Mexicanos diseñan silla de ruedas que previene llagas en pacientes con discapacidad motriz
Fue desarrollada por estudiantes del Tecnológico de Monterrey y su precio es la quinta parte de las importadas
Fue desarrollada por estudiantes del Tecnológico de Monterrey y su precio es la quinta parte de las importadas
Una de las consecuencias que sufren las personas que tienen alguna discapacidad motriz y que necesitan estar sentados por largos periodos, es la creación de llagas en la piel. Una alternativa para evitar estos males es una silla estabilizadora creada por alumnos del Tecnológico de Monterrey que permite que el paciente se mantenga erguido.
Esta silla estabilizadora es económica, oscila entre los ocho y 12 mil pesos y es fácil de fabricarla, a comparación de las existentes en el mercado, importadas de Estados Unidos y con un precio de 60 a 80 mil pesos, más gastos de envío.
“El hecho de que una persona pueda estar parada reduce el riesgo de llagas por compresión. Al levantarse se beneficia el sistema circulatorio porque permite que la sangre fluya, el calcio se fija y fortalecen los huesos y músculos y ayuda al sistema digestivo”, mencionó el doctor David Sánchez Monroy, profesor del Tec de Monterrey campus Ciudad de México y responsable del proyecto.
El proyecto creado por alumnos de la carrera de Diseño Industrial del Tec de Monterrey surgió gracias a una práctica educativa de los últimos semestres que consiste en abordar problemas de la población. Lo estudiantes asistieron a un centro de rehabilitación y conocieron a José Luis Flores, un joven que tuvo un accidente en motocicleta y que al afectarse la quinta cervical, fue diagnosticado con paraplejia lo que le imposibilitó mover la parte inferior del cuerpo.
Javier Mejía Ramírez y Alejandra Ortiz Velázquez estudiantes de la carrera de Diseño Industrial son los creadores de esta innovación llamada STR6, un prototipo personalizado con los colores de la moto de José Flores.
El mecanismo consiste en un pistón de barras conectado a una batería, cuenta con un botón en el reposabrazos para que el paciente con sólo recargar la mano pueda accionarlo.
“Si aprieta de un lado se levanta y si lo hace de otro regresa, se alza poco a poco para manipularse de acuerdo a las capacidades o condición del paciente, incluso quedarse en un cierto ángulo si así se desea y soporta a una persona de 120 kilos”, detalló Alejandra Ortiz.
Los jóvenes explicaron que al no tener un control del cuerpo es necesario estar amarrado a la silla, por ello le colocaron unas cintas para fijar rodillas, piernas, torso y pelvis. “La discapacidad motriz es muy amplia, existen personas que pueden utilizar la silla por si solas porque su cuerpo lo permite, pero otras que necesitan ayuda.
José Luis ya tenía problemas de llagas y con la silla se resolvieron, ahora puede levantarse y estar en su casa parado, aunque aún no es posible avanzar en la silla estando erguido”, señaló Javier Mejía.
“El impacto de la silla estabilizadora también se genera en la integración laboral, escolar, social y revaloración del individuo. El perder una función y recobrarla a partir del uso de un objeto no se puede medir sólo con el afecto a la salud, es multidimensional”, enfatizó Inés Álvarez Icaza, directora de la carrera de Diseño Industrial del Tec de Monterrey.
El desarrollo forma parte de la empresa Puro Diseño Mexicano creada por los estudiantes y está en proceso de registro de diseño industrial, se trabaja en la planeación de las ruedas para que pueda moverse estando parado. “Queremos estandarizarla y hacerla más ligera para que personas con diferentes discapacidades tengas acceso a ella”, finalizó Javier Mejía. (Agencia ID)