fundación de México o Estados Unidos
El muro que Donald Trump pretende construir más alto, más fuerte y más poderoso en la frontera, podría ser la diferencia entre vivir o morir para miles de especies de flora y fauna que habitan en reservas naturales de México y Estados Unidos, así como para la tribu Tohono O’Odham, que desde tiempos inmemoriales reside en Sonora y Arizona, y hasta ahora cruza libremente por senderos tradicionales.
Nosotros no cruzamos la frontera, la frontera nos cruzó a nosotros”, afirma Verlon José, vicepresidente de la Nación Tohono O’Odham, reconocida por el gobierno estadounidense, y que cuenta con un territorio del lado norteamericano, de alrededor de 11 mil 300 kilómetros, en los condados de Pima, Pinal y Maricopa, que equivale a una superficie de casi tres veces el estado de Tlaxcala.
En Sonora los Tohono O’Odham, llamados de forma despectiva como Pápagos (frijoleros), ocupan pequeñas comunidades de los municipios de Caborca, Sonoyta y Peñasco.
La Nación Tohono O’Odham tiene 34 mil miembros, dos mil de ellos viven en Sonora y el resto al sur de Arizona, en rancherías a lo largo de 100 kilómetros de la frontera internacional, donde cada vez es mayor el reforzamiento de las medidas de seguridad por el incremento de la migración, el narco y el tráfico de armas.
Ken José María, es el líder tradicional Tohono O’Odham encargado de la Ceremonia de la Sal, una peregrinación que se realiza cada Primavera, y en la que participan los jóvenes de la tribu, recorriendo 450 kilómetros de desierto sin límites territoriales.
La ceremonia comienza en la Nación Tohono O’Odham, al sur de Arizona. Nuestro viaje es a través del Desierto de Altar, las montañas de El Pinacate, el océano y luego la Salina”.
El objetivo es llegar hasta la Salina Grande, del lado mexicano, en los linderos del Alto Golfo de California, para obtener la preciada sal, utilizada sobre todo con fines de sanación.
Una vez que los jóvenes completaban la ceremonia y regresaban a sus comunidades con la sal, eran considerados guerreros”, señaló Ken José María.
De acuerdo con Alejandro Aguilar Seleni, profesor investigador del INAH en Sonora, la sal es un elemento muy poderoso en la historia de los O’Odham.
La sal es indispensable para la vida, para la salud, para la alimentación y el curtido de pieles”, subrayó.
La Salina Grande, ubicada entre los municipios de San Luis Río Colorado y Peñasco, es un sitio sagrado y un humedal de importancia internacional, donde anidan aves migratorias; hoy se ve amenazado por el muro de Donald Trump, pero también por la entrega de concesiones mineras.
Verlon José, vicepresidente de la tribu. Foto: Quetzalli González.
-Ernesto Méndez y Daniel Sánchez
Tohono O’Odham, la Gente del Desierto, siempre ha estado aquí. Es un pueblo nativo americano que a mediados del siglo XIX, con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, sufrió la división de su tierra con la imposición de la frontera.
De esta forma, quedó marcada una cicatriz en la madre Tierra (como ellos la llaman). En la actualidad, los Tohono O’Odham cuentan con tres cruces en el desierto, donde la patrulla fronteriza sólo revisa sus identificaciones y los deja pasar por senderos, donde la división la forman pequeñas cercas de acero y alambres de púas.
Un muro como el que quiere construir Trump va a separar; ahorita pasamos muy a gusto por el monte, ese cerco lo hacen a un lado y pasamos, pero ese muro ¿cómo va a quedar?”, se preguntó Gabriela Lizárraga Juárez, autoridad tradicional Tohono O’Odham de Sonoyta.
-Ernesto Méndez y Daniel Sánchez
Un pequeño cerco de acero en la frontera permite que subsistan dos áreas naturales protegidas hermanas: la Reserva de la Biosfera El Pinacate y el Gran Desierto de Altar, donde cruzan sin pasaporte ni visa especies en peligro de extinción y únicas de la región.
Tal es el caso del borrego cimarrón, el camaleón del desierto y el berrendo sonorense (sólo quedan 550 ejemplares) y el búho pigmeo, que no vuela a más de 1.5 metros de altura.
Con el muro, toda la biodiversidad de las reservas se vería en peligro.
No es sólo un problema de la Nación Tohono O’Odham, es un problema global, se trata de la destrucción de nuestra Madre Tierra”, advirtió Verlon José, vicepresidente de la tribu.
En cuanto a las plantas, estarían en riesgo especies emblemáticas como las chollas, el palo fierro y los sahuaros.
Ante esta situación, el Centro para la Diversidad Biológica y el pueblo Tohono O’Odham de Sonora presentaron en mayo de 2017 una petición formal a la Unesco para enlistar al Pinacate y Gran Desierto de Altar como Patrimonio en Peligro con el fin de tratar de frenar al Presidente de EU.
A través de esa valla metálica circula la tribu Tohono O’Odham. Foto: Quetzalli González
-Ernesto Méndez y Daniel Sánchez