Ciudad de México, a 20 de febrero de 2019. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que hay 153 millones de personas con discapacidad visual debido a errores de refracción no corregidos, los cuales tienen un impacto considerable en la reducción del desempeño escolar, la empleabilidad y la productividad. Asimismo, según información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la ceguera y los problemas visuales son la segunda causa de discapacidad después de la motriz[1], mientras que otras enfermedades como la catarata, la cual es la primera causa de ceguera reversible en el país, forman parte de los retos que enfrenta nuestra población en el área de salud visual. Por ello, ante este panorama, en el marco del Foro Hablemos de Salud, organizado por Funsalud, expertos dentro del ámbito visual y académico, dilucidaron sobre alternativas mediante las cuales se de atención a la población con estos problemas.
Los especialistas coincidieron en que es de vital importancia prevenir las cataratas, ya que este padecimiento es la primera causa de ceguera en México por enfermedad visual, con cerca de 350 mil mexicanos[2], y por ello la relevancia de concientizar a la población para que acuda una vez al año con el oftalmólogo.
En el mundo hay más de 200 millones de personas con baja visión, en México, se estima que 15 millones de personas sufren miopía, uno de los trastornos oculares más comunes. No obstante, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el 80% de todos los casos de discapacidad visual se pueden prevenir o curar[3].
Los padecimientos visuales quedan en segundo plano de atención en comparación con otras enfermedades como la diabetes o el cáncer, sin embargo, está comprobado que tienen un gran impacto en la calidad de vida de las personas y en la forma en que se desenvuelven en su entorno, quienes sufren alguna discapacidad de este tipo llevan implícito un alto costo particular y social, ya que muchas de ellas se encuentran en edad económicamente activa, por lo que se presentan pérdidas potenciales en su productividad[4].
Vale la pena recalcar que los trastornos oculares no sólo afectan a la población adulta, ya que la miopía y la hipermetropía aparecen en la infancia y se recrudecen en la adolescencia, siendo sus causas mayormente
hereditarias. En el mundo, aproximadamente 19 millones de niños padecen discapacidad visual y de éstos, 12 millones son debido a errores de refracción[1].
La detección de los errores de refracción en niños es complicada, ya que pocas veces se quejan o identifican que no pueden ver claramente, lo que les impide seguir el ritmo de las clases, leer con rapidez y comprensión afectando negativamente en su rendimiento escolar. Por tanto, en edades tempranas los exámenes visuales ayudan a descartar errores de refracción o enfermedades que, a la larga, pueden ser irreparables. Hasta los cinco años el ojo no ha madurado completamente. Por ello, es una etapa clave para detectar y remediar posibles daños[2].
Al respecto, Patrick Devlyn, Director General Adjunto de Grupo Devlyn, comentó “cada vez es más común escuchar que las personas se acostumbran a tener problemas de visión, de ahí la relevancia de generar conciencia sobre la importancia de las revisiones anuales para detectar enfermedades visuales graves y también tratar los errores refractivos frecuentes como la miopía o el astigmatismo para evitar que estos avancen, afectando directamente la calidad de vida de quienes los padecen”.
Actualmente existen en el mercado diversas opciones para corregir los trastornos visuales, y para ello, Devlyn comprometido en ofrecer soluciones innovadoras que favorezcan la salud visual, cuenta con lentes de contacto con tecnologías aplicadas en los materiales que los convierten en una opción favorable para el uso diario y prolongado, debido a que se adaptan a las necesidades de cada persona y a su estilo de vida.
La mayoría de estos padecimientos de la vista son fácilmente diagnosticables, corregibles y se pueden prevenir mediante tratamiento médico y/o el uso de auxiliares visuales, como son anteojos y lentes de contacto, o intervenciones quirúrgicas, por tanto, resulta esencial realizarse una revisión regular. Especialistas recomiendan visitar al oftalmólogo u optometrista, por lo menos una vez al año, mientras que en los menores de edad y los mayores de 60 años, se debe hacer un examen visual dos veces al año.
Devlyn cuenta con personal altamente capacitado en sus más de 900 sucursales alrededor del país en donde las personas pueden realizarse un examen de la vista.